El rastro de Piedad Córdoba en la condena contra su hermano por narcotráfico

El rastro de Piedad Córdoba en la condena contra su hermano por narcotráfico
El rastro de Piedad Córdoba en la condena contra su hermano por narcotráfico

La fallecida exsenadora Piedad Córdoba y su hermano Álvaro Córdoba, condenados por narcotráfico en Estados Unidos.

Foto: Archivo

Hasta diciembre de 2022, Piedad Córdoba y su hermano, Álvaro Córdoba, mantuvieron la misma versión sobre la investigación que llevó al segundo a ser extraditado a Estados Unidos donde fue acusado de haber sido eslabón clave en un negocio ilegal para exportar productos de alta pureza. cocaína. , de Colombia a ese país. Ambos insistieron en que no tenían nada que ver con esos asuntos y que el tiempo demostraría su inocencia.

Sin embargo, el 2 de enero de 2023 la historia empezó a cambiar. Aunque Álvaro Córdoba no aceptó ninguno de los cargos y su hermana siguió defendiéndolo desde Colombia, ese día de principios de año el proceso dio un giro inesperado con la aceptación por parte del extraditado de que efectivamente era culpable. Luego, 18 días después, Piedad Córdoba falleció en un hospital de Medellín, luego de varios tratamientos médicos.

Esta semana, Álvaro Córdoba fue condenado a 14 años por un Tribunal del Distrito Sur de Nueva York y, en la investigación dirigida por el fiscal Damián Williams, las autoridades estadounidenses dieron pistas sobre el papel que pudo haber tenido la exsenadora Piedad Córdoba en este proceso ilegal. red. que logró desbaratar a la DEA y a funcionarios de la Policía colombiana que participaban en la investigación.

Lea aquí el documento con el que la Fiscalía de Estados Unidos solicitó la condena de Córdoba:

La trampa de los agentes infiltrados

Si bien el expediente se centró en Álvaro Córdoba, y dos de sus presuntos asociados, Amanda Palacio Mena y Alberto Alonso Jaramillo Ramírez, las investigaciones de las autoridades estadounidenses llevaron a encontrarse en varias ocasiones con el fallecido senador. Para empezar, la investigación comenzó en marzo de 2020, cuando varios agentes infiltrados contactaron a Amanda Palacio, haciéndose pasar por intermediarios de los cárteles mexicanos.

La intención de estas comunicaciones era decirle a la colombiana que querían establecer un negocio de exportación de cocaína a Estados Unidos, a través de Venezuela y México. Las autoridades lograron registrar más de 300 llamadas y reuniones en espacios físicos mantenidos por los agentes infiltrados y Palacio, quien fue el encargado de presentar a Álvaro Córdoba a los supuestos enviados de México.

El primer contacto de Córdoba con agentes se produjo el 16 de julio de 2021 en una llamada telefónica. Palacio Mena fue el encargado de realizar la presentación, en la que se mencionó que se trataba de una persona con “altos contactos en el gobierno”. Si bien al inicio de la negociación también se habló de participar en un negocio de tráfico de armas, cuando Álvaro Córdoba entró en escena quedó claro que la oferta era por cocaína.

“Es un ganar para todos”: Álvaro Córdoba, hermano de Piedad Córdoba

En esa conversación, Palacio Mena dejó claro que ya le había dicho a Álvaro Córdoba que los supuestos delegados de la mafia mexicana querían apoyar a Piedad Córdoba, a cambio de su ayuda para llevar a cabo este negocio del narcotráfico. El ahora condenado les dejó claro que todo lo que tuviera que ver con su hermana tenía que pasar por él primero y que “políticamente esto podría ser beneficioso para los involucrados”.

En palabras literales, Córdoba les dijo: “Es beneficioso para todos”. Seis días después, Palacio volvió a contactar a los supuestos enviados de México y les advirtió que “la señora Piedad iba a contactarlos”. En una teleconferencia que grabó uno de los agentes infiltrados, Álvaro Córdoba pidió vincular a su hermana con la comunicación. Sin embargo, no estaba claro que fuera ella, pues solo se escuchó una voz femenina preguntando si estaba hablando con los agentes.

A partir de entonces, las conversaciones se centraron en ultimar los envíos del estupefaciente, la logística para el pago del dinero y otros temas logísticos, como de dónde vendría la cocaína. Según la investigación, la sustancia ilícita sería producida por la guerrilla de las FARC, al mando de un comandante alias Martín. Otro tema clave que quedó en evidencia en este caso es que, durante las negociaciones, Palacio y su cómplice aseguraron tener contactos con el Cártel de los Soles.

