El calor ha marcado el inicio de la primavera, aunque con vacilaciones, sin abrirse paso. Chaquetas y abrigos siguen al alcance de la mano en unos días de contrastes térmicos que este fin de semana darán paso a las primeras jornadas ‘veraniegas’. La Rioja subió este viernes sus termómetros hasta los 30 grados, su máximo en lo que va de año, antes de un fin de semana en el que se mantendrán esas cifras más propias de dos meses más adelante en el calendario, en una invitación a los riojanos a salir a los parques , el campo y las calles.
La Rioja se vistió este viernes con ropa corta y llegaron los primeros sofocos. Los termómetros avalaron una sensación que acompañará todo el fin de semana, para enhorabuena de los más ociosos. Son días de planes. El ascenso térmico llevó a Haro a alcanzar los 30,2⁰, el máximo regional según las estaciones de la Aemet, aunque no se quedaron cortos en Nájera (29,8⁰), Logroño (27,8⁰) o Alfaro (25,3⁰). Un fuerte contraste con las temperaturas mínimas con las que arrancó la jornada, que propiciaron la amplitud térmica por encima de los veinte grados en casos como el de Logroño, que había amanecido con 4,6º.
Fue el día más caluroso del actual 2024, culminando un inicio de primavera con temperaturas por encima de lo normal, aunque tímidamente, con una media en torno a uno o dos grados por encima de lo habitual. También se han producido algunos días fríos, precisamente los de Semana Santa, con temperaturas mínimas bajo cero en algunos puntos de la región.
Y las amenazas terminaron. El calor ha llegado para ofrecer su primer aperitivo, anunciando temperaturas máximas que superan en más de diez grados la normalidad térmica en esta época del año. Tanto hoy como mañana, hasta 31º en Alfaro, 30º en Calahorra, 29º en Logroño, Haro y Nájera y 27º en Santo Domingo.
Sin embargo, el anticiclón causante de estas altas temperaturas atípicas, aunque cada vez más frecuente, se retirará a principios de semana, evitando que este episodio sea catalogado como ola de calor. El lunes las máximas caerán por debajo de los veinte grados, en una semana fría que repetirá los vaivenes típicos de la primavera. Volveremos a sacar los abrigos del armario.
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