La historia del único ventrílocuo de La Plata y su muñeco Carlitos

La historia del único ventrílocuo de La Plata y su muñeco Carlitos
La historia del único ventrílocuo de La Plata y su muñeco Carlitos

“No estudié, fue una etapa en la que no podía invertir económicamente en esto, pero también aprendí ventriloquia por mi cuenta, siempre con algunos temores de no saber si iba a funcionar, si iba a funcionar. Trabajar, si a la gente le iba a gustar… Me preguntaba eso todo el tiempo. Pero a pesar de esos miedos comencé a ver videos de diferentes ventrílocuos de todo el mundo, sus técnicas, sus maniquíes, sus rutinas, los diferentes estados de ánimo, y así comencé. , frente al espejo de forma autodidacta, con mucho ensayo y muchas pruebas”, dice sinceramente.

Después de estos casi 5 años, los resultados son óptimos: Emiliano logró darle vida a Carlitos y tanto es así que recientemente logró el tercer lugar en el congreso de ventriloquia que habitualmente se realiza en el Civear..

el muñeco carlitos

Luego de cinco intentos de armar personajes con sus propias manos, en 2022 el platense contactó Franco Médiciun reconocido fabricante de muñecas que también construyó, entre otros, Pirulo Balmacedauno de los más famosos del circuito actual, que pertenece al ventrílocuo cordobés Mauro Villaverde. “Franco me mostró muñecos hechos con troqueles, en cantidad, a los que les cambias el color de la piel, el tipo y color del pelo y otras cosas, para personalizarlo. Me mostró que tenía varios muñecos, incluso uno que era imitación de Chirolita, pero esos modelos ya se usaban en Civear, hasta que vi uno que tenía allí a lo lejos y de inmediato me enamoré y fui a buscar. Y así llegó Carlitos”, recuerda Emiliano.

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“Carlitos está loco y atormentador”, dice Emiliano

Foto de : AGLP

“Lo más complicado es crear una personalidad para el muñeco que estará contigo y te acompañará siempre”, dice el ventrílocuo, quien además de perfeccionar la técnica vocal con la que hace hablar a su personaje sin mover los labios, también Había que construir una relación, algo que es fundamental. Entre cada ventrílocuo y su muñeco existe un estrecho vínculo necesario para generar una simbiosis que sorprenda al espectador.

Y ese es un momento mágico que cualquiera puede vivir, según lo definen en diálogo con este portal. Guillermo Guardia, el actual presidente de Civear: “Ser ventrílocuo es divertido y cualquiera puede serlo, ya que la ventriloquia no es un don, sino que es cuestión de practicar, aunque eso sí, después hay que actuar con el muñeco. Sientes que “tienes cierto poder, pero luego acabas convirtiéndote en el compañero del muñeco. Todos tenemos nuestros muñecos identificados”. Y tanto es así que En la última reunión que celebraron en el Civear, muchos ventrílocuos llevaron sus chupetes abrigados con chaquetas y bufandas, por miedo a resfriarse..

“Nos peleamos con Carlitos todos los días porque él piensa de una manera muy diferente a la mía; cuando trabajo él no quiere, y viceversa, se juega ese juego todo el tiempo. Carlitos está loco, es un sinvergüenza y un torturador. Tenemos una relación de amor-odio”, define Emiliano, mientras lo mira de reojo. El muñeco sigue sentado en su atril, pulcramente peinado y vestido para la ocasión. “Él siempre tiene su espacio, aquí y dondequiera que vayamos. Aquí tiene su atril, sus diferentes tipos de ropa, disfraces, los lava, los plancha, es alguien más en la familia; mi hija creció con Carlitos, para ella es uno más, aunque al principio hubo cierta resistencia en casa. Pero ahora es uno más, y cuando voy a un cumpleaños me preguntan por qué no lo tomo”.

“A dónde lo puedo llevar, no tengo ningún problema en llevarlo en la mochila, así que cuando me lo empiecen a pedir sal al campo y aguanta porque no se salva nadie. Una vez, con unos amigos que conocí, me pasó que en una reunión algunos me dijeron ‘mentira, ¿cómo le vas a hablar a un muñeco?’, y entonces esos fueron los primeros que agarró Carlitos, se fue por la yugular . Incluso terminaron haciendo un partido de trucos y ahí yo estaba solo de apoyo, jugó Carlitos. , y encima ganamos. Estaban muy cachondos. ¡Ganó un muñeco!”, recuerda el ventrílocuo.

