Colombia y Brasil, líderes mundiales en energías renovables

Colombia y Brasil, líderes mundiales en energías renovables
Colombia y Brasil, líderes mundiales en energías renovables

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La semana pasada, durante la reunión con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil, el presidente Gustavo Petro hizo una importante sugerencia para la cooperación entre los dos países, durante un encuentro con empresarios brasileños y colombianos. Dijo: “Propongo hacer un proyecto común de hidrógeno verde en Colombia y Brasil para liderar en energías limpias en Sudamérica y en el mundo. Es probable que el hidrógeno verde sea el petróleo del futuro; Los alemanes lo dicen”. Según el presidente Petro, el objetivo de la alianza entre Ecopetrol y Petrobras, que también integraría capital público y privado de las dos naciones, es producir hidrógeno verde a partir de energías limpias, como la hídrica, la eólica y la solar. Esta es una sugerencia importante porque estas empresas tienen el conocimiento y la capacidad para adoptar esta nueva tecnología y esto puede ser una parte importante del futuro de las empresas petroleras. Pero es importante que en la cooperación participen también muchas otras empresas y grupos interesados ​​en construir una nueva economía basada en energías limpias.

El panorama actual en Colombia nos invita a hablar de transición energética en una situación donde el nexo agua-energía tiene una alta relevancia no sólo a nivel técnico, sino que cada vez más ciudadanos se interesan por cómo se gestionan los recursos para la producción de energía. La idea de producir hidrógeno verde no es nueva para Colombia y ya está codificada en el artículo 5 de la Ley de Transición Energética 2099 de 2021 de Colombia, que define el hidrógeno verde como el hidrógeno producido a partir de fuentes no convencionales de energía renovable, como tales. como biomasa, pequeños proyectos hidroeléctricos, eólica, geotérmica, solar o mareomotriz.

Esta colaboración es estratégica para ambos países porque Colombia se encuentra en un enclave geográfico clave, siendo el punto de encuentro entre Centroamérica y Sudamérica, estando vinculado a través de redes de transporte, distribución y comercio con otros cinco países. Presenta una red eléctrica interconectada con los países vecinos que se ampliará en la próxima década con una interconexión adicional con Ecuador y una nueva línea con Panamá. Por todo ello, Colombia podría convertirse en un centro logístico de hidrógeno, abasteciendo a países cercanos tanto por vía marítima como terrestre. Además, los costos competitivos esperados para el hidrógeno de bajas emisiones en Colombia favorecerán las exportaciones, lo que a su vez impulsará el comercio de otros productos a lo largo de la cadena de valor del hidrógeno. Combinados, Brasil y Colombia pueden compartir tecnologías, conocimientos, buscar inversiones y ofrecer productos para Europa, África, Asia y América del Norte. El hidrógeno verde también puede utilizarse como insumo para industrias estratégicas como la del acero, el cemento y los fertilizantes verdes, permitiendo la producción y exportación de productos con valor añadido en lugar de moléculas en bruto.

Los presidentes también hablaron del imperativo de la transición energética, que es clave para ayudar a la Amazonía a sobrevivir (el cambio climático amenaza con destruir el bosque), pero también para revolucionar las economías de ambos países. Las oportunidades de colaboración en el desarrollo de proyectos, investigación y desarrollo y apalancamiento financiero entre ambos países son tangibles.

Sin embargo, a pesar de este anuncio, el desarrollo de proyectos de hidrógeno verde en Colombia aún enfrenta algunos desafíos que deben abordarse lo antes posible. El primero de ellos es el retraso en el ingreso de proyectos solares y eólicos tanto en La Guajira como en Cundinamarca, según indica el informe de la Asociación Colombiana de Energías Renovables (SER Colombia). Según un reciente informe de SER Colombia, solo el 35% de los proyectos de fuentes de energía renovables no convencionales, como la eólica o la solar, programados para entrar en operación entre 2023 y 2024, avanzan sin problemas para cumplir con sus cronogramas. El 65% de los proyectos avanzan en trámites, “varios de ellos con retrasos importantes”. Sin estas energías es imposible producir hidrógeno verde.

En conexión con el punto anterior, las consultas previas y la gestión de salvaguardas ambientales y sociales han sido el centro de la discusión. Mientras las empresas trabajan para cumplir con la ley, abogan por un cambio en la forma en que se regulan las licencias y el ciclo de aprobación. Por otro lado, están las comunidades que buscan no sólo ser escuchadas sino también tomadas en cuenta por el trabajo que allí se realiza con jornadas de capacitación y fortalecimiento, creación de oportunidades laborales para los locales y pago por la implementación de proyectos. que se llevan a cabo. ubicarse en sus territorios. Todo lo anterior se enmarca en que el desarrollo de los proyectos no afecte sus territorios sagrados, su salud física y mental, y su forma de vida, requerimientos que son importantes y fáciles de resolver si existe la voluntad por parte de los Gobiernos. y empresas.

Por último, pero no menos importante, el desafío normativo y regulatorio es una tarea multisectorial que involucra no sólo mesas técnicas entre los ministerios de Minas y Energía, Ambiente, Interior, Hacienda y Comercio, sino que también requiere de una visión integral que aborde la inversión extranjera. , la creación de demanda interna de hidrógeno, la certificación de origen, cambios en las licencias ambientales, infraestructuras de uso compartido, la idoneidad de los puertos para la exportación de hidrógeno y la consideración de cómo utilizar este hidrógeno para promover la industria verde. Todo este esfuerzo debe hacerse de forma conjunta para garantizar que esta colaboración internacional no se quede en una declaración.

Brasil y Colombia tienen todo lo necesario para ser líderes mundiales en energías renovables, liderando a América Latina en este camino de transición energética, con potencial para producir energía renovable que genere nuevas dinámicas económicas en ambos países y que los excedentes se utilicen para producir combustibles. . La reducción de emisiones de carbono para el resto del mundo es prometedora.

 
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