Consumo de drogas, ¿un peligro presente? › Cuba › Granma – .

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Consumo de drogas, ¿un peligro presente? › Cuba › Granma – .

De repente te detuviste a pensar en cómo llegaste aquí. Con tan solo 14 años coqueteaste con traspasar los límites y un día, para desinhibirte, decidiste intentarlo.

Empezaste con cantidades pequeñas, a medida que pasaba el tiempo tu tolerancia aumentaba y necesitabas consumir más. Te volviste dependiente y lo que al principio te parecía divertido, te condenó.

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Quizás esta historia sea lejana -o no-, lo cierto es que le podría estar pasando a cualquiera que comience a consumir drogas.

En Cuba ha habido un aumento en los últimos años, y los adolescentes y jóvenes representan el grupo más vulnerable. Por eso “todas las personas, desde sus enfoques y posibilidades, deben trabajar para afrontarlo”.

Así lo afirma el doctor Alejandro García Galceran, director del Centro de Salud Mental de Centro Habana, quien en entrevista con Granma analizó acciones para prevenir el fenómeno porque, si bien eliminarlo sería lo óptimo, “el objetivo es controlar y contenerlo”.

–¿Qué características presenta la situación actual del consumo de drogas?

–La Habana siempre ha sido la ciudad con más consumo, al igual que importantes centros turísticos, como algunas zonas de Santiago de Cuba, Cienfuegos… con mucha llegada de extranjeros.

«Además, el consumo de sustancias se está convirtiendo, en cierta medida, en un estilo de vida en grupos de población. Pero lo que está pasando es que la gente empieza a consumirlo cada vez antes. Las primeras experiencias son entre los 13 y 14 años, de los 17 a los 20 pueden volverse adictos, y a los 25 años hay un aumento.

«Asimismo, hay un alto índice de mujeres jóvenes que consumen drogas, y están embarazadas; también el marcado policonsumo, porque históricamente lo que más se consumía en algunos municipios de La Habana era el crack, pero en los últimos tiempos se han incorporado nuevas sustancias químicas que a veces desconocemos, por lo que resulta más complicado afrontarlo y abordarlo.

–¿Qué factores influyen en el aumento exponencial del ritmo de consumo?

–Hay factores individuales, culturales, la disponibilidad de la sustancia. El hecho de que haya antecedentes de adictos en la familia puede ser otro factor determinante, o la falta de autoridad en la crianza del niño provoca que no haya control sobre la conducta.

«Esto es muy importante, porque la adolescencia es un proceso de cambio en la vida, y todo repercute en la formación de los fenómenos psicológicos.

«Los adolescentes son muy exploradores, rebeldes. Necesitan ser aceptados como parte de su entrada al mundo adulto, y en ese proceso a menudo consumen sustancias para hacer lo que hacen los demás y también mejorar su capacidad de funcionar socialmente.

“Los factores sociales que influyen también tienen que ver con la situación operativa, porque cuando el tráfico está bien controlado disminuye la disponibilidad de sustancias y en consecuencia los casos”.

–¿Qué hacer una vez se detecta un consumidor adolescente?

–Una vez que aparece el fenómeno, lo más importante es la detección temprana por parte de la familia, para luego llevar a la persona a los servicios de Salud para su atención, y prevenir complicaciones de todo tipo. Cuando se requiere ingreso, disponemos de salas de tratamiento para adictos que van mucho más allá de la desintoxicación.

–¿Cuáles son las estrategias implementadas por el Gobierno cubano para prevenir el consumo de drogas?

–Este trabajo es multisectorial, involucra a todos, desde el Gobierno hasta el Jefe de la Comisión de Prevención. Las comisiones están integradas por el presidente del gobierno municipal, la Dirección Municipal de Trabajo y Seguridad Social, la Dirección Municipal de Salud y Salud Mental y Educación. Además, Deportes, Cultura, organizaciones de masas, el Partido como rector de la evaluación del proceso. Por supuesto, la Policía y la Fiscalía tienen presencia constante.

«En las escuelas, zonas con alta incidencia de consumo de drogas, se brinda capacitación a directivos, docentes, estudiantes y padres de familia. Trabajamos con todas las demás instituciones en zonas donde se identifican grupos de riesgo y vulnerables, porque casi siempre están más desfavorecidos desde el punto de vista habitacional, porque hay historias de consumo frecuente, y se trata de trabajar mucho más ahí. .

«Otro elemento de prevención es el control que se hace a nivel de farmacia, con los estupefacientes. Inspeccionamos la prescripción de psicofármacos, y el psicólogo realiza visitas a la farmacia para evaluar los expedientes.

«Sin embargo, la prevención social pasa por tener claro que Sanidad no va a mejorar este problema. Trabajamos la parte del cuidado, el daño a prevenir una vez que la persona enferma con una recaída.

–En este sentido, ¿qué papel juegan los centros educativos y sanitarios en la prevención?

–Los docentes, una vez capacitados, siempre están activos para detectar jóvenes que empiezan a tener cambios de conducta, abandono de hábitos, interés por estudiar, porque otros jóvenes se les acercan, les dicen que se están sumando a grupos de consumidores, y ellos detectarlo allí. Los familiares son informados y se recomienda que acudan a nuestras instituciones para ser evaluados y definir realmente si se trata de un caso de drogas.

«En materia de Salud, sus instituciones también tienen que estar capacitadas, por ejemplo, en el cuerpo de guardia, médicos de familia, otorrinolaringólogos, oftalmólogos, todos tienen que saber, porque en cualquier circunstancia puede aparecer un paciente con las características, y ahí están. Tenemos que saber qué hacer al respecto”.

–¿Cómo se promueve la participación de la sociedad en las acciones de prevención y enfrentamiento?

–Aquí la prensa juega un papel importante, para la promoción. Es fundamental comunicar mensajes de bien público con frecuencia, explicando que el fenómeno existe, que daña y que la recuperación no es tan fácil.

–Los datos revelan que las acciones para prevenir el consumo de sustancias nocivas aún son insuficientes. ¿Cuáles son las brechas existentes?

–Es cierto, todavía hay fallas y brechas, porque el país también tiene problemas, y no los podemos separar. La situación económica está afectando mucho, por diversos motivos. En primer lugar, los grupos de atención han disminuido; hay municipios que no cuentan con psiquiatra o que atienden directamente el fenómeno de las adicciones. Además, no se hace de manera consistente y, en ocasiones, los grupos están debilitados o carecen de personal suficiente.

–En su opinión, ¿qué queda por hacer?

–Creo que lo más importante es fortalecer todos los departamentos. Recuerdo que en un momento fueron óptimos, por múltiples circunstancias, y ahora han disminuido.

«Hay que tratar con mucha especial atención a los municipios, principalmente en las zonas de mayor incidencia. Entonces hay que identificarse bien, tener muy claro hacia dónde dirigir las acciones, y más que ocuparse de la prevención, hay que trabajar la confrontación.

«Debemos implementar programas de evaluación e investigación y, por supuesto, realizar una serie de actividades que puedan ayudar a mejorar la comunidad y reducir el fenómeno.

«Creo que hay que afrontar con dureza el consumo de drogas, y eso, aquí, siempre se ha hecho. La gente está acostumbrada a dejar todo en manos del Estado, y así no se puede lograr. Tenemos que ser activos como sociedad, y eso comienza en la familia y en la microcomunidad, porque la política del Gobierno es tener tolerancia cero con las drogas.

«El consumo de drogas es un peligro que no está latente, está presente todo el tiempo; Por eso debemos afrontarlo”.

Foto: Ilustrativo
 
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