El fenómeno conocido como Nido de Bucaramanga es una zona donde la actividad sísmica es notable, atribuido a la interacción de fragmentos de placas tectónicas antiguas que se han integrado en el manto terrestre. Esta compleja interacción de placas es evidente principalmente en el municipio de Los Santos (Santander), que sirve frecuentemente como epicentro de varios terremotos.
Los terremotos que se originan en esta región tienen características distintivas. En primer lugar, su profundidad alcanza aproximadamente los 150 kilómetros, lo que indica que se generan a una distancia considerable por debajo de la superficie terrestre. En términos de su magnitud, tienden a ser de baja a moderada, lo que significa que, Aunque son comunes, su fuerza en la superficie es relativamente leve, lo que conlleva un menor riesgo para las poblaciones afectadas.
Sin embargo, es crucial resaltar que en esta zona se han registrado sismos con magnitudes superiores a 6.0, los cuales han causado daños considerables a la infraestructura y a las comunidades locales. Estos eventos, aunque menos comunes, subrayan la necesidad de mantener una vigilancia constante y estar preparados para la posibilidad de terremotos más intensos.
