Sí, sucederán – .

Perdón, militantes del PSOE de Ferraz y Martínez Zaporta: pasaréis. Sí, pasarán. De hecho, deben pasar, será mejor que todos los dejemos pasar. El PP volverá a gobernar en España, lo mismo que ha hecho en ciudades, autonomías, pueblos y asociaciones. Y resulta que el mundo no colapsará. Habrá cosas mejores, cosas peores, se equivocarán en asuntos graves y menores, acertarán en otros. Y entonces ellos también caerán. Será alguien más quien suceda entonces. Probablemente el PSOE. Tal vez no.

Llevamos así más de cuarenta años y las cosas no nos han ido mal como país. De hecho lo hemos hecho mejor que bien, mejor que en toda nuestra historia del “no pasarán”, de los caballos en el congreso y de la unidad del destino en lo universal.

Juntos sí, aunque diferentes. Enfrentados pero civilizados: así nos va bien. Quienes nos quieren a ambos lados de un muro miran primero y casi sólo a sus propios traseros. Esta orgía sentimental con tantas trampas a la que se ha lanzado Pedro Sánchez en un momento tan delicado electoralmente (una coincidencia temporal que de por sí debería levantar la ceja a cualquiera) persigue claramente ese objetivo. Sabe bien que su única posibilidad de sobrevivir es erigirse en guardián del muro, levantar a su pueblo contra los “malos”, pintar una derecha con cuernos y cola que no debe “pasar” ni las puertas de el infierno se abrirá.

Entonces, mirémonos. Sánchez no es el único que sigue ese camino, sólo el último. Es, venga de donde venga, el camino equivocado. Del que hay que desconfiar.

Leí la carta bastante larga, bastante mal escrita y bastante sentimental de Pedro Sánchez a los ciudadanos. Hay en todo ello, sin embargo, algo totalmente cierto: la vida pública española se ha visto inundada por una marea de mentiras, verdades a medias, calumnias, bulos y un periodismo pésimo. Aunque esto último afecta prácticamente a todos los barrios por igual, cuando se trata de la industria del bulo es la extrema derecha la que se lleva el premio. Porque está básicamente en su ADN: los nacionalistas ultrapopulistas, de Putin a Trump, tienen en su manual la captación de la opinión pública, la “verdad alternativa”, la invención, el infantilismo. Las redes sociales ayudan, pero también esos pseudomedia que surgen como hongos y que las plataformas siguen promocionando porque generan clics. Es la industria de la mentira, contra la que sólo hay un antídoto: desconfiar de lo que lees. No importa cuánto (o especialmente si) lo que lees parece estar de acuerdo contigo.

De todo lo que he leído sobre Begoña Gómez, el detonante de este “ahora” en el que estamos, no veo nada que huela a flagrantemente ilegal. Se deberían saber más cosas para poder catalogar tan alegremente su actividad como delictiva. Pero sí veo algunas cosas que se escapan de las grietas de la ética. Sobre todo una: qué hace la mujer del presidente del Gobierno (no puede dejar de serlo ni partir su persona en dos) recomendando empresas que participan en concursos públicos. Eso simplemente no se hace.

 
For Latest Updates Follow us on Google News
 

PREV Una persona murió y tres quedaron en riesgo tras consumir hongos silvestres en Lumaco
NEXT Catalina Usme y Sandra Sepúlveda, 20 años en Selección – .