La cantante María Silva inauguró el ciclo En primera persona frente a un salón lleno – .

Encargada de iniciar el ciclo, Silva ofreció más de 20 canciones ante un público abarrotado que la aplaudió. La actividad fue organizada por la Secretaría de Cultura de Entre Ríos en La Vieja Usina y se extenderá mensualmente.

La noche del sábado y con entrada gratuita, en el Centro Cultural y de Convenciones La Vieja Usina, ubicado en la capital entrerriana, se vivió un emotivo encuentro musical encabezado por la cantante paranense María Silva, quien fue la protagonista de una majestuosa velada inaugural. Acompañado por más de quince músicos.

El ciclo en primera persona Es una nueva iniciativa del Ministerio de Cultura que busca reconocer a artistas de la provincia a través de su trayectoria y obra. La organización anunció que se ampliará con una presentación mensual.

Más de 20 canciones

Antes de las 21 horas, la mitad de la sala ya estaba llena, tendencia que se reforzó hacia el inicio del espectáculo. Entre los asistentes se encontraban músicos de la región, periodistas, técnicos, destacados artistas de diferentes disciplinas y público en general. Los más fieles admiradores de María Silva se ubicaron entre los primeros asientos para que, desde esa proximidad, pudieran intercambiar breves diálogos con la cantante.

Al ser anunciada, la anfitriona, vestida con colores azules y flores hasta el suelo, y su característico cabello claro en rebeldía, entró saludando a su gente con los brazos abiertos. Fue recibida con un ramo de flores de bienvenida. Allí se produjo el primer aplauso interminable de la noche.

Al presentar el clima, la cantante expresó: “Cantar es tener coherencia con el ser” y se mostró muy agradecida. Sin más, la música llenó la sala de Verónica Kuttel y sonó la primera canción. Caballo y el carro, de Daniel Rochi, también compositor -junto a Carlos Alberto Álvarez- del segundo tema cantado. Junto a Las Guitarras Gualeyas y acompañada en el canto por Patricia Cohen, Silva interpretó el tercer tema. “Sobre Puerto Sánchez se acuesta la tarde”, dijo en uno de los versos y tomados de la mano acompañaron la melodía hasta el final.

lejos de la ciudad con letra de la propia cantante emocionó a los asistentes. El dulce ritmo del cajón cautivó flor de canela, un vals peruano compuesto por la cantautora Chabuca Granda. En esta intervención Silva estuvo acompañada de Alejandro Calvi. Hablar de ti es querer luchar por la paz. expresa el Oración a la vida (Quimera) y ocupó el sexto lugar en el repertorio. Luego hubo una actuación en portugués y otra con un recitado de poesía de Roberto Jorge Santoro. El Pobre Gallo Bataraz fue la elegida para cerrar el primer bloque de tan exquisita jornada.

Para la aparición de la segunda parte se notó un cambio de vestuario en la protagonista, quien optó por la sobriedad del negro en esta ocasión. Junto a Pablo Centurión, María Silva interpretó un tango.

En 1984 con Luna y melodía de agosto, Silva ganó el Pre Cosquín nacional. La canción tomando forma en el aire también recreó ese grato momento para la cantante.

que arando en el mar (Chabuca Granda) y huella de agua con poesía de María Silva fueron otras joyas compartidas que el público celebró con entusiasmo.

El canto compartido también tuvo su momento en el espectáculo con la participación de María Cuevas, Electra Barbagelata y Fernanda Roselli; y también a dúo con Adriana Luca cantando el 180.

“Cantar es parte de mi historia, de mi tiempo y de mi vida”, dijo en un momento Silvia y luego los acordes de Ayer, la balada del dúo Lennon-McCartney.

En la recta final del concierto no faltó Cacique Catány la chacarera revertida en letra La otra anciana el cual se realizó en dos ocasiones a partir del pedido del público y de un grupo de bailarines que se animaron a bailar. Luego de los aplausos, aún cuando parecía que todo había terminado, muy cerca de la medianoche, comenzó a sonar una última canción acompañada por todos los músicos y cantantes invitados: río rebelde.