Según la justicia de Estados Unidos, se trata de un grupo narcotraficante integrado por altos funcionarios venezolanos, que “abusaron del pueblo venezolano y corrompieron sus instituciones legítimas”, entre las que se encuentran las fuerzas militares, el aparato de inteligencia y el poder legislativo. . y judiciales. El trato que Palacio y Córdoba propusieron a los agentes infiltrados fue que, con el apoyo de esa red ilegal, y sus contactos en Colombia, la cocaína podría pasar por Venezuela hasta México, sin ningún control de las autoridades.

En ese sentido, fue clave el papel desempeñado por Alberto Alonso Jaramillo Ramírez, policía retirado que trabajó en Antinarcóticos durante varios años. Según un documento de la Fiscalía Federal, el exagente habría puesto sus contactos en la fuerza pública al servicio de delincuentes para que cientos de cargamentos de droga se movieran por todo el país sin ningún control estatal. Tanto Jaramillo como Palacio fueron extraditados a Estados Unidos, pero ambos aceptaron cargos mucho antes que Córdoba.

Los meses entre junio y septiembre transcurrieron entre convocatorias y reuniones en Medellín. Uno de ellos incluyó la visita de un químico que dio otros detalles a los agentes infiltrados, como la pureza que podía tener la cocaína y que se trataba de un proceso científico que él supervisaba. Otra mención clave a Piedad Córdoba en la investigación está relacionada con otra llamada que registró la DEA.

El encuentro con Piedad Córdoba

La breve conversación ocurrió el 3 de septiembre de 2021. Lo que la Fiscalía Federal informó durante el proceso es que, para ese momento, ya estaban claros varios detalles de la red criminal, por ejemplo, que la cocaína saldría en avión y el dinero yo regresaría en ese mismo avión. Con esos puntos claros, Córdoba llamó a su hermana y le pasó el teléfono a uno de los agentes encubiertos.

La investigación señala que en ese momento el fallecido senador invitó a ese funcionario y a sus compañeros a una reunión en Bogotá. Eso sí, Álvaro Córdoba explicó a los infiltrados que el teléfono de su hermana podría ser interceptado, por lo que había temas que no podían tratar por teléfono. Así, la designación se produjo el 23 de septiembre de 2021 en un acto político en la capital del país.

De izquierda a derecha: Amanda Palacio, Álvaro Córdoba y Piedad Córdoba. Las personas que se encuentran con la carta oculta son los agentes de la DEA infiltrados, durante la reunión a la que fueron invitados por el exsenador.

Foto: Archivo Privado

El encuentro quedó evidenciado por una fotografía en la que se eliminan las identidades de los agentes por motivos de seguridad. La Fiscalía de Estados Unidos precisó sobre este encuentro que Palacio le recordó a Piedad Córdoba que ya había hablado con los agentes en semanas anteriores. Sin embargo, los investigadores no brindaron más detalles del encuentro, pero aportaron la foto al expediente contra Álvaro Córdoba.

La muestra de cocaína

Luego de la reunión en Bogotá, los ahora condenados y los agentes regresaron a Medellín para coordinar la entrega de pruebas de la cocaína que supuestamente iban a comercializar. Finalmente, el 17 de diciembre de 2021, en una finca a las afueras de la ciudad, agentes de la DEA recibieron la muestra del narcótico que mostró una pureza entre 86.6% y 89.1%.

La evidencia de esa entrega también quedó en una fotografía dentro de la prueba del caso. Según lo prometido, los agentes infiltrados entregaron 15.000 dólares a Palacio, Jaramillo y Córdoba. Dos meses después, cuando terminaron de cerrar el trato, los tres colombianos fueron capturados por agentes que llevaban un año negociando como presuntos enlaces de los cárteles mexicanos.

Esta es la muestra de cocaína que los agentes infiltrados recibieron de manos de Álvaro Córdoba.

Foto: Archivo privado

Las detenciones se produjeron el 2 de febrero de 2022 y, con ellas, la defensa de los hermanos Córdoba de que no tuvieron nada que ver con lo que se les acusaba. Ahora, Álvaro Córdoba deberá cumplir 14 años de prisión en Estados Unidos, y deberá estar bajo vigilancia durante cuatro años más una vez que cumpla su condena. El monto de su tendencia fue más del doble de lo que esperaba, ya que la Fiscalía estadounidense dejó claro que, para quienes estén vinculados con grupos violentos dedicados al narcotráfico, como las FARC, la pena será severa.

En cuanto a su hermana, la senadora del Partido Liberal falleció en una clínica de Medellín en enero de este año, luego de enfrentar en los últimos años varias enfermedades que afectaron su calidad de vida. Ni Estados Unidos ni Colombia la vincularon jamás con la investigación que llevó a su hermano a prisión, sin embargo, la Corte Suprema de Justicia la investigó hace 15 años por sus presuntos vínculos ilegales con las FARC.

Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El espectador.

 
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