La economía después del ajuste – .

La economía después del ajuste – .
La economía después del ajuste – .

El ministro de Economía, Luis Caputo, declaró hace unos días que “la estrategia cambiaria no está en discusión”. Esto básicamente supone que continuarán las microdevaluaciones mensuales del 2%, lo que, en un marco de inflación cuatro o cinco veces mayor, seguirá generando un atraso en el tipo de cambio y por ende una creciente expectativa de devaluación, que tarde o temprano se verá afectada. se transforma en realidad.

Es obvio que el gobierno mantiene el dólar cuasi fijo para que funcione como ancla de precios, ya que a medida que aumenta el dólar aumentan todos los bienes e insumos importados (que en nuestro país son muchos).

El problema de esto, como explicamos anteriormente, es que tiene fecha de caducidad. Además, la continuidad del tipo de cambio frena la llegada de inversiones (nadie invierte en un país donde no puede disponer libremente de sus ganancias), lo que implica un mayor retraso en la reactivación económica.

Además, el retraso del tipo de cambio, junto con la reducción de los derechos de importación, está provocando un aumento sustancial de los productos de los países que forman parte del Mercosur, un proceso similar al vivido a finales de los años 90, cuando la mayoría de nuestros Los socios comerciales devaluaron su moneda, provocando una pérdida de competitividad y por tanto un déficit comercial, que se financió con deuda externa, hasta que nuestros acreedores detectaron la imposibilidad de pago, limitando el acceso a nuevos créditos y se dispararon en 2001.

La teoría liberal nos explicaría que con el tiempo, el mercado generará los incentivos necesarios para que surjan nuevas empresas y la economía se reactive, entrando nuevamente en un ciclo ascendente.

Pero, si eso es cierto… ¿Cuáles son los sectores que impulsarían la economía en el futuro? Hasta el momento no hay indicios de un plan del gobierno nacional para fortalecer alguno en particular. Siguiendo la lógica del “mercado”, podemos asumir que las inversiones se dirigirán a sectores que tienen ventajas comparativas, que en el caso de Argentina serían aquellos vinculados a actividades extractivas como la minería y el petróleo.

En este escenario surgen dos preguntas: ¿Qué tan grandes pueden llegar a ser estas inversiones? ¿Qué va a hacer el gobierno con las divisas que generan? Si se logran atraer fuertes inversiones en estos sectores con amplio potencial exportador, los ingresos para los próximos años podrían ser enormes, quizás suficientes para superar las crisis económicas que se suceden cíclicamente en nuestro país.

Además, por otro lado, si dejamos la asignación de recursos en manos de un mercado totalmente liberalizado, lo que ocurrirá -sin duda- es un fortalecimiento del peso y por tanto un aumento de nuestras importaciones (como ya ocurrió en muchos momentos de nuestra historia). Es decir, los ingresos que generemos aumentarán las posibilidades de consumo y la economía crecerá durante algunos años.

El problema de este escenario es que una vez terminados los ingresos extraordinarios, se acabarían las posibilidades de consumo y Argentina volvería a entrar en una crisis de balanza de pagos. Para evitarlo, es fundamental que los recursos generados se destinen directa y casi exclusivamente a la inversión. Hoy la caída de la inflación es producto de la disminución de la emisión monetaria y la recesión, pero un programa económico no puede depender únicamente de estas variables, no es sostenible ni económica ni socialmente.

En este marco, se necesita un plan de estabilización que fortalezca, a través de inversiones diversificadas, los diferentes sectores de la economía con un amplio perfil exportador y mejorando el consumo interno. El contexto está cambiando y parece favorecer a los argentinos. Ojalá esta vez aprovechemos la oportunidad para volver a ser una nación próspera.

 
For Latest Updates Follow us on Google News
 

NEXT “Abajo el comunismo”, el grito de un cubano en un acto castrista en la isla