El cine Moreno de Rincón de Soto acogió la representación de la obra ‘El sueño de una noche de verano’ de Shakespeare los días 17 y 18 de abril de 1984. Marcó el origen del taller de teatro La Culeca de la mano de Francisca Llorente, Paquita, un rincón Mujer con muchas inquietudes que fue impulsora, fundadora y directora. Sacó lo mejor de los nuevos actores.
Lo recaudado fue destinado al colegio Eduardo González Gallarza. Actuaciones de danza y música completaron el acto, un fin de fiesta que se repitió en otras funciones aunque luego decidieron dejar la obra en paz.
‘Aquí nadie paga’ (1985), ‘Bajarse al moro’ (1986), ‘Fuera de quicio’ (1987) y ‘La casa de Bernarda Alba’ fueron sus siguientes proyectos. Este último obtuvo un accésit en el encuentro de teatro de grupos jóvenes riojanos de Logroño y varias menciones en 1988. También se representó en 1989.
Posteriormente, Paquita se fue y continuó impartiendo cursos. A raíz de uno de ellos se creó en Calahorra el grupo de teatro La Canilla.
La Culeca continuó su aventura, organizándose en conjunto, con ‘Save the Dolphins’ (1990) y en 1991 estrenó su única obra propia, ‘Al servicio del ciudadano’, de José Luis Pascual ‘Cartero’. Le siguieron ‘Gracias, abuela’ (1992), ‘Tratamiento de shock’ (1993), ‘Pasajero de la noche’ (1994), ‘Nuestro desorden diario’ (1995), ‘Mala Yerba’ (1996), ‘El polvo La chaqueta’ (1997) y ‘El barco del pescador’ (1998) con la que obtuvo el primer premio en el encuentro juvenil de teatro de Logroño.
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El concurso estaba subvencionado por el Gobierno de La Rioja y La Culeca tuvo sus más y sus menos al considerar, sin menospreciar la calidad de los grupos logroñosos, que repartieron la mayoría de los premios entre los grupos capitalinos, en ocasiones de forma injusta, decir. José Luis (quien también formó parte de la banda Pepos Blues Band) y uno de los actores destacados de La Culeca, Jesús Ángel Arriet (monólogo y presentador). «Se celebró en la sala Gonzalo de Berceo, que llenamos. Lo disfrutamos mucho y nos codeamos con actores como Javier Cámara”, recuerdan.
Para la decoración de sus funciones contó con la ayuda de la empresa Rosa García, algo que llamó la atención porque utilizó muebles de todo tipo. Incluso les dejó una camioneta.
La Culeca actuó durante la Semana Santa en los cines Moreno y Avenida, y en el salón parroquial y posteriormente en pueblos de La Rioja Baja y la costa navarra. Ensayó en locales municipales e impartió y asistió a talleres.
El proyecto se convirtió en una gran familia (tanto de los actores como de las personas que estaban detrás) y se prolongó hasta aproximadamente el año 2004, dos intensas décadas en las que los jóvenes esquineros demostraron su valía. Pasó el tiempo, crecieron, ya no era un taller para adolescentes, no hubo relevo generacional y se acabó.
Varios años después, ‘Cartero’ y Arriet recibieron el primer reconocimiento a la cultura que otorga el Ayuntamiento de Rincón.
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