¿La Argentina necesita hoy aviones de combate? – .

¿La Argentina necesita hoy aviones de combate? – .
¿La Argentina necesita hoy aviones de combate? – .

Argentina, con casi 47 millones de habitantes, la octava extensión territorial del mundo, un país antártico y bicontinental, con un extenso y diverso litoral marítimo, con las riquezas naturales que demanda el mundo y Con parte de su territorio sujeto a una disputa de soberanía, no puede prescindir de un servicio esencial como es el de Defensa; más aún, en un mundo cambiante y cada vez más conflictivo.

Es obvio señalar que la defensa es una cuestión de Estado -hoy es necesario resaltar lo obvio- no sólo porque hacerlo implica la voluntad general (que es más que la suma de las voluntades de los individuos), sino también porque la Las Fuerzas Armadas son parte constitutiva del propio Estado moderno, y la dotación y desarrollo de sus capacidades es función ineludible de éste. Es más, un particular no puede comprar un avión de combate (ni la empresa que lo fabrica puede venderlo sin licencias y permisos de los estados). La solución no es individual, sino colectiva. Así como el mercado no resuelve los desafíos que enfrenta la defensa nacional, tampoco resuelve otros desafíos que enfrenta nuestro país.

Hasta aquí, adelantamos la respuesta a una pregunta que la sociedad argentina viene debatiendo en los últimos meses: ¿Argentina necesita recuperar su capacidad de cazas interceptores y comprar aviones de combate?

Este contenido fue realizado gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Únete a nosotros. Sigamos haciendo historia.

SUSCRÍBETE AL DESCUBRIMIENTO

Por supuesto que sí, sin duda. Desde la desprogramación de los gauchos Mirage en 2015, Argentina perdió importantes capacidades en defensa y disuasión. Sus pilotos de combate pudieron continuar su entrenamiento en nuestros nobles PAMPA de diferentes versiones, y su entrenamiento en los A4-AR Fighting Hawk incorporados en 1997, ante la necesidad de reponer material perdido en Malvinas, y la negativa norteamericana de trasladar F. -16s en eso entonces.

¿Podrá el F16 danés cumplir este objetivo?

Sin duda si. Tanto el estado general de mantenimiento como las modernizaciones a las que fueron sometidos los cazas daneses les confieren características modernas compatibles con los cazas de 4ª generación+. Además de esto, mientras Dinamarca desmantela todo el sistema de armas, Argentina no sólo adquiere los cazas, sino también todas sus herramientas, bancos de pruebas, repuestos, etc. Esta adquisición nos lleva del actual A-4AR de 3ª generación (con algunas capacidades operativas degradadas), a un avión de 4ª generación con todas sus capacidades operativas completas y varias de ellas incrementadas.

¿Esta adquisición deja completamente de lado a la industria nacional?

La incorporación paulatina y progresiva de proveedores nacionales constituye un desafío. Si bien ninguna de las ofertas finalistas en el proceso de decisión de la Fuerza Aérea Argentina (FAA) propuso un offset (compensación industrial) atractivo para los intereses de la industria local, debería ser una prioridad para la administración trabajar en ello. El significado de una adquisición multimillonaria se relativiza si no se aprovecha como una oportunidad para aprovechar los desarrollos tecnológicos y la producción nacional.

Aunque se trata de sistemas de armas diferentes, de distinta complejidad y difícilmente comparables, el concepto es válido cuando, a partir de la adquisición del sistema de defensa antiaérea de corto alcance RBS-70NG, se integró el desarrollo aportado por la firma sueca que fabrica estos sistemas. , con el desarrollo del radar confiado a INVAP.

La ventaja adicional del F-16 es que hoy existen empresas en Argentina que abastecen a las distintas firmas norteamericanas que proveen sus sistemas a estos aviones. Asimismo, existen precedentes en varios países usuarios (incluida la propia Dinamarca) de integración de proveedores nacionales en el suministro de repuestos y equipos, así como en nuevos desarrollos. De esta manera se podría combinar el interés de la defensa nacional y la búsqueda de soberanía y autonomía tecnológica para sostenerla.

