Llaryora y Passerini acuerdan una tregua para evitar el desembarco de la esposa de Schiaretti en Córdoba Capital

Llaryora y Passerini acuerdan una tregua para evitar el desembarco de la esposa de Schiaretti en Córdoba Capital
Llaryora y Passerini acuerdan una tregua para evitar el desembarco de la esposa de Schiaretti en Córdoba Capital

La supervisión de un proyecto de drenaje en el noroeste de la capital cordobesa fue la excusa para el reencuentro entre el gobernador Martín Llaryora y el intendente Daniel Passerini luego de varias semanas de una fría relación entre ambos.

Las tensiones entre el gobernador y su adjunto se deben a decisiones que se tomaron en la Ciudad y no son compartidas por el gobernador; el malestar en el Municipio por los funcionarios heredados del llaryorismo y los reproches intercambiados entre funcionarios de las dos administraciones.

Tensiones que permitieron al sector de la senadora Alejandra Vigo, uno de los más influyentes del PJ en la capital cordobesa, intentar un aterrizaje más profundo en la gestión de Passerini. Gestión que, al igual que la de Llaryora en la Provincia, fue foco de duras críticas por parte de la oposición en los últimos meses.

El grupo opositor integrado por los socios del Juecismo y Deloredismo encontró el mentón del oficialismo en el Concejo con errores no forzados como la polémica compra de uniformes de Guardia de Seguridad Urbana directamente y a una empresa sin experiencia en la materia y en la que, Uno de los socios, está vinculado al PJ.

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Casi simultáneamente con esto, Passerini decidió a principios de marzo expulsar de su gabinete al hasta ese momento secretario de Transporte, Gabriel Bermúdez, involucrado en una denuncia de violencia de género. Decisión que el intendente y el secretario de Gobierno, Rodrigo Fernández, comunicaron a Bermúdez días después de la salida de los correntinos de Ersa y el traslado de líneas y trabajadores a la estatal Tamse.

El intendente Passerini inició su gestión con un escándalo por la compra de uniformes de la nueva Guardia Urbana, debido a contrataciones directas de una empresa sin antecedentes y vinculada a un empresario vinculado al peronismo.

Dejando el área sin secretario a cargo y con Fernández absorbiendo la cartera de manera provisional y con varias denuncias que motivaron una acalorada reunión con pedidos de renuncia hace poco más de una semana.

Crisis destacada por el senador Luis Juez, quien denunció la administración de subsidios al transporte en la gestión municipal. Passerini, tras el pedido de investigación del juez, decidió ampliar la presentación y exigir que se investigue desde 2003 a la fecha. Es decir, desde que Judge fue intendente hasta la gestión que precedió a Passerini, con el gobierno municipal de Llaryora incluido.

Senadora Alejandra Vigo.

Esta decisión de Passerini provocó enojo en las oficinas del Panal -como llaman al edificio neobrutalista de Gobierno- con algunos funcionarios que mantienen terminales en el Municipio. “Martín no entrega a los suyos”, dijo a LPO un funcionario de Llaryora.

En este pico de inestabilidad, el Municipio estudia algunos cambios en la estructura, mientras el malestar con los funcionarios heredados se hace cada vez más evidente. La Secretaría de Participación Ciudadana que hoy dirige Juan Domingo Viola podría tener un cambio de mando; así como la Secretaría de Medio Ambiente que encabeza Jorge Folloni.

Viola, de pasado viguista, proviene de la administración de Llaryora en el Municipio y hubo cierta tensión con las oficinas del Palacio 6 de Julio, sede de la Municipalidad de Córdoba. Por tanto, una salida “hacia arriba” y con cambio de administración podría posibilitar el desembarco de la balsera Carolina Martín. Que actualmente, y con mucho protagonismo, apoya a Fernández en la Secretaría de Gobierno.

La senadora Vigo quiere incorporar al Gobierno de Passerini a dirigentes de su entorno, para evitar un “colapso acelerado” de la gestión municipal.

Martín es esposa de Pablo Ovejeros, un legislador del oficialismo en la Unicameral, distanciado de algunos rivales de Passerini que tienen el bloque Llaryora y hoy un legislador que puede intervenir en sesiones tensas porque todas se basan en la paridad legislativa en Córdoba. Ovejeros, por pertenecer al viguismo, interactúa con Passerini y abre esta negociación por dos vías: en el gabinete municipal con su esposa y en la Unicameral.

Folloni, por su parte, es un llaryorista de paladar negro que también proviene de la gestión anterior y está negociando un cambio de aires. Su reemplazante podría ser Constanza Mías, una de las paserinistas en la gestión.

En los pasillos del Municipio sostienen que hay otros ruidos y que algunos se atrevieron a señalar: “No me voy, échenme”.

El viguismo, por su parte, reconoce tener cuadros para poner a disposición de la gestión en otros cargos del poder que van desde secretarías en ministerios o bancadas en la Unicameral. “Hay cuadros, conocimiento y gestión territorial. Si llaman ahí estamos”, dijo un viguista a este sitio y reconoció que hubo una disminución en la salida de dirigentes del espacio con la reaparición del exgobernador Juan Schiaretti hace unas semanas.

“El regreso de ‘Gringo’ a escena paró la hemorragia y Alejandra tiene olfato, va a entrar a tocar cuando quiera. Pero, sobre todo, cuando Schiaretti se lo ordena. Antes no”, afirmó un viguista que conoce el matrimonio y la estrategia. apoyar a Passerini para que sea el contrapeso de Llaryora.

Y añadió que “cuando Vigo se muestre será para evitar el colapso o frenarlo”.

 
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