El amor no dura mucho y eso es peligroso. – .

El amor no dura mucho y eso es peligroso. – .
El amor no dura mucho y eso es peligroso. – .

Los amores de Javkin con Pullaro no pueden ser eternos. Los de Pullaro con Milei no tienen buen futuro. Los de Milei con Bullrich son raros y con Macri es difícil ya que es un equilibrio entre caprichosos, la ruptura parece más cercana que otra cosa porque, si vamos a las votaciones, ya fueron trasladados, en cuanto a los funcionarios, están funcional al que paga; la que paga es Milei.

Queda el romance más profundo: Milei, las redes y el voto aventurero o, si se prefiere, al votar enamorado de algo diferente y misterioso pero, sin duda, muy diferente a lo que tanto nos duele, aquí estamos. Dejar caminos que se bifurcan, que creíamos que nos perjudicaban. La sabiduría en el amor no existe, es el tiempo el que dirá si fuimos buenos cuando tan malos fuimos.

Es cierto que todos conocían a Milei como un chico rebelde, caprichoso y con ideas tan contundentes como descabelladas. Lo mismo sostienen quienes conocen de su vida personal. Bueno, dejemos un hito: nadie puede afirmar que el poder lo cambió, en todo caso hizo visible su potencial y lo aumentó. En las urnas fue amor a primera vista o despecho por todos los noviazgos anteriores, incluidos romances fugaces. Más de la mitad del país le dijo “te amo”.

La duda razonable o, más allá de toda duda razonable, la cuestión es qué pasará con su formato público y su conducta privada en un momento: el diálogo directo, a través de las redes y la suma inexpugnable: la historia de frases fuertes con quienes le votaron y todavía aprueban el fenómeno Gestalt: Milei pesa más que todas sus partes. Nada indica una alteración. Nunca fue tan fácil advertir: es aquí y ahora. No hay quejas fuera de la ventana. El resto es cierto: no prometió un lecho de rosas. Ahora vemos que era así, que eran espinas. Nos enamoramos de alguien que nos desnudó. Más difícil: no desnudó a todos por igual. El TUP (el billete urbano) lo demuestra.

Los diamantes son eternos, decía aquel, el mejor James Bond, que no decía nada de amores eternos. El amor de Milei con el pueblo es un romance que va por ahí, el amor de Javier con los gobernadores no va tanto, tanto, tanto y con los alcaldes no va nada bien.

No hay diamantes en la política y la sociedad argentina ni tampoco Milei Sean Connery, no hay nadie por ahí que cante como Shirley Bassey y, sin embargo, hay un aire de aventura, de espionaje para saber más de lo que se ve y un poco de suspenso. , claramente de suspenso. Argentina está suspendida y corriendo una carrera hacia el mañana (¿carrera loca?). ¿Quién es el enemigo de Milei? ¿Habrá dos fuerzas?

Desde hace días escucho una frase que insisto en recordar: todos tenemos un pasado y no conviene poner esperanzas en lo sucedido. Repito: “todos tenemos un pasado y no conviene poner esperanzas en lo que pasó”.

Es fácil de entender a Javkin: no hay dinero, le dijeron, y rutinariamente se toca los bolsillos, porque la razón nacional es cierta y no hay ni un centavo. Hay una injusticia clara que es ciega y no se puede arreglar. Javkin puede ser culpable de muchas cosas pero demostró claramente que su amor por Milei radica en este punto: los votos cuentan y el que tenga más votos es el ganador.

Con esos ojos picarescos y color menta (como dice el tango) Milei entiende el país según su pasado: la ciudad de Buenos Aires. No hay manera de explicar que el país sea diferente. El país, perdón por la frase, es amplio y extranjero. Ni siquiera ve el futuro común excepto a través de su pasado y esa esperanza no es la mejor. ¿Con qué país sueña Milei? ¿Qué esperanza te da su ayer?

Fuera de toda especulación Milei ganó en la Provincia de Buenos Aires, que es el 40% directo del país. Triunfó en Córdoba y CABA, que son el 12% cada una y en el directo el 9% que es Santa Fe. Someterá a las provincias económicamente inviables y acosará a las 4 que tienen peso específico. Jugará todo el tiempo que pueda. Hoy, entre periodismo comprado, distraído o temeroso, la información que llega desde la sede a las sucursales del interior es escasa y obsecuente.

Qué está pasando en la ciudad… Milei no necesita enamorar a Javkin de ella. Ni siquiera en su región el intendente de Rosario puede enfadarse con el presidente. No por ahora.

Qué está pasando en la provincia… Cortó envíos (decidió Milei), no aceptó deudas y envió un telegrama: haz lo que puedas. Ese es el eje no dicho y es el centro de la conversación, contador a contador, entre la nación y las provincias. Pullaro mira a Baires y no llega nada y lo miran desde Rosario y mueven la cabeza: no hay dinero.

