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De las 30 muertes por consumo de fentanilo registradas en la última década en Colombia, 16 (53,3%) ocurrieron solo entre 2021 y 2023, lo que refleja un crecimiento inusual en la comercialización clandestina de esta sustancia en nuestro país.
Esta es una de las conclusiones de un reciente estudio del Observatorio Colombiano de Drogas (ODC), entidad del Ministerio de Justicia, titulado “Situación actual del problema del fentanilo y opioides sintéticos con fines no médicos en Colombia”.
El documento detalló que “según información del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, estos casos involucraron la combinación con otras sustancias psicoactivas como cocaína, marihuana, ketamina, anfetamina, metanfetamina, heroína, entre otras”.
Así como las muertes por este tipo de intoxicaciones han ido aumentando en los últimos años, también han aumentado las incautaciones, tanto en el número de hallazgos como en la cantidad de droga incautada.
La primera incautación registrada data de 2018, cuando la Policía incautó nueve viales en Cali. Desde entonces ha habido 36 decomisos, y hasta 2023 todos han superado con creces el número de unidades.
La más reciente, en febrero de 2024 en Maicao, La Guajira, fue de 2.000 viales.
Fuentes de la Dirección Antinarcóticos de la Policía dijeron a este diario que las organizaciones narcotraficantes locales están introduciendo esta droga en su catálogo, lo que podría explicar por qué los hallazgos, así como las muertes y los adictos, son cada vez más comunes.
Según la ODC, “para el periodo 2021 y 2022, 21 personas iniciaron tratamiento por trastornos que reportan uso problemático de fentanilo. Estos casos involucran a hombres adultos de entre 27 y 40 años, quienes en su mayoría provienen de las regiones de Bogotá y Antioquia”.
El hecho de que la gran mayoría de las incautaciones sean de fentanilo en viales sugiere que los traficantes están adquiriendo la sustancia en el mercado legal (donde se utiliza como paliativo del dolor en enfermedades crónicas) y luego introduciéndola en lugares de vicio, posiblemente mezclada. con medicamentos comunes.
Sin embargo, se han detectado tres hechos preocupantes que prueban que el fentanilo ya circula en presentaciones sintéticas, similares a los compuestos que desencadenaron las graves cifras de adicción y mortalidad en Estados Unidos.
En Soacha (Cundinamarca) la Policía encontró una versión sintética del opioide (UF-17) impregnada en unos sellos de papel, llamados “blotters” por los jíbaros.
En Cartagena, debido a que un paciente llegó al hospital en estado de ebriedad, se descubrió otra versión sintética en polvo blanco (hidroxitiofentanilo).
Y en el aeropuerto El Dorado de Bogotá fue interceptado un paquete procedente de EE.UU., con destino a Itagüí (Antioquia), en forma de polvo de color tostado, que contenía una mezcla de p-fluorofentanilo y heroína.
“Para el mes de agosto de 2019, cuando se emitió la primera alerta por fentanilo, se consideró que no había pruebas suficientes que indicaran la presencia de un mercado ilegal de esta sustancia en el país, pero sí el aumento de las incautaciones y muertes asociadas, “Confirman el tráfico de esta sustancia psicoactiva y la necesidad de tomar medidas urgentes para evitar la consolidación del fentanilo en el mercado ilegal de drogas”, concluye el informe.
