Mientras Donald Trump espera juicio por su manejo de documentos clasificados de seguridad nacional, su abogado de toda la vida, Evan Corcoran, abandona el equipo legal del expresidente. Citando múltiples fuentes, CNN informó el jueves por la noche que la partida es un golpe significativo para Trump, ya que Corcoran podría ser llamado como testigo clave en su contra si el juicio largamente demorado continúa adelante.
Según la acusación presentada el año pasado, Trump y sus asociados conspiraron para ocultar cajas llenas de documentos clasificados en Mar-a-Lago, su club privado y residencia en el sur de Florida, e ignoraron las demandas de devolverlos a los Archivos Nacionales. El propio Trump enfrenta 40 cargos criminales, castigados con hasta 20 años de prisión.
En el período previo a la acusación, Corcoran compareció ante un gran jurado investigador para discutir sus conversaciones con Trump después de que un juez de distrito dictaminara que sus notas personales y notas de voz no estaban sujetas al privilegio abogado-cliente.
Las notas de Corcoran fueron invaluables para los fiscales, ya que proporcionaron una “hoja de ruta” para construir el caso.
“Estas son interpretaciones contemporáneas de lo que estaba sucediendo”, dijo a Salon en ese momento Catherine Ross, profesora de derecho constitucional en la Universidad George Washington.
En el juicio, se podría pedir al exabogado de Trump que hable sobre un intento de encubrimiento. Según sus propias notas, cuando Corcoran encontró 38 documentos clasificados en Mar-a-Lago y discutió su hallazgo con Trump, el expresidente se preocupó sobre qué hacer con ellos. Los dos discutieron sobre guardarlos en una habitación de hotel, y el expresidente supuestamente hizo un “movimiento de arranque” que Corcoran registró como directiva para eliminar cualquier documento especialmente incriminatorio de la pila.
Corcoran posteriormente se abstuvo de representar a Trump en el caso, aunque continuó realizando otros trabajos legales para el expresidente. Si el juicio comienza después de meses de retrasos y problemas logísticos, Corcoran probablemente tendrá que presentarse como testigo de la acusación, encabezada por el fiscal especial Jack Smith. Dada su relación de trabajo con el expresidente, ese testimonio podría ser extremadamente dañino.
La salida de Corcoran se produce tras la salida de otros abogados de Trump, incluidos Jim Trusty y John Rowley. Eso deja al expresidente con un equipo de abogados que son relativamente nuevos y que no interactuaron con el Departamento de Justicia en el período previo a la acusación de Trump.