Recorrido a pie por la canción.

Traviesa en su gesto de complicidad, pero también profunda en sus reflexiones -que separó de las canciones, de los poemas y de su vida misma-, María Silva fue haciendo un pasaje de clima y momentos trascendentales de su trayectoria en la música. En sus intervenciones no faltaron anécdotas y también explicaciones sobre el repertorio. El humor utilizado como llave maestra y la gracia de sostener el ritmo con todo el cuerpo acompañaron toda la presentación.

“Siempre busqué el cariño de la gente, de mi hijo, de mi gato, de mi perro. El cariño es lo que me ha movido y la canción es lo que me ha apoyado. Nunca canté lo que no quería, si no me gusta lo que canto, no puedo transmitir y no puedo alcanzarte. Quiero cantar canciones hermosas y fundamentadas; y espero que eso les haya llegado”, dijo la cantante en diálogo con su público.

Mención especial merece el constante agradecimiento de María Silva a los artistas que la acompañaron en el escenario durante las casi tres horas de concierto. Además, también agradeció especialmente a los organizadores del ciclo y a funcionarios del Ministerio de Cultura, a los técnicos y colaboradores.

Rodeados de cariño y celebrando la vida

Encanto, mérito y orgullo regional fueron las valoraciones recurrentes entre los comentarios de los asistentes.

Pamela Villarraza, artista visual, se refirió a su experiencia del concierto y la propuesta, y dijo: “Lo primero que me aparece es la emoción de verla así parada en el escenario. Ella le trae la verdad. Creo que es maravilloso cómo contó su historia. Noto en ella un gran aprecio por la música”.

También un amigo de muchos años de la cantante –Carlos Fernández– se refirió a ella con gran admiración. “Siento que ahora María disfruta más relajadamente de su canto, de su arte y de su talento. Hoy la veo madura y disfrutando plenamente de lo que hace y brinda. “María se nutre mucho de las pequeñas cosas, de las pequeñas y expresivas sensibilidades”.

“María tiene mucho que ver con nuestra identidad del Litoral, María es de todo el Litoral; En María puedo ver la expresión de ese paisaje”, añadió también Fernández.

“Calculo que conozco a María desde hace unos 40 años”, dijo Adriana Luca, una de las cantantes que formó parte del espectáculo. “Cuando terminé en Paraná (de Rosario del Tala) cuando tenía 17 o 18 años, María fue la primera persona que conocí. Canté y cuando conocí a María en la Secretaría de Cultura del Municipio, ella me dijo: venir. Allí comenzamos una amistad que nos unió. La música nos unió. María es infinita; como una caja de Pandora. Cada día hay algo nuevo en él; y ella no es sólo la cantante. Es una persona buena y hermosa con todos. Ella va y canta, canta en un ranchito perdido en la costa, y luego sube al escenario más grande; Esa es María, todo es dar. Ella, ella pertenece a todos”.

Además, Silvia, espectadora, también se refirió a su experiencia en la velada del ciclo. “Estos artistas son los mejores. Me entusiasman mucho las canciones, incluso con algunas canciones escritas por María que no conocía. Nosotros también nos vamos contentos de ver su emoción, que nos rindió homenaje”.

Dentro del centro cultural, el concierto concluyó con la sala repleta coreando feliz cumpleaños a la cantante, ya que el pasado 21 de abril María Silva celebró su cumpleaños número 66.

Entre músicos, compañeros y amigos

El grupo de músicos y cantantes invitados al espectáculo estuvo integrado por Pico Rubio; Flavio Valdéz; Adriana Luca Juan M. Caraballo; Daniel Rochi; Julián Ramos; Gustavo Reynoso; Juan Pablo Centurión; Nicolás Montaña; Hernán Carnero; Luis Farías; Juanjo Cáceres; María Cuevas; Electra Barbagelata; Fernanda Roselli; Patricia Cohen; Alejandro Colores Calvi; Arito Cardoso; Martín Aquilini y Las Guitarras Gualeyas.

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