El impacto emocional que se experimenta cuando perdemos una mascota es profundo y significativo. Las mascotas son una parte trascendental de nuestras vidas y su muerte, sin duda, deja un vacío muy difícil de llenar.
En este contexto, cobra especial sentido la propuesta de “Ley Duke”, que tiene como objetivo proporcionar un permiso de trabajo en caso de muerte de mascotas y un día de ausencia justificada del colegio. Tener un día libre para afrontar y procesar esta pérdida sería de gran ayuda, especialmente para el bienestar emocional de las personas, permitiéndoles realizar el duelo de forma adecuada.
Cuando una mascota muere surgen muchas emociones como dolor y tristeza, y es necesario llevar a cabo el proceso de duelo en consecuencia, considerando los fuertes vínculos afectivos que se tienen con ella. Permitirse tomarse un día libre reconoce la importancia de este vínculo y brinda el espacio necesario para procesar la pérdida.
Para muchas personas, los animales se convierten en miembros de la familia, fieles compañeros que pasan la mayor parte de su tiempo con nosotros, brindándonos consuelo y alegría, compartiendo momentos importantes de nuestra vida, principalmente con los niños. Por lo tanto, contar con este beneficio nos permitiría tener un espacio seguro para procesar la situación, recordar y honrar a nuestras mascotas, además de tomarnos el tiempo para despedirnos de ellas de manera significativa.
Esta iniciativa sería un mensaje importante sobre el bienestar y respeto por los animales.
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