la confesión de una asistente terapéutica que mató a golpes a una jubilada para la que trabajaba

la confesión de una asistente terapéutica que mató a golpes a una jubilada para la que trabajaba
la confesión de una asistente terapéutica que mató a golpes a una jubilada para la que trabajaba

El 17 de noviembre de 2022, Perla Iris García Murtuna jubilada de 84 años, fue asesinada a golpes en su departamento ubicado en la Avenida Belgrano al 1600, en el barrio porteño de monserrat. Su cuerpo fue encontrado por el responsable del edificio, alertado por el olor nauseabundo que salía de la casa. Desde entonces, su crimen ha sido un misterio.

Sin embargo, después de una intensa investigación de la División de Homicidios de la Policía Federal Argentina (PFA), se descubrió quién –presuntamente– está detrás de todo: Se trata del asistente terapéutico que trabajaba para la víctima en el momento del incidente. y que fue detenida esta semana, luego de un allanamiento en su casa, ubicada en el mismo barrio donde vivía el jubilado a quien asesinó brutalmente.

Según fuentes de la investigación, Infobae, la imputada, una mujer de 52 años, confesó espontáneamente el crimen durante el procedimiento, en presencia de testigos. No fue lo único que dijo. La ex empleada de la víctima incluso reveló cómo la asesinó e incluso por qué lo hizo.

Según la asistente terapéutica, el móvil del crimen fue robar las tarjetas bancarias de Perla, ya que ésta había descubierto que tenía depositada en su cuenta una importante suma de dinero en dólares. Además, dio a conocer una confesión que sorprendió a los detectives federales.

El allanamiento de la casa del acusado

Dijo que la asesinó porque “ya estaba cansado“, por lo que tomó un trozo de mármol que estaba en la casa de la víctima y comenzó a golpearla salvajemente hasta lograr su objetivo. Luego de quitarle algunas joyas, las tarjetas y el celular de la víctima, ésta huyó del lugar y se deshizo del arma homicida a pocas cuadras del departamento.

A los pocos días del incidente, el responsable del lugar avisó al administrador del consorcio, ya que el vecino hacía tiempo que no atendía las llamadas. Además, de su apartamento emanaba un fuerte olor nauseabundo.

Por ello, se solicitó la presencia de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, quienes confirmaron que la puerta estaba abierta y que el cuerpo de la víctima fue encontrado dentro de la cocina, con gran cantidad de sangre. suelo y en estado de putrefacción. Posteriormente se confirmó que había sufrido varios golpes en la cabeza y el pecho, que al parecer habían sido propinados con un objeto contundente. Ahora sabemos que era un trozo de mármol..

Asimismo, se determinó que la puerta de ingreso al departamento no presentaba signos de violencia y que el dormitorio de la víctima se encontraba en desorden, aunque en ese momento no se encontró ningún objeto desaparecido, ya que la mujer vivía sola.

Con el paso de los meses, el Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 49, a cargo de María Paula AssaroLa Secretaría Única a cargo de Néstor García Paradiso, ordenó a la PFA investigar el caso.

Así, la División de Homicidios de la fuerza federal inició intensas tareas de campo, con la colaboración de la Sección Unidad de Perfil Delictivo de la Superintendencia de Investigaciones Federales. Los resultados no tardaron en aparecer.

Se estableció que su teléfono celular faltaba en el departamento de la anciana. Además, la policía investigó el consumo de sus tarjetas de débito y crédito, tras lo cual detectaron compras realizadas con posterioridad a la fecha del delito, en comercios ubicados en las cercanías. El asesino no podía estar muy lejos.

La mujer fue detenida por la Policía Federal Argentina, luego de una investigación de la División de Homicidios.

Otro dato clave que detectaron los investigadores tras analizar los movimientos registrados por el teléfono de Perla fue que le habían insertado un tarjeta SIM cuya titularidad estaba a nombre del asistente terapéutico. De hecho, un año y medio después del crimen, la tarjeta seguía activa.

Con los datos obtenidos se llegó a la conclusión -según documentos judiciales- que “(teniendo en cuenta que los accesos al apartamento y edificio del fallecido no fueron vulnerados) El hecho habría sido perpetrado por una persona cercana a la víctima con conocimiento de su rutina diaria, y quien facilitaría el acceso a su domicilio.”. La mirada de la policía se dirigió al ex empleado del jubilado.

Con todas las pruebas obtenidas, el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 22a cargo de Guillermo RongoLa Secretaría N° 148 a cargo de Alejandra Ramírez, ordenó el allanamiento del domicilio del sospechoso, increíblemente ubicado a sólo seis cuadras del departamento en la Avenida Belgrano.

Durante el operativo en su domicilio, donde también se encontraba su hijo, se incautaron dos teléfonos celulares, un anillo de oro con el nombre de la víctima grabado en su interior, dos manojos de llaves y otros elementos de interés para el caso.

Las fuentes consultadas por este medio confirmaron que la víctima tenía una suma considerable en dólares en sus cuentas bancarias, probablemente a plazo fijo, y que el acusado intentó hacerse con el botín pero fracasó.

El anillo de la víctima tenía restos de sangre y ella lo guardó. Ella no lo vendió. Esto implicaría que Perla tenía dinero en efectivo que utilizaba como compañero terapéutico y por eso aún no había intentado comercializarlo. “O simplemente se quedó con el anillo como recuerdo”, concluyó la fuente.

El presunto asesino fue imputado por el delito de homicidio.

 
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