Un día como hoy, hace 94 años, la tranquilidad de San José de las Matas se vio perturbada por uno de los actos más atroces de la naciente dictadura de Trujillo. El 1 de junio de 1930, José Virgilio Martínez Reyna, destacado poeta, maestro, filántropo y político dominicano, fue brutalmente asesinado junto con su esposa embarazada, Altagracia Almánzar.
José Virgilio Martínez Reyna nació el 7 de julio de 1885 en Santiago de los Caballeros. Desde joven destacó por su inteligencia y compromiso social, dedicándose a la docencia y la poesía, pero también abrazando la causa política. Fue un ferviente opositor de la ocupación militar norteamericana de 1916. Su liderazgo y carisma lo proyectaron como una figura política muy popular en el Cibao, donde jugó un papel crucial en el ascenso de Horacio Vásquez.
Sin embargo, su vida y sus sueños quedaron truncados por la crueldad de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. El asesinato de Martínez Reyna no sólo significó la pérdida de un líder carismático y un luchador incansable, sino que también marcó el primer crimen político de la dictadura de Trujillo, caracterizada por su espantosa crueldad y saña.
Sobre su asesinato se ha dicho que: “…no sólo fue el primer crimen político de la dictadura de Trujillo sino un acto aterrador ejecutado con crueldad y saña espantosas que estremeció a la nación porque se trataba de un hombre enfermo, ya retirado de la actividad política. . a pesar de su indiscutible liderazgo y gran carisma”.
La muerte de Martínez Reyna y su esposa Altagracia Almánzar dejó una profunda herida en la sociedad dominicana, recordándonos la brutalidad de una dictadura que comenzaba a consolidar su poder a través del miedo y la violencia. Su legado, sin embargo, sigue vivo en la memoria histórica de quienes luchan por la justicia y la libertad en la República Dominicana.
