El fallido intento de “Petro”, el documental, de no hacer propaganda

El fallido intento de “Petro”, el documental, de no hacer propaganda
El fallido intento de “Petro”, el documental, de no hacer propaganda

Como énfasis que revela una carencia, Sean Mattison, el director del documental “Petro” (2023)*, pasó una semana en Colombia diciendo que su película no es propaganda a favor del gobierno. La producción retrata los motivos políticos e históricos que llevaron a Gustavo Petro a la presidencia en 2022.

Sin embargo, el enfoque del documental en las razones más ideológicas que aseguraron la victoria de Petro, y sus simplificaciones políticas e históricas, lo convirtieron en un nuevo artefacto gubernamental para promocionarse, con el Ministro de Cultura, Juan David Correa, y el presidente como su principal publicidad. agentes.

La tesis de Mattison sobre el triunfo de Petro

El documental se divide en tres actos que se intercalan: la carrera política de Petro, la historia del conflicto armado y su campaña a la presidencia en 2022.

Las imágenes muestran a un joven Petro siendo entrevistado, como guerrillero del M-19, por el periodista Daniel Coronell. Pasan también por el asesinato de Carlos Pizarro, último comandante de la Eme, y la decisión del desmovilizado guerrillero de continuar legalmente.

Luego rastrean la creciente carrera del presidente hasta el estrellato nacional como crítico del gobierno de Uribe, impulsando sus famosos debates en el Congreso sobre el paramilitarismo. Van hasta 2018, cuando perdió la presidencia ante Iván Duque, y se detienen en el estallido social que precedió a su victoriosa campaña en 2022, verdadero interés del documental.

El argumento del documental es que Petro llegó a la presidencia después de una vida de sacrificio, dedicada a sus ideas políticas. Desde joven, a los 18 años, encontró su lugar en el mundo dentro de las filas del M-19, guerrilla popular y nacionalista, rebelada contra el régimen del Frente Nacional, alejada de las extrañas ideas importadas del comunismo del FARC. .

Luego, tras la desmovilización del M-19 y al igual que sus compañeros de armas, Petro se mantuvo fiel a las instituciones, a pesar del asesinato de Pizarro, el deslumbrante y apuesto candidato presidencial reintegrado a la vida civil.

Luego de la Constitución de 1991, Petro denunció la alianza entre el paramilitarismo y el establishment político, base fundamental del régimen civil colombiano en los noventa y germen de los gobiernos de Álvaro Uribe, a quien se opuso valientemente desde el Congreso.

A pesar de la fuerza social y política del uribismo, Petro nunca renunció ni abandonó sus ideas sobre un cambio progresista para Colombia. Pasaron por el proceso de paz con las FARC, el impopular gobierno de Iván Duque, el estallido social, una pandemia y el inevitable relevo generacional. En 2022, finalmente, coinciden las exigencias del país y el diagnóstico de Petro, convirtiéndolo en presidente y rompiendo con 200 años de gobiernos de derecha en nuestra historia republicana.

Ésta es la esencia de “Petro”, el documental de Mattison, un franco-estadounidense de 37 años que conoció al presidente en 2007, cuando era senador por Polo y viajó a Washington para denunciar las violaciones de derechos humanos de los paramilitares. y de las políticas de seguridad del gobierno Uribe.

Pero Mattison está esencialmente equivocado. Su documental es una simplificación histórica y política de los motivos que llevaron a Petro a ser presidente. Y su proyección en Colombia se ha convertido, por sus opiniones, en propaganda gubernamental.

Al fondo, los oscuros protagonistas del gobierno de Petro

En una de sus primeras escenas, el documental muestra a Petro a punto de salir al escenario en forma de P, instalado en Barranquilla, donde en septiembre de 2021 lanzó oficialmente su campaña a la presidencia. En una de las tomas, Olmedo López, exdirector de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos, sonríe detrás del candidato presidencial, listo para salir ante la multitud.

La escena representa como pocas la combinación de personas, estructura y alianzas políticas clientelistas que aseguraron el triunfo de Petro.

