Os prometo que ya estaba medio formado. Había escrito esta página, la dejé el viernes y estaba bien. A mí tampoco me importó mucho más: bueno, ministro, dije. El tren que nos trae no es lo que esperábamos ni lo que pedíamos ni lo que necesitábamos, pero al menos añadir algo siempre es bueno.
Pero el señor Puente salió en Twitter (dejemos que Elon Musk lo llame “X”) y nos recordó que él es el señor Puente. Es decir, una de esas personas que hacen de la política española el páramo reseco que es hoy. Y para responder a las críticas del Gobierno riojano al tren en cuestión, ha dicho: “No queremos molestar a los vecinos de La Rioja. “Si su gobierno considera que este tren no sirve, lo utilizaremos en otros destinos donde sí sea útil”. Y al rato, como si se hubiera quedado corto, tras ver al Valladolid ganar 0-3 y más valiente que un Campeador, ya se conformó reproduciendo artículos de este diario: «No quieren el tren que hemos puesto. “Pensaremos en un territorio donde sea más útil”.
No es eso, señor Ministro, no es eso. Ese tren no nos parece útil, eso sí, porque hay algo más útil, que es lo que pidió el Gobierno de Rioja y que Puente ni siquiera se molestó en negociar: un tren en tres horas por Zaragoza, no uno cada cuatro por Burgos. Me parece una posición nada descabellada, en una actitud nada descabellada. Responder a eso con “si te pones tonto, yo tomo los trenes, que son míos”, demuestra muy bien la disposición de Puente, pero debería estar prohibido en un ministro.
Sí, resulta que queremos trenes mejores que los que tenemos, y mejores que los que nos ofrecéis. Y esa es una exigencia legítima y lógica. Discutimos lo que él nos da, porque es insuficiente. Y debería explicarnos por qué eso es lo que cree conveniente y por qué cree que la otra opción, que objetivamente sería mejor para los riojanos, no es posible.
Pero no. A eso el ministro responde con lo que supongo que él y sus palmeros considerarán fina ironía, pero que huele a condescendencia a un kilómetro de distancia: estos tipos, encima les doy un tren, van a quejarse. Plebe ingrata, facósfera despreciable.
Es admirable, eso sí, la fe del PSOE riojano para defender de repente como el mejor de los mejores esta solución que nadie había pedido. Entre ellos, lo que no deja de sorprenderme, los habitualmente combativos socialistas calagurritanos, que rompieron sus muñones para aplaudir que su ciudad no ganara nada.
Os recuerdo las Glosas. Por si lo has olvidado, espero que no. Porque si a nosotros no nos importa, quiero decir, ¿a quién le va a importar?
Ya sé que no te va a dar de comer esto, que me lo va a decir. Que traigan un libro del tamaño de un cuaderno escolar gordo y que encima esté todo pintado en los bordes.
Pero es una de esas cosas que te dan tanta rabia… Hoy mi compañero Pío García te cuenta un poco más allá que muchas instituciones han acabado en una guerra más o menos abierta (y más o menos educada) por la propiedad de los bienes de todos. tipos y pieles. Y ni siquiera hemos pedido tanto, ni da la impresión de que el Gobierno de La Rioja quiera sacar esas armas. Sólo queríamos que nos prestaran por un tiempo algo que, al final, será de todos, pero más de todos los que vivimos aquí que de nadie.
A ver si no lo olvidamos. Sería bueno que nos prestaran más atención.
Atácame un poco, pero no mucho, y te responderé lo justo para que no nos salgamos de control. Que todos sepan que nos odiamos, que todos sepan que eres el más malo del mundo, que los míos no olviden que, en fin, estarías mejor muerto. Pero no pisemos demasiado la manguera. Controlarlo. Es el baile que están haciendo Israel e Irán estos días. Es una danza infinitamente peligrosa, por supuesto, y que perpetúa lo peor que existe en esas tierras, que es el odio eterno, inhumano y brutal.
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