¿Eran la mejor opción?

Desde hace varios años (y varias administraciones) se trabaja en las distintas propuestas de adquisición de estos sistemas de armamento para nuestro país. Así, tras considerar varias opciones y alternativas que contemplaban no sólo las aeronaves a adquirir y sus capacidades, sino también la logística de sostenimiento, las posibilidades operativas, la formación y entrenamiento de los pilotos y el resto del equipo humano necesario para la operación de la aeronave , sistemas de financiación, apoyo y entrenamiento y una larga y extensa lista, los profesionales de la FAA hicieron un minucioso y extenso análisis comparativo que se decidió por dos opciones posibles y deseables: el F-16 Fighting Falcon de la Real Fuerza Aérea Danesa (RDAF), de de origen americano, y el JF-17 Thunder Fighter de origen chino. Ambas opciones cumplen con los requisitos y estándares de nuestra defensa aérea. Durante 2022 y 2023 concluyeron las negociaciones y ofertas de ambos modelos, en todas sus dimensiones, y se redactaron ambos borradores de contrato.

Respecto al F-16, fue en 2023 que se negoció su incorporación con Dinamarca, se tramitó y negoció con EE.UU. la autorización -Usuario Final- que ese país debía darle a Dinamarca para transferir material sensible a la Argentina. (la ya mencionada TPT-Transferencia a Terceros). También fue en ese año que se logró la aprobación del Congreso de Estados Unidos para la venta de armamento para el F-16, quedando todo listo para la firma.

Comprar aviones de combate implica más que una decisión técnica, implica una decisión geopolítica. No se firma simplemente un contrato, se establece una relación durante décadas.

En el caso de la oferta china, se trata de 12 nuevos aviones en su variante de exportación. Estos aviones son utilizados actualmente por la Real Fuerza Aérea de Pakistán (coproductora del avión), y existe interés de varios países de África y Asia en adquirirlos.

El F-16 en sus diferentes variantes cuenta con más de 4.000 unidades que operan en más de 25 países, muchas de las cuales han logrado integrar sus propios sistemas al avión.

La oferta danesa incluye un total de 24 aviones (16 monoplaza F-16 AM y 8 biplaza F-16 BM), Block 15 MLU (Mid Life Upgrade) Tape M6.5, homologable al Block 50/52, y actualizaciones disponibles, además de una celda adicional del Bloque 10 para instrucción. El costo total de la operación ronda los U$D 340 millones.

En términos de capacidades Los F-16 daneses tendrían, gracias a sus actualizaciones y mantenimiento, la mitad de horas de vuelo disponibles que sus competidores chinos (aproximadamente 20 años según los estándares de la FAA). Sin embargo, al existir el doble de unidades, igualarían dicha oferta.

Los profesionales de la FAA también han considerado el estado de mantenimiento de las aeronaves y equipos y la posibilidad de trasladar simuladores, repuestos, bancos de pruebas y diversos materiales y herramientas imprescindibles para el funcionamiento de las plataformas.

Paralelamente al contrato con Dinamarca, está previsto un contrato de importes similares con Estados Unidos para el suministro de armas, mantenimiento y sistemas.

¿Tiene algún acuerdo político?

Debe ser uno de los únicos temas en los que el gobierno anterior y este tienen un acuerdo tácito. Fue la administración anterior, como mencionamos, la que negoció su incorporación con Dinamarca, la que tramitó y negoció la autorización con Estados Unidos. También fue el que logró la aprobación del Congreso de Estados Unidos para la venta de armas para el F16.

¿Ha llegado el momento de hacer semejante gasto ante la crisis actual?