“Ser ventrílocuo es como ser otra persona. A veces te sientes mal por circunstancias de la vida, estás decaído, y agarro a Carlitos y entro a otro mundo, no hay nada malo, hay nada bueno, todo son risas. Capaz de que estoy dormido o cansado, y cuando lo agarro lo único que puedo hacer es reírme”, define. “Empecé en la pandemia, estábamos todos mal, muy afectados, era un contexto en el que faltaban risas y cariño. Y la ventriloquia me abrió muchos lugares hermosos en los que nunca imaginé que estaría. Nunca se me hubiera ocurrido estar con una muñeca y terminó siendo mi cable a tierra.

El Círculo de Ventrílocuos Argentinos

El Civear nació en 1999 por idea del ventrílocuo Miguel Ángel Lemboun viejo amigo del legendario Ricardo Gamero (Chasmán), que falleció el 20 de mayo de ese año y no pudo ser el primer presidente del grupo, como estaba previsto. Actualmente son más de cien socios activos repartidos no sólo por Buenos Aires y otras provincias del país, sino también en el exterior.

Se reúnen presencialmente el primer lunes de cada mes en el Teatro Contemporáneo de San Telmo, mientras que el tercer lunes realizan un encuentro virtual. “La idea siempre es juntarnos para saber quién hace ventriloquia y cómo mejorar juntos este arte”, explica Guillermo, actual presidente del grupo. “Estamos en contacto todo el tiempo y nos informamos sobre espectáculos, técnicas y más; nos damos consejos unos a otros. En las reuniones cada ventrílocuo aporta su carácter, a veces incluso vamos con nuestras familias. El Civear es un grupo muy orientado a la familia, como a los amigos. Te sientas, tomas mate, café, hablamos todos y los muñecos también siempre comen algo. Hay de todo tipo de edades, por ejemplo hace poco se incorporó un niño de 11 años y está muy contento”. , añade Emiliano. “Agradezco a Civear porque siempre estuvieron conmigo y me acompañaron”.

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Un viejo encuentro entre algunos de los ventrílocuos que integran Civear. Foto: Facebook Círculo de Ventrílocuos.

En Civear se dan clases de ventriloquia para todo aquel que quiera adentrarse en este mundo, que según insiste Guillermo, abre las puertas a todos: “Aunque hay una mística de que el ventrílocuo habla con el estómago, es bueno que la gente se lo crea, pero en realidad no es así. La única forma en que sale el sonido es a través de las cuerdas vocales; la cuestión es controlar los músculos de la cara para que la boca no se mueva. Básicamente se trata de esto, de hablar sin. mueve la boca; y al mover la boca y la cabeza del muñeco, crea la ilusión de que está hablando. Si sabes utilizar la mirada cuando hablas, el público quedará convencido de que el muñeco está hablando”.

“Si yo pude hacerlo, cualquiera puede hacerlo. Es difícil pero puedes hacerlo, si lo quieres y lo deseas. Es solo estar y estar ahí, porque requiere mucha práctica, concentración, saber respirar”, dice Emiliano, quien al principio guionaba sus rutinas hasta que aprendió que en el momento debe haber mucha improvisación. hora del espectáculo. “Tengo preparado un guión completo y la pantalla se queda en blanco cuando subo al escenario. Me sudaban las manos y me preguntaba cómo iba a salir de ahí. Estaba muy nervioso y entonces comencé a improvisar una pelea con Carlitos, quien terminó siendo la figura y me salvó. Me quedé petrificada y él usó toda esa situación en mi contra. Parecía como si fuera una actuación, conmigo nerviosa y él haciendo bromas al respecto, pero todo era real. en algo positivo gracias a la muñeca.

“En el congreso de ventriloquia, por ejemplo, Carlitos quiso hacerse romántico y trató de levantar un muñeco que estaba ahí. Fue el muñeco de un ventrílocuo el que terminó siguiéndome en el espectáculo, que fue pura improvisación, algo espontáneo que generó muchas risas y aplausos”, recuerda también.

Emiliano, quien en Instagram es pituycarlitos.ok y en youtube Pitu y CarlitosTiene la idea de llevar a su personaje a pasear por distintos puntos de La Plata. Las veces que caminaba por el Parque Saavedra y la República del Niño llamaba mucho la atención. “En vacaciones, por ejemplo, me gustaría empezar a ir a la Plaza Moreno, al Museo y a otros lugares”, fantasea humildemente. “Mucha gente por ahí piensa que les voy a pedir dinero y no es así, lo único que quiero es sacarles una sonrisa”, cierra el ventrílocuo.

Se acabaron los mates. Ahora llega el momento de darle vida a la estrella que estuvo atenta a toda la charla, sentada a un lado y en silencio..

 
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