El libro de la vida – .

El libro de la vida – .
El libro de la vida – .

Hace varios años, muchas personas de la provincia, del país y también del exterior comenzaron a hacerse eco de las historias profundas, conmovedoras y cotidianas que Belén Coria escribía, a modo de diario, primero en un blog y luego como una página de fans en Facebook. “El Blog de Bencha” había bautizado el espacio San Juan, donde comenzó a compartir con sus seguidores la montaña rusa, física y emocional, que significó su diagnóstico de cáncer de mama y todo lo que vino con él: las intervenciones, los pasillos y sus luchas. hermanas; rebelión, dolor, fuerza, miedo y fe; el apoyo que fue entonces su pequeño Juan, su hijo, y todos sus seres queridos; y cuánto más… Con el paso del tiempo, el amor, el nacimiento de Lucía, la familia reunida, el despertar en la pintura… Y al mismo tiempo, poco a poco, se fueron distanciando hasta descontinuar aquellos escritos que su comunidad esperaba, pero quien también entendió la ausencia, con la alegría de saberla bien. Sin embargo, ante la insistencia de su madre, esas historias no terminaron ahí. A fines del año pasado, Belén finalmente reunió el material y, sin poner mucho esfuerzo –“no me sirvió”, pensó- lo envió a la editorial Autores de Argentina (Buenos Aires). . No hubo prisas, ni ansiedad y casi ninguna expectativa, pero ahí fue y también hizo magia. Tras unas requeridas comunicaciones con el sello, hace unos días, mientras estaba en el gimnasio, recibió un whatsapp de Álvaro, su marido y compañero de aventuras: “Los libros llegarán mañana”, le dijo, sin perderse ni una sola pieza. de información: sería el 16 de mayo, apenas 10 años después de la primera cirugía, “mastectomía radical, disección ganglionar, diagnóstico, pronóstico sombrío”, recordó. Una fecha que, habían hablado, celebrarían en familia, porque ella traía consigo el alta médica. No es coincidencia. De eso está convencida Belén, que ve en “Despeinada. Una historia de resiliencia”, el fin de un ciclo y el inicio de otro que incluirá -con fecha por confirmar- la presentación oficial de su ópera prima.

“Los libros llegaron exactamente diez años después de ‘LA cirugía’, realmente una locura, eso me conmovió mucho”, confesó la escritora en diálogo con DIARIO DE CUYO, quien tomó el título de una colección icónica de sus propias pinturas, “Las Despeinadas, ”porque fue lo primero que quiso pintar cuando le empezó a crecer el pelo y se convirtió en un símbolo; y porque, al igual que el blog, adquirieron vida propia. “Fue impresionante, como un cierre y algo que se abre al mismo tiempo, muy extraño y lindo”, agregó la autora, quien respetó sus textos originales.

“Sí, son iguales, las correcciones que hice fueron cuestiones mínimas, de forma, porque me pareció que sería injusto para la Belén que las escribió, que aunque soy yo, no soy yo. Bueno, ¿quién es el mismo de hace diez años, verdad? Incluso me encontré con algunos que dije ‘¡Ay, por qué escribí esto?!’, pero los dejé, porque eso es lo que me pasó, lo que sentí”, dijo. “Recuerdo que nada de lo que leí sobre el tema me convenía, entonces dije ‘Ok, lo voy a escribir’, que es algo que me sale con cierta facilidad. Le puse el nombre de Bencha al blog porque así me llamaban sólo en mi casa y pensé que nadie se iba a dar cuenta de que era yo, ¡una pasada! (ella rió). Me cansé un poco de que me preguntaran tantas cosas, no respondía el teléfono a nadie, solo andaba por ahí. Fue algo muy terapéutico para mí, pero lo hice con mucha naturalidad, sin pensar en términos de terapia y con una espontaneidad que hoy no tendría si quisiera contarlo, tal vez eso fue lo que se quedó, no lo sé. … Empecé en julio del 2014, cuando comencé la quimioterapia los primeros años fueron fuertes, en el 2017 empezó a bajar y creo que dejé de escribir cuando me enteré que estaba embarazada de Lucía, en marzo del 2018. Como volví a la vida, los escritos fueron menguando”, explicó Belén, cuya “popularidad” -si cabe el término- comenzó con ese blog y luego se amplió con la pintura, campo al que se trasladaron sus seguidores, donde sumó otros nuevos y en el que continúa. crear.

“Hice el libro pensando si tendría algún sentido y ahora me doy cuenta de que sí, fue genial hacerlo. Un día vino un amigo a mi casa y me dijo ‘no puedo creer que tengas todos los libros ahí y no hayas subido nada’, entonces le tomé una foto, así sin más, la subí y cuando la toqué mi teléfono se quemó. “No pensé que esto iba a pasar”, se sorprende Belén, quien abraza con el alma ese libro, cuyas palabras se resignifican.

“Pasó mucho tiempo y pasó de todo, tal vez debería haberlo estrenado antes, pero, bueno, parece que esos no eran mis tiempos. Ahora cuando lo leo digo ‘¡Qué mal, qué mal lo pasé!’ Lo puedo ver… Y al mismo tiempo me doy cuenta de la importancia, de cómo pude resolver y transmitir algo que verdaderamente es intransferible, eso es cierto, pero parece que algo pude hacer porque llegó a un Mucha gente, no todos pacientes. oncológico. Fue una locura, porque para mí era escribir escondida en la cama con el móvil, ni siquiera reseñaba, escribía y publicaba… Y diez años después me vuelven a pagar de más”, reflexionó conmovida, antes de revelar qué texto escribió. Elegí antes de cerrar la tapa trasera.

“Termina con una historia que, sin saberlo entonces, es como un resumen de todo. Termina con Lucía, que fue un milagro, decían los médicos; “Eso me estaba despeinando”, sonrió serena y radiante. ¿Que sigue? “¡Despeíname el pelo cada vez más! Que me sigan sorprendiendo estas cosas”, lanzó sin dudar… Y lista para plantar su limonero.

 
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