Los de Moscú 1980 se convirtieron en los más rentables, hasta ese momento, para nuestro país
En el verano de 1980, los corazones cubanos latían al ritmo de la gloria olímpica. En la majestuosa ciudad de Moscú, bajo el sol abrasador y la mirada atenta del mundo, nuestros atletas se alzaron como verdaderos titanes.
Nunca antes Cuba había logrado tantas medallas, incluidas las de oro. Lo vivido, como venimos reflexionando en esta serie, es haber subido un escalón más en la promoción del deporte cubano.
La cosecha fue de 8 medallas de oro, 7 de plata y 5 de bronce para un total de 20.
Estos ascensos se materializaron de manera sostenida luego del Triunfo de la Revolución en 1959, algo muy visible que vale la pena recordar: Tokio 1964 (0-1-0=1); México 1968 (0-4-0=4); Múnich 1972 (3-1-4=8); Montreal 1976 (6-4-3=13).
El equipo olímpico cubano, integrado por 208 valientes atletas (176 hombres y 32 mujeres), enfrentó colosales desafíos en 19 disciplinas deportivas. A pesar de las tensiones políticas y los boicots, estos atletas demostraron su habilidad y pasión en cada competencia.
Los ocho campeones
María Caridad Colón dejó su huella en el atletismo al ganar la medalla de oro en lanzamiento de jabalina con un lanzamiento de 68,40 metros, lo que la convirtió en la primera mujer latinoamericana que logró subir a lo más alto de un podio olímpico.
El boxeador Teófilo Stevenson (división de más de 81 kilogramos) consiguió su tercera medalla de oro, tras haber sido ya invencible anteriormente en Múnich 1972 y Montreal 1976, en todos los casos como abanderado de la delegación.
Lo del boxeo no quedó ahí: Juan Bautista Hernández (54), Ángel Herrera (60), Andrés Aldama (67), Armando Martínez (71) y José Gómez (75) también terminaron campeones.
Daniel Núñez demostró su fortaleza en el levantamiento de pesas al ganar la categoría de 56 kilogramos, levantando 125 en arranque, y 150.0 en envión, para un total de 275.0, récord olímpico y mundial. Fue el primer campeón olímpico cubano en esta disciplina.
los siete de plata
Silvio Leonard corrió como el viento en los 100 metros lisos, en los que marcó un tiempo de 10,25 segundos.
Alejandro Casañas superó obstáculos en los 110 metros con vallas (13,40 segundos).
Hipólito Ramos defendió con honor la categoría de los 48 kilogramos en el boxeo, al igual que Adolfo Horta (57).
Fueron tres los que brillaron en el judo: José Rodríguez Carbonell (60), Juan Ferrer Lahera (78) e Isaac Azcuy (86).
Los cinco bronceados
Luis Mariano Delís lanzó el disco con precisión (66,32 metros).
José Aguilar peleó valientemente en el boxeo (63,5 kg), al igual que Ricardo Rojas (81).
Alberto Blanco (100), en halterofilia, levantó lo suficiente para terminar también con el bronce: 172,5 en arranque y 212,5 en envión, para una puntuación de 385,0 en biatlón.
Roberto Castrillo acertó en el tiro al plato y en la final lo hizo con 25-23 puntos.
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Cuba, con su bandera en alto y sus atletas forjando leyendas, se ubicó en el cuarto lugar del medallero. Estos logros no fueron sólo números sobre una mesa, sino símbolos de sacrificio, pasión y unidad. Los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980 resonarán para siempre en la memoria de una nación que una vez más se atrevió a soñar en grande.
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