Desde hace un tiempo la producción de helados en Santiago de Cuba atraviesa dificultades como consecuencia del recrudecimiento del bloqueo imperialista, y el déficit de materias primas que afectan el abastecimiento a las coppelias, la calidad, variedad y cantidad.
También existen causas objetivas como la obsolescencia de los equipos y los años de operación que limitan el pleno funcionamiento de la Fábrica de Helados Siboney.
Los habitantes de esta ciudad, marcada por altas temperaturas casi todo el año, siempre anhelan encontrar comida en cualquier lugar de la ciudad, sobre todo cuando el calor del mediodía comienza a castigarnos.
Una vez más Sierra Maestra acudió al centro fabril, donde conversó con Edgardo Vilá Zorilla, su administrador, para conocer cómo va la producción y las perspectivas para afrontar las próximas etapas -semana de receso escolar y muy pronto llegada del verano- donde se realizará el consumo del refresco.
El administrador afirmó que “se prevé garantizar la producción de cara a la temporada de verano fundamentalmente, priorizando las coopelias y el consumo social, como por ejemplo en Salud Pública.
“La población debe tener presente que la principal materia prima utilizada en la fabricación de alimentos es la leche en polvo, la cual se adquiere a través de formas no estatales, las MIPYMES, dependiendo del precio que tenga en el mercado.
“Esta situación ha contribuido a una disminución de la oferta y, en ocasiones, a graves limitaciones. Actualmente estamos produciendo unos 3.000 galones diarios, lo que no cubre la demanda.
“También encaminamos nuestros pasos en busca de variedad de sabores; el zapote, el níspero, la guanábana y la piña tienen gran demanda.
“Como se han apreciado los precios, aunque aumentaron, siguen siendo accesibles a la población y hoy el helado tiene mejor calidad porque la materia prima utilizada también es buena y permite que el producto que se ofrece tenga aceptación popular. “
Vilá Zorilla afirmó que su prioridad es cumplir con la sostenibilidad productiva, la calidad y en particular la consistencia del producto. Se hacen esfuerzos para garantizar la producción, ya que ésta también se ve afectada por el déficit de energía eléctrica.
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