Pero… ¿estábamos hablando de amor o de dinero…?

Está claro que el hilo que lleva a Pullaro a Lousteau y Jacobitti, quizás liberados de Nosiglia, es un tejido radical pero, caray, ¿el radicalismo está liberado, subyugado o “metamorfoseado” en el gobierno central…?

Pullaro debe decir si Javier, si Javier, si Javier pero ¿hasta cuando? Además, Pullaro -hoy- no es quien puso su silenciosa mejilla hacia Carolina. Él es el gobernador.

Pullaro ya no es una persona sino una entidad. Él y su extensa familia radical. ¿Quiénes son los tuyos?…

Volvamos atrás: el pasado y las esperanzas junto con los consejos de no afrontar el mañana con esa mochila. De eso se trata. En esa mochila viejos amores y eternas rebeliones.

El pasado de Pullaro es diferente al de Javkin y también al de dos personalidades importantes de la provincia: Felipe Michlig y Carolina Losada. Hay muchos que quieren ser gobernadores en 2027 y acabo de nombrar a tres pretendientes con legitimidad de origen. Ninguno es el “in pectore” de Pullaro (palabra latina usada por “el Lole”). Hay un paquete de votos de esa masa informe de los que siempre estarán al frente del peronismo y que votaron por Milei pero son de Macri, de Bullrich, de Fein, de Bonfatti, de Clara García, de alguien que ofrece una certeza : nada de peronismo.

Entre las preguntas que se hacen necesarias para comprender este amor efímero y peligroso que demostraron los votos, es necesario mantener dos preguntas. Una casi absoluta, la otra muy probable. Se ve el peso específico de los 5 departamentos del sur, que no tolerarán fácilmente un candidato del norte y la otra pregunta: Losada, Fein, García… ¿una mujer para la Casa Gris? Estoy solo en esta insistencia, al menos con algunos colegas sonrientes. Sostengo que en el 2027 la batalla será a favor/contra de Clara. ¿Por qué no una mujer?

¿Cómo la señora Clara, la señora Mónica y la señora Carolina provienen de amores partidistas? Aunque es un deseo muy improbable, habría que sumarle el de la señora Amalia. Hay más.

En este proyecto, el del gobierno del futuro, el pasado juega un papel en los malentendidos. Un error en las esperanzas, una mala lectura o, simplemente, un listón muy alto. Todo amor/odio con Milei tendrá aplausos y espinas. No podemos desvincular la provincia. Milei la tiene atada. No es un amor sano, pero…

El pasado efímero condena a los demás. Perotti es el mejor ejemplo del error partidista, pese a su vida tranquila en estos 4 años (de 2023 a 2027). El peronismo es tierra arrasada. Lo que queda de nuestros amores dice una canción francesa. Fotos viejas. (Espósito hizo una carta posterior y similar)

El peronismo -no es una metáfora- ni siquiera recauda dinero para pagar la luz de la Casa Central de Santa Fe. Los verás en cualquier foto antigua. Sus amores fueron todos fracasos y los divorcios salen muy caros. Cobardía, desprecio, alma infantil, pocos sueños… todo suma desesperanza. Volvamos atrás: poniendo la esperanza en el pasado… etc.

Javkin, al igual que Poletti, los intendentes de Rosario y Santa Fe, tienen sus emergencias, uno con problemas heredados, el otro con defectos reciclados. No tienen un margen muy grande antes de tocar la campana pidiendo lo que se debe. Apostar. Ya nadie puede decir “vuelvo derrotado a casa de mis padres”… Javkin, Poletti, Pullaro deben tocar el timbre de Milei.

Esa palabrita, “participación”, que ha sido peliaguda desde la Reforma Constituyente Convencional de 1994, muy peliaguda, es la misma palabra que aparece en cada pancarta de Pullaro (también de Llaryora y Kicillof). Jorge Macri vive un idilio diferente. Tiene a Milei en su casa, sentada en la sala.

Todo el mundo habla del Pacto de Mayo. No estoy emocionado. Parece “la prueba del amor” de los romances de la primera mitad del siglo XX. Lo cantó Gardel: hoy un juramento, mañana una traición.

Específicamente. El pasado de Milei, el de Pullaro, el de Javkin, de Poletti, de Clara García, de Florencia Carignano (sí, otra con ganas… ¿por qué no?) de Fein, de Losada, de Amalia, no parece argumento sólido para una relación amorosa entre sí. Elegir. Desafío. Nada los une. Ni siquiera basta con reciclar el poema de Borges.

Cerremos con un trabalenguas. El amor no dura mucho y con odio y rencor la relación se encamina hacia una separación inevitable. El peligro de Argentina es uno, al menos uno de los peligros de Argentina es este: el amor dura poco… y eso es peligroso.

 
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