“Usé el cine para lograr el cambio” – .

“Usé el cine para lograr el cambio” – .
“Usé el cine para lograr el cambio” – .

Todos sus proyectos parecen tener un rumbo marcado. ¿Deformación profesional? Tal vez. Enrique Piñeyro no se deja deslumbrar por los premios y asegura que hace teatro porque “no hay nada como el teatro en vivo”. Lleva 11 años realizando su espectáculo “Volar es humano y aterrizar es divino”, un espectáculo de comedia, que trae al Teatro Bicentenario el 8 de junio y que promocionará presencialmente hoy en San Juan.

Un hombre que parece hacer maravillas las 24 horas del día por la cantidad de profesiones que desempeña: es piloto, actor, productor audiovisual, filántropo y cocinero. A finales de los 90, como piloto de esa empresa, denunció a Lapa por “graves deficiencias”. Dos meses después de su renuncia, ocurrió en Aeroparque la tragedia del vuelo 3142. Luego filmó Whisky, Romeo, Zulu donde expuso todo lo que sabía. Así le gusta hacer películas, dirá, con “impacto en la realidad”. Piñeyro habla con DIARIO DE CUYO camino a una conferencia de prensa. Descendiente de una familia adinerada y dueño de su propia fortuna, está convencido de que la riqueza debe redistribuirse. Fundó “SolidAire”, fundación con la que, utilizando su propio Boeing 787, ha transportado suministros a refugiados en Sierra Leona, Gaza y Brasil.

-¿Qué cara pone la gente cuando ve la cabina de un avión en el escenario?

-No lo sé, está todo apagado, pero deberían ponerle una cara… porque es una escala 1-1 como si le cortaras el morro a un avión y lo pusieras ahí.

-¿Cómo defines tu estilo de humor?

-Bastante ácido, por un lado, muy blanco por el otro, casi infantil. Y a veces jugando con las palabras, las repeticiones y ese tipo de cosas, sale así en la vida. Tengo una especie de compulsión por hacer bromas que a veces me ha metido en problemas.

-Con todas tus ocupaciones, ¿por qué sigues haciendo teatro?

– Me gusta, me divierto mucho. Lo que más me gustó del cine fueron las preguntas y respuestas con el público y dije “por qué no puedo hacer esto sin pasar dos años haciendo una película”. Luego se me ocurrió el espectáculo. Hay algo con lo del vivo… La gente que me dice que está nerviosa por el estreno de una película, les digo “¿por qué? Si se hace todo, no hay nada que cambiar”. En el teatro tienes que hacerlo cada vez y tienes que sentir que lo estás generando y el público te retroalimenta; Se ríe o no se ríe. Es mucho más dinámico.

-Mucha adrenalina.

-Sí, más real, no tan real como volar, porque volar es adrenalina real, esto es más figurado.

– ¿En qué porcentajes se divide su vida laboral? ¿En cuál gastas más?

-Piloto, de aquí a China… 90 por ciento. Pues un 85, dejemos un 15 para la cocina.

-¿Cómo fue ese momento en el que decidiste comprar un Boeing 787?

-Estaba en la playa, era una época de tarifas muy bajas, pensé “para qué voy a gastar mi propio dinero si el de otra persona es más barato”. Entonces pedí un préstamo y listo.

-¿Por qué decidiste dedicarlo a causas humanitarias?

-Me parece que este sistema capitalista permite la acumulación indefinida, debería haber un límite. Los países nórdicos tienen un sistema productivo capitalista, pero un sistema fiscal redistributivo, que en un momento dado si ganas más dinero, ganas menos, porque pagas tantos impuestos que te quedas con menos dinero. Entonces me parece que tenemos que redistribuir porque los Estados no lo van a hacer. Hay que usar el dinero para eso… claro yo también me doy mis gustos, me encanta volar, usar el 787, me encanta comer bien y beber mejor, pero ya está.

-¿Usar su avión para causas humanitarias es su forma de redistribuir?

-Sí, seguro que sí. Las misiones son todas con fondos propios.

– ¿Cómo lo atraviesa la producción audiovisual?

-Es el lenguaje de hoy. ¿De qué sirve enseñar caligrafía a los niños cuando el lenguaje es audiovisual? Los niños de hoy van a comprarse un par de calcetines y filmaron tres o cinco planos, caminaron 50 metros, lo editaron, le pusieron música, le pusieron texto, un efecto y es una pequeña película que técnicamente está impecable y aporta Según su historia, es su forma de expresarse. Existe una paradoja en la educación actual: los sujetos que tienen que aprender las herramientas que van a mover el mundo están mucho más educados que los sujetos que las enseñan. Hoy el mundo se mueve con personas inmóviles frente a una pantalla, antes miles moviéndose en una cadena de montaje.

-¿Cuál de las producciones te conmovió más o fue un punto de inflexión para ti?

-Es difícil responder. Porque Whiskey… es la historia que quería contar, pero la Fuerza Aérea era lo que quería que sucediera, una autoridad de aviación civil que no estaba en manos de los militares, y eso sucedió al día siguiente del estreno, y el show de terror de Rati. hizo que sucediera. algo más intenso desde el punto de vista humano porque era sacar a un tipo de la cárcel. Me gustan las películas que tengan algún impacto en la realidad. No soy cineasta, usé el cine para lograr cambios, para contar las historias que quería contar. Una vez que hice eso, me quedé sin películas. Cuando era niño no me dibujaba haciendo películas, me dibujaba en la cabina del avión. Recuerdo los aviones desde el primer día, creo que nací piloto, no tenía licencia, pero lo era.

– Sus películas han sido premiadas y le dieron el Konex. ¿Qué son los premios para ti?

-Hay una cosa muy divertida de los premios, que es el orgullo que les da a tu madre y a tu esposa y los comentarios sarcásticos de tus compañeros de colegio. El Konex tiene su importancia, aunque también lo ganó el dueño de Lapa, lo cual dije al recibirlo, pero creo que el Konex tiene una credibilidad que no muchos premios tienen.

-Una vez se vistió de Batman y caminó frente a la Residencia Olivos.

-(Risas) Sí, el 19 de diciembre de 2001. Había 10 mil personas coreando mi nombre oculto, Batman.

-¿Te sientes un poco Bruce Wayne?

-No. Quería ser Superman, a los 6 años salté de la cama con una capa de toalla luego de pedirle a Dios que me concediera poderes de superhéroe. Me golpearon…

– Pero con tus misiones humanitarias, ¿no te sientes a veces como un superhéroe?

-No no. Siento que hago lo que me gusta, que conecto con realidades complicadas, pero es la manera de compartirte haciendo lo que te gusta y compartir lo que tienes para dar.

LOS DATOS
Se presentará el sábado 8 de junio en el Teatro del Bicentenario, 8:30 p.m. Boletos: $5.000, $7.000 y $10.000 en taquilla y tuentrada.com

 
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