La tarifa fue pagada por Euclides Torres, el megacontratista favorecido por el gobierno para captar millonarios ingresos públicos; La logística del evento estuvo organizada por Armando Benedetti, el político tradicional que luego sugirió que la campaña recibió financiamiento ilegal; y López, sonriendo a espaldas de Petro, es un político de izquierda que dejó el cargo manchado por el escándalo de corrupción en la compra de camiones cisterna para comunidades pobres de La Guajira.

El director Mattison ofrece una justificación y una idea audaz para quitarle protagonismo y valor a estos personajes.

La justificación es que al momento del rodaje era imposible anticipar los escándalos de corrupción protagonizados por personas como López, Torres y Benedetti. El foco de su documental, sostiene, está en la campaña, no en el desarrollo del gobierno. Mattison reconoce que siempre vio en Benedetti al político camaleónico, sin vínculos de izquierda, clave para abrirle las puertas a Petro con la clase política del Caribe y capaz de organizar una campaña política nacional a través de sus servicios como clientelista profesional.

La audaz idea de Mattison es creer que Petro habría ganado sin esas alianzas, impulsado por la convulsión social, el relevo generacional y el torrente de opinión que hicieron imbatible al entonces candidato del Pacto Histórico. “Si Benedetti era tan importante, ¿por qué lo enviaron a Caracas?” él pide.

La franqueza del documentalista puede responderse con otra pregunta. ¿Por qué, si Benedetti no era indispensable para la victoria de Petro, se reincorporó al gobierno, con una embajada en Italia a su medida, a pesar de sus acusaciones contra la campaña, las amenazas de hacer estallar el gobierno y la lucha abierta con la mano derecha del presidenta, Laura Sarabia?

Un escaparate de las ideas fijas del presidente

Antonio Navarro Wolff mueve la cabeza, indiferente, al fondo. Frente a él, Gustavo Petro, con cara de agitador de asamblea estudiantil –chaqueta negra, camisa a rayas, gafas de aspirante a intelectual público– pronuncia un encendido discurso. “La lluvia del cambio viene en Colombia y nadie puede detenerla”, dice con la cadencia habitual de su voz, la solemnidad sentimental de sus palabras y su inclinación a anunciar la inminente llegada del futuro.

Paralelamente al ritmo de su voz, las ideas del presidente tienen una resistencia similar al paso del tiempo. El principal mérito del documental de Mattison es retratar esa conexión del personaje de Petro, un hombre para quien ideas, acciones y palabras son indistinguibles, y con el que ganó la presidencia y sigue lanzando propuestas que desconciertan a sus rivales, como la asamblea nacional constituyente. .

Mattison logró entrevistar a Petro el 14 de marzo de 2022, un día después de las consultas interpartidistas. En esa conversación se centraron en su juventud y su paso por la guerrilla del M-19. El presidente volvió a desplegar una de esas ideas fijas que nunca ha abandonado: la reticencia a condenar el asalto armado de la Eme al Palacio de Justicia en 1985.

En su autobiografía, “Una vida, muchas vidas” (2021), Petro dice que al momento del asalto el ala militarista del M-19 se había impuesto a la organización, presionado por la persecución del Ejército. Una transformación que dejó a militantes como él, con liderazgo popular y tendencias intelectuales, rezagados respecto de las principales corrientes de la guerrilla. Es decir, Petro se identifica como un crítico de la tendencia dominante de su guerrilla, un disidente cauteloso.

Y pese a posicionarse como un crítico del militarismo del M-19, lo que fue uno de los mayores ataques contra la democracia en el país es interpretado por Petro como una iniciativa de paz con el gobierno de Belisario Betancur:

“Pero lo cierto es que el M-19 entró a Palacio para que la Corte Suprema estudiara un proceso contra el presidente, en la tradición de exigencias armadas que ya había insinuado Rafael Uribe Uribe. El M-19 nunca tuvo la intención de exterminar o agredir a los magistrados de la Corte Suprema”.

