¿Programa mediático? ¿Será sentenciado el 11 de julio? ¿Le ayudará o le quitará votos para las elecciones presidenciales de noviembre?
Estas podrían ser algunas de las preguntas sobre la sentencia impuesta por un tribunal de Nueva York al expresidente republicano Donald Trump, quien, desafiante, ha acusado al presidente Joe Biden de haber montado semejante espectáculo para afectarle de cara a las elecciones del próximo noviembre.
Tras varios días de audiencias, Trump, de 77 años, fue declarado culpable de haber falsificado registros comerciales para ocultar un pago de 130.000 dólares a Stormy Daniels, con el objetivo de silenciar lo sucedido al artista porno, y así no afectar sus aspiraciones presidenciales de 2016. cuando se enfrentó a Hillary Clinton en las urnas.
Al respecto, es válido recordar que, tanto en el uso y mal uso de las redes sociales, como en el ámbito financiero, en el que se ha acreditado una fortuna de más de 2.500 millones de dólares, el ex gobernante parece convencido de que “ él superará esta prueba”.
Al recibir el fallo de la Corte, Trump se proclamó “preso político” y, desafiando a su oponente demócrata, afirmó que “el corrupto Joe Biden debe recibir el mensaje, aquí y ahora, de que sus posibilidades de un segundo mandato terminan hoy”. .
“El verdadero veredicto será el 5 de noviembre (día de las elecciones presidenciales) por parte del pueblo, y ellos saben lo que pasó aquí, y todos saben lo que pasó aquí”, subrayó.
El magnate sabe bien que las leyes de Estados Unidos no le impiden continuar su campaña proselitista de cara a las elecciones presidenciales de noviembre, y que, si gana, podría incluso prestar juramento desde prisión.
Aunque, lo más probable es que la sangre no llegue al río ni Trump esté tras las rejas. Para ello, la sentencia que se dictará en la audiencia del próximo 11 de julio considerará circunstancias atenuantes, como que se trate de delitos no violentos y que se hayan cometido por primera vez, entre otras.
Cabe recordar que, en Nueva York, las personas sin antecedentes penales, condenadas únicamente por falsificar registros comerciales, casi no son condenadas a prisión, sólo les afectan las multas o la libertad condicional.
En definitiva, entramos en una nueva temporada de un culebrón de ficción en el que, una vez más, el dinero y sus aliados mediáticos son los que pueden inclinar la balanza hacia uno u otro contendiente, máxime cuando Trump sabe que su adversario está sobrecargado de adversidades de de todo tipo, en su tránsito por la Casa Blanca.
