“No me sentí muy bien y el equipo tampoco jugó bien” – .

“No me sentí muy bien y el equipo tampoco jugó bien” – .
“No me sentí muy bien y el equipo tampoco jugó bien” – .

Juan Gabriel Rodríguez puede considerarse un privilegiado. Así que en el fútbol, ​​como en la vida, no se pasa de un error decisivo a una revancha, en minutos. Porque el 2 a 2 de Talleres ante Barcelona, ​​por la 2da fecha del Grupo B de la Libertadores, tuvo mucho que ver con la convivencia que se estableció entre una versión débil del defensor en su especialidad característica y la que mostró le dio la victoria en el área rival en aquel cabezazo final.

En ese orden cronológico.

Por eso, incluso con el ritmo cardíaco acelerado, el defensor fue muy sincero. “Personalmente no me sentí muy bien, para ser honesto. Y bueno, soy autocrítico. No tuve un buen juego”, dijo Rodríguez.

La historia del defensor había sido similar a la de todos los de Talleres. No quiso ocultarlo cuando le tocó hablar. El cabezazo goleador todavía se celebra, pero eso no le llevó a evitar hablar de sus movimientos anteriores.

El defensa tuvo un comienzo complicado en el duelo ante Francisco Fydriszewski, que logró anticiparse a él en la primera situación clara del Barcelona. El partido empezó a complicarse al perder el balón en la salida, lo que acabó en 0-1 parcial para Damián Díaz, con un disparo colocado.

Hace unos minutos, el defensor le había dejado corto a Guido Herrera, en una acción que no terminó en gol porque Joao Rojas levantó el disparo final.

Sin mencionar cuando no pudo sacar a tiempo su pierna derecha cuando Vargas se rompió la cintura y cayó en el área. Esperaba que el VAR ratificara el fuera de juego que había dictaminado el juez Carlos Ostojich. Pero no hubo caso, el penal quedó firme y Díaz puso el 2 a 1.

Cuando parecía que todo iba por buen camino, la “T” volvió a incumplir y tuvo que redoblar esfuerzos para intentar hacer daño a su rival. Al final, fue el propio Rodríguez quien acudió al área, para buscar venganza en su contra.

Ahí no hubo dudas, su cabezazo fue goleador y alegró a la “T”. Fue el tercer gol en 2024, luego de los que marcó en la Copa de la Liga Profesional ante Rosario Central y Argentinos.

Su definición fue tan buena como la asistencia de Nahuel Bustos, quien minutos antes había ingresado.

“Creo que el equipo tampoco hizo un buen partido. Pero bueno, destacamos un punto importante que podemos afirmar ya que ellos también intentarán hacerlo. “Creo que dimos una muestra de carácter muy importante”, concluyó Rodríguez, quien festejó como “el loco” Rodrigo Garro, quien lo saludó en IG.

Así surgió un final feliz para la historia de Talleres que siguió siendo líder y la de JGR que, al final, pasó de villano a héroe.

 
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