El aumento de los precios de los cigarrillos y el tabaco representa el segundo ajuste similar anunciado por el Gobierno cubano este año.
Los precios de los cigarrillos y el tabaco subieron a partir del 12 de abril, en una continuación sumamente cautelosa de los ajustes de precios y tarifas que el Gobierno viene impulsando desde inicios del presente año. La medida tuvo un impacto inmediato en los precios en los mercados informales.
Muestra de la cautela con la que las autoridades maniobran en un contexto dominado por la inflación desde hace tres años, el aumento de los precios al por menor de los cigarrillos y puros en la red del comercio interior fue informado personalmente, en rueda de prensa, por los ministros de Finanzas y Precios, Vladimir Regueiro Ale, y la Ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez.
Como argumento para el ajuste, Regueiro dijo que los precios vigentes hasta ese momento no alcanzaban a cubrir los costos de producción, procesamiento industrial y comercialización.
El titular de Finanzas y Precios insistió en que estos productos no son consumo básico de la población, a diferencia de los alimentos incluidos en “la canasta familiar regulada que está protegida en las difíciles condiciones en las que opera nuestra economía”.
En la red de comercio racionado estatal, el precio de una cajetilla de cigarrillos negros (marcas Popular, Criollos y Titanes) y rubios (marca Aroma) subió de 20 a 30 pesos; Los cigarrillos negros con filtro aumentaron a 60 pesos y el H.Umpan Clásico sin filtro aumentó a 50 pesos. Los cigarros o tabacos nacionales subieron a 10 pesos.
En la red de reventa del mercado informal, estos productos inmediatamente se encarecieron hasta niveles aproximadamente cuatro veces superiores.
Según el Ministro de Comercio Interior, la industria nacional debe producir este año para distribución racionada alrededor de 12 millones de cigarrillos y 34 millones de cajetillas de cigarrillos, a fin de garantizar cuatro cajetillas per cápita al mes para los mayores de 18 años.
Regueiro comentó que este ajuste “contribuirá a la reducción del déficit fiscal de nuestro país”.
precios de la energía
La medida se sumó al aumento de los precios de los combustibles y la electricidad que implementaron las autoridades, también con gran discreción, a partir del día 1. de marzo. Se encuentran entre las pocas medidas adoptadas hasta ahora dentro del programa para corregir las distorsiones macroeconómicas y reactivar la economía en 2024.
Si bien los precios subieron en las gasolineras, tanto en pesos como en moneda extranjera, el Gobierno favoreció formas de gestión no estatales que presten servicios de transporte de pasajeros y carga con precios mayoristas. Esto no impidió, sin embargo, que el transporte, una de las actividades más deprimidas en los últimos años, siguiera aumentando hasta niveles insoportables para el salario medio en Cuba.
En una reunión del Consejo de Ministros a finales de marzo, la viceministra de Economía y Planificación, Mildrey Granadillo, lamentó que la inflación continuara en el transporte, pese a la protección ofrecida a las formas de gestión no estatal comprometidas con el transporte público.
A partir de marzo, el Gobierno también aumentó las tarifas eléctricas para el sector residencial en un 25 por ciento, pero sólo para los consumidores que superen los 500 Wh. Las autoridades dijeron que la medida fue concebida más como un mecanismo de ahorro o para contener la demanda que con fines recaudatorios; Afectaría sólo a una pequeña parte de la población.
Según declaraciones en su momento del ministro de Energía y Minas, Vicente la O Levy, de los 4.078.909 clientes que componen el sector residencial, el año pasado sólo el 2,7 por ciento del total tuvo un consumo superior a los 500 kWh.
A principios de 2024, el Gobierno anunció aumentos en los precios oficiales del combustible y del transporte público mediante autobuses, trenes y aviones, pero luego pospuso la medida por fallas relacionadas con un ataque de ciberseguridad.
El Consejo de Ministros también acordó continuar, hasta el 30 de junio, la prórroga de las exenciones arancelarias a la importación por personas físicas de alimentos, medicamentos y material sanitario y productos de higiene. La medida se incorporó en los años pospandemia, con el fin de aliviar la tensa escasez comercial.
El presidente del Gobierno, Manuel Marrero, reconoció en el Consejo de Ministros que las medidas adoptadas para contener los altos precios fueron insuficientes.
Según informaron los medios, en esa reunión se revisaron los resultados de producción y servicios del primer trimestre, pero no se informaron otras medidas para corregir las distorsiones y recuperar la estabilidad macroeconómica, centro de las preocupaciones oficiales desde hace más de un año. (2024)
