¿Quién se beneficia de las importaciones de vehículos desde Estados Unidos? – .

¿Quién se beneficia de las importaciones de vehículos desde Estados Unidos? – .
¿Quién se beneficia de las importaciones de vehículos desde Estados Unidos? – .

Existe una política general de negación de exportaciones y reexportaciones a Cuba desde Estados Unidos, impulsada desde hace más de seis décadas por el Gobierno del país norteño. Sin embargo, la política de prohibición tiene excepciones bajo el argumento de “apoyo al pueblo cubano” regulado en la normativa estadounidense. La categoría legal permite autorizar ciertas exportaciones a Cuba desde Estados Unidos si el objetivo es mejorar las condiciones de vida del pueblo cubano y apoyar la actividad económica independiente.

El apoyo al sector privado de la economía cubana fue uno de los principales argumentos ofrecidos por Eduardo Aparicio—fundador y propietario de la empresa estadounidense Apacargo Express—para justificar la gestión y otorgamiento de una licencia por parte de la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros) exportar vehículos a Cuba. En abril de 2023, Aparicio aseguró que el principal objetivo de este tipo de operaciones era que las pequeñas y medianas empresas (mipymes) cubanas pudieran importar automóviles para su uso.

En ese momento, Aparicio aseguró que el primer paso del proceso de exportación era solicitar una cotización a la empresa importadora para saber cuál sería el valor final de la operación. Aparicio dijo que la aduana cubana no cobra muchos impuestos, pero que lo más caro es pagarle a la empresa importadora que pedía alrededor del 30% del valor de factura original del vehículo.

Según Aparicio, y basándose en experiencias previas con otro tipo de carga, para importar un auto de $20.000 había que garantizar unos $6.000 en impuestos y otros $10.000 para “logística y documentación”. También aseguró que los costos eran “manejables”.

Las crecientes exportaciones de vehículos de Estados Unidos a Cuba demuestran que los costos de la operación son realmente manejables para un sector de ciudadanos cubanos. Pero el sector beneficiado se ubica en la zona de mayor poder adquisitivo del país y, muy probablemente, por encima de las posibilidades de la comunidad inmigrante cubana promedio.

Según una investigación del Instituto de Política Migratoria de EE.UU., en 2021 los hogares encabezados por un inmigrante cubano tenían un ingreso medio de 52.000 dólares anuales, muy inferior al del resto de las comunidades de inmigrantes estadounidenses y a los nacidos en Estados Unidos (que era de aproximadamente 70.000 dólares anuales ).

Otros testimonios de empresarios cubanoamericanos demuestran que lo que Aparicio calificó como costos “manejables” pueden ser mucho más altos que el ingreso anual promedio de una familia cubana emigrada.

Alejandro Cantón es un cubanoamericano fundador de una empresa registrada en Florida e inactiva desde 2022 (Canton General Services). Se ha vuelto muy popular en las redes sociales porque se ha convertido en la cara visible de las operaciones de envío de automóviles a Cuba promovidas por Maravana Cargo —otra empresa estadounidense propiedad del cubanoamericano Alejandro Martínez y que cuenta con una licencia de la OFAC para exportar vehículos a Cuba desde el Estados Unidos.

Según un video publicado por Alejandro Cantón el 15 de noviembre de 2024 en su perfil de Tik Tok (cantoncargo), quienes pretendan importar un vehículo a Cuba no sólo deben comprar el auto, sino también pagar a la naviera estadounidense entre 8 000 y 9 000 USD para flete.

En el video, Cantón dejó claro que los anteriores no son los únicos gastos que debe cubrir el cliente. El proceso de importación de vehículos a Cuba no se limita a la adquisición y envío del automóvil, sino que también incluye el pago de tasas que aplican las empresas importadoras estatales cubanas.

Las tarifas cubren los aranceles de importación y los costos administrativos asociados a la gestión teórica de la empresa importadora cubana, que en la realidad son mínimos, ya que la compra del vehículo, la coordinación del embalaje y el seguro y envío corren a cargo de otro proveedor que factura y Cobrar por adelantado los servicios.

La función principal de las empresas importadoras cubanas pasa por los bajos costos. Se centra en la revaluación del vehículo y el cálculo de los aranceles de importación y la tasa que se debe pagar para obtener la autorización estatal que permita el ingreso y circulación del vehículo en Cuba. Pero aunque el esfuerzo es mínimo, los aranceles aplicados por los importadores estatales cubanos no parecen despreciables.

Alejandro Cantón confirmó la versión de Eduardo Aparicio y aseguró que el cliente, antes de realizar cualquier pago, tiene que informar a su empresa el tipo de vehículo que desea importar, incluyendo las especificaciones y la factura original. El exportador estadounidense luego transmite la información al importador estatal cubano quien utiliza los detalles para determinar un nuevo valor para el vehículo y al revaluarlo calcula los aranceles y el monto de su administración.

Cantón también afirma que las tarifas que cobran los importadores estatales cubanos son completamente variables y los criterios que utilizan para determinarlas son desconocidos para él y su empresa. Pero sí aseguró que antes de poder enviar el vehículo desde EE.UU., el cliente tiene que pagar la tarifa que impone el importador cubano porque es el requisito habilitante del proceso.

Pese a la variabilidad y desconocimiento de Cantón en relación a los estándares utilizados por los importadores cubanos, con base en su experiencia aseguró -hasta la fecha de sus declaraciones (15 de noviembre de 2023)- que ninguno de los clientes de la empresa exportadora para la que trabaja habían enviado vehículos a Cuba, las empresas importadoras cubanas le habían cobrado menos de 20.000 dólares por auto importado. Señaló que la tarifa más alta que uno de sus clientes había pagado a las autoridades cubanas para importar un vehículo era de 56.000 dólares.

Los números ofrecidos por Alejandro Cantón demuestran que las expectativas iniciales de Eduardo Aparicio son excesivamente optimistas o que el valor utilizado por las empresas importadoras cubanas para calcular el 30% del que hablaba el dueño de Apacargo Express no se computa sobre la factura original. del vehículo, sino de una reevaluación realizada por las autoridades de la isla.

En cualquier caso, los gastos que tienen que realizar quienes pretenden importar un vehículo desde EE.UU. a Cuba no son menores. Sobre todo porque se establecen a partir de una relación tripartita en la que el cliente tiene que pagar el valor nominal del vehículo, el coste del flete impuesto por el exportador americano y el nada despreciable precio de las importaciones y aranceles determinados de forma poco transparente por las empresas importadoras y las autoridades cubanas.

 
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