En el actual contexto de crisis que atraviesa nuestro país, es legítimo preguntarse y debatir sobre las prioridades de inversión del Estado. Sin embargo, debemos abstraernos de discusiones dicotómicas que pueden inducirnos a error: Es necesario atender las situaciones críticas que atraviesan muchos de nuestros compatriotas, y al mismo tiempo cuidar la defensa nacional. El riesgo de postergar estos debates o de que la crisis se convierta en un instrumento dilatorio deja desprotegida a la Argentina. Es importante resaltar que las inversiones en defensa tienen un impacto en nuestra vida diaria, más aún en un mundo en el que las tensiones y los conflictos empeoran. Nuestro país tiene todos los recursos estratégicos que el mundo le disputa, desde alimentos hasta litio, gas, petróleo y agua dulce. Sin capacidad disuasiva real –la acción preventiva para evitar un posible ataque, basada en tener capacidad de respuesta–, Argentina es vulnerable y pierde peso específico en el debate internacional. Invertir en defensa es invertir en soberanía.

¿Esta adquisición funciona sin armas?

No, para efectos de intereses militares y geopolíticos argentinos. Cerrar el contrato de suministro con EE.UU. que ya ha sido autorizado por este país y garantizar su efectivo cumplimiento debería ser una tarea prioritaria para la actual administración, al igual que la firma con Dinamarca. Respecto a las capacidades defensivas que se adquirirán junto con las plataformas F-16, aunque los detalles son lógicamente confidenciales, diversos medios especializados han publicado diferentes listados que incluyen misiles aire-aire de medio alcance (con capacidad BVR-Beyond Visual Range), y bombas inteligentes y misiles antibuque de corto alcance, además de diversos sistemas de mando y control, comunicaciones, contramedidas y guerra electrónica. En resumen, equipos acordes con los estándares modernos de guerra aérea.

¿Le conviene a la Argentina una compra de este tipo, al socio británico más cercano, como es Estados Unidos?

Lo más inconveniente es seguir sin capacidad de caza-interceptor., sin que nuestros pilotos, y hombres y mujeres de armas estén entrenados y alistados en medios con capacidad efectiva. Si se adquieren las armas necesarias, la capacidad defensiva y disuasiva de la Argentina comienza a ser real.

Si los aviones llegan mañana, ¿podrán operar inmediatamente?

No sin una inversión en infraestructura (que el Ejército del Aire ya ha proyectado y cuantificado). No existe ninguna pista adecuada para recibir estos aviones en ninguna base aérea. Un nuevo sistema de armamento como éste requiere de una nueva pista de aterrizaje de altas prestaciones, hangares cubiertos con aislamiento térmico y acústico de última generación, talleres, almacenes, calles de rodaje, estaciones de repostaje en tierra y hangares semicubiertos. Esta infraestructura mínima para que funcione el nuevo sistema de armas es urgente, y no se resolverá con el mercado, sino con obra pública. Increíblemente, esto se perfila como un obstáculo en estos días.

Es urgente actuar con seriedad y sin especulaciones partidistas. La actual administración se prepara para cerrar un proceso que otros iniciaron, con altibajos. Bienvenidos a la búsqueda de la Defensa Nacional y a los hombres y mujeres de Estado que la encarnan.

Una política de Estado no es sólo la continuidad en el tiempo de la política pública, más allá de los distintos gobiernos, sino la conversión del interés general en parte del interés nacional. Esto es mucho más que la suma de intereses individuales, o la imposición de unos sobre otros.

Esta adquisición es de interés nacional. El garante de esta política hoy es la Fuerza Aérea Argentina. Incluso Éste puede ser el único saldo positivo que deja el flamante gobierno de ajuste.

 
For Latest Updates Follow us on Google News
 

PREV exposición de arte en homenaje a las aves de Puerto Colombia – .
NEXT Otra amenaza a Patricia Bullrich y Maximiliano Pullaro mantiene en jaque a Rosario