En el documental de Mattison, Petro vuelve a plantear el debate interno del M-19 en la previa de la toma sin establecer posición alguna respecto al crimen. El director matiza la interpretación del presidente con la voz del historiador Darío Villamizar, ex militante de la Eme, quien acepta el error de la guerrilla.

“Las guerrillas siguen siendo un fenómeno político”, dice Mattison. “El ejemplo del M-19 fue haber mantenido la paz durante 30 años. Era un grupo revolucionario. Como extranjero no puedo comentar sobre su lucha”.

Una película para aliviar y conmover al gobierno

El 2 de abril, el Ministerio de Cultura organizó una proyección privada del documental en la Casa de Nariño. Fueron invitados, entre otros, el ministro de Justicia, Néstor Osuna, la ministra de Educación, Aurora Vergara, y las ministras de Agricultura y Medio Ambiente, Jhenifer Mojica y Susana Muhamad. “La película me conmovió. “Él reivindicó mi esperanza”, afirma el ministro de Cultura, Juan David Correa.

Los ministros entraron a la sala de proyecciones de la Presidencia a las ocho de la noche. Horas antes, dos hechos políticos sacudieron al gobierno: la programación de la votación para archivar la reforma sanitaria en la Comisión Séptima del Senado, finalmente hundido, y la intervención de la Superintendencia de Salud a Sanitas, la segunda EPS más grande del país. país.

“Los ministros entraron a la sala con curiosidad. Muchos no conocían el documental. Fue un alivio en medio del revuelo”, dijo a La Silla otro de los funcionarios presentes en la proyección.

El momento más solemne de la noche fue cuando vieron las imágenes de Pizarro, asesinado en 1990 mientras era candidato presidencial. En uno de los planos aparece un joven Gustavo Petro, con un pañuelo de Eme al cuello, mirando el féretro de Pizarro en medio de una multitud de simpatizantes. “Era un movimiento para asimilarlo. Ver un país con violencia exacerbada”, dice el ministro Correa.

Al cabo de dos horas los ministros abandonaron la proyección y aplaudieron a su director, Mattison, presente en la sala. “Creo que es importante que cualquier miembro del gobierno recuerde lo que logró en 2022. Es nostálgico y alentador seguir adelante y enfrentar los desafíos que tienen ahora”, dice Mattison sobre la presentación. Un día después, el presidente Petro promocionó el documental en sus redes sociales.

El registro y exaltación de las emociones que llevaron a Petro a la presidencia, lo que generó aliento y nostalgia entre el gabinete, es la principal crítica favorable al documental.

En Razón Pública, el periodista y escritor Pedro Adrián Zuluaga sostiene que su principal mérito es resaltar la importancia de las emociones en la política. El papel que la ira o la esperanza pueden desempeñar a la hora de impulsar transformaciones sociales. “Vi a Petro buscando, en la representación de lo que viví, un eco de las emociones sentidas entonces”, escribe Zuluaga.

Lo hace tras sostener que la oposición al gobierno busca desterrar “…los componentes emocionales de la actividad y la participación política”. Como ejemplos de lo que considera un “saneamiento de la política”, Zuluaga cita las críticas a los ataques del gobierno de Petro contra la tecnocracia del Estado, o el cuestionamiento de la ideologización de la línea editorial de Rtvc, el sistema de medios públicos, promovida por su actual gerente, Hollman Morris.

Es decir, quienes no valoran la fuerza emocional que impulsa las transformaciones del Estado, impulsadas por el gobierno de Petro, están alineados con el establishment.

Pero hay que valorar en su justa medida el énfasis en los sentimientos y emociones, debidamente retratados por el documental de Mattison. Especialmente dada la realidad de una campaña presidencial impulsada y financiada por alianzas cuestionables que han tenido repercusiones concretas en el gobierno.

*El documental podrá verse hasta el 23 de abril en Retina Latina, la plataforma de streaming. Aún se exhibe en la Cineteca de Bogotá.

 
For Latest Updates Follow us on Google News
 

PREV Empleado de Asuntos Internos de Pietermaritzburg arrestado por fraude – .
NEXT Incertidumbre por riesgo en continuidad del PAE en Magdalena – .