El doble golpe, una victoria pírrica del PNV y una mayoría absoluta del PSOE, evita que el PSOE sufra un problema grave que podría haber resquebrajado la legislatura.
Pedro Sánchez es un tipo con suerte, de eso no hay duda. De todos los resultados posibles en el País Vasco, el mejor de todos ha resultado para tus intereses. No tendrá que elegir novia ya que el PNV, aunque por los pelos, aguantó y consiguió superar a Bildu en votos y empatar en escaños. La reedición del actual Gobierno es un hecho y los abertzales no tendrán muchos argumentos de queja.
En Moncloa respiran aliviados. No sólo para el Victoria pírrica del PNV sino porque junto a los socialistas alcanzan la mayoría absoluta. El resultado obtenido por el candidato socialista tiene gran parte de culpa de ello, Eneko Andueza. Es mejor, mucho mejor de lo esperado. Crece dos escaños respecto a 2020 y consigue la suma con el PNV pese a que los nacionalistas pierden tres. No le puede ir mejor al sanchismo.
La suerte se triplica para Sánchez en estas elecciones porque se evita el engorro de ver ganador a Bildu, algo en lo que tiene mucho que ver su política de blanqueo de etarras.
Este doble golpe –ganador del PNV y mayoría absoluta con el PSOE– también impide que los focos se centren en La desastrosa noticia que deja el recuento: el ascenso de los etarras de Bildu hasta el punto de empatar escaños y quedar a unos cientos de votos de un escaño más en Guipúzcoa (a costa de los socialistas) lo que hubiera cambiado mucho las cosas.
Así que la suerte se triplica para Sánchez en estas elecciones porque se evita el engorro de ver ganador a Bildu, algo en lo que tiene mucho que ver su política de blanqueo de etarras. El monstruo que ha alimentado el sanchismo en los últimos años ha crecido muchopero no ha conseguido comerse a su creador.
En cualquier caso, es una pena que esta formación que tiene un líder de ETA, que tiene etarras en sus listas, que no considera a ETA grupo terrorista y que no condena la violencia de ETA, ha crecido hasta el punto de disputar la victoria al PNV. El hecho de que no haya ocurrido no oculta el problema ni libera a Sánchez de la responsabilidad de la promoción de sus asociados más leales en el Congreso. Esta promoción de los herederos de ETA quedará para siempre en deuda con Pedro Sánchez y lo perseguirá en su biografía política.
El líder socialista salva un ‘match ball’, sin duda, pero le acecha Cataluña donde en menos de un mes tiene otra cita electoral clave también para el futuro de la legislatura. En teoría el nombramiento parece más favorable a sus intereses que el vasco, pero nunca se sabe: un escaño más o uno menos, como ha ocurrido ahora, puede envenenar la situación.
