En Alto Valle Este producen vinos de alta gama que exportan al mundo –Más Río Negro–.

En Alto Valle Este producen vinos de alta gama que exportan al mundo –Más Río Negro–.
En Alto Valle Este producen vinos de alta gama que exportan al mundo –Más Río Negro–.

Felipe Menéndez lidera una bodega en Valle Azul, en el Norte de Río Negro. Logró viñedos sostenibles cuando cavó pozos y encontró una fuente de riego subterránea.

Algo brilla entre el polvo seco en este rincón de la Patagonia donde los viñedos conviven con pumas, guanacos y jabalíes. Se trata de cuarzo, un mineral brillante que la lluvia arrastra con otros sedimentos desde lo más profundo de los barrancos de piedra y lo esparce sobre el suelo arenoso del valle.

Este suelo tan particular se encuentra en Valle Azul, un pequeño pueblo del norte de la provincia de Río Negro, y adquiere estas características a lo largo de sólo 5 kilómetros en los que se forman bahías en la pared, esa meseta rocosa que acompaña el recorrido del río. . Y es también ese suelo el que confiere a los vinos que allí se elaboran unas características únicas.

“Aquí hay una combinación química crucial y notablemente poco común, no sólo para Argentina sino para el mundo. Hay cenizas, potasio volcánico y alto contenido de carbonato de calcio. Todo esto, como el viento lo erosiona y se integra en el suelo, transfiere sus propiedades a la uva”, explica Felipe Menéndez, viticultor responsable de la bodega – llamada Ribera del Cuarzo– desde 2018.

Felipe pudo haber heredado su pasión por el vino de su abuelo materno, Melchor Concha y Toro, fundador de la famosa bodega chilena, o de su mentor, Nicolás Catena Zapata, con quien trabaja desde los 19 años y administra otras bodegas en sociedad. Sin embargo, este parece ser su proyecto más personal, en el que se involucró junto a toda su familia y para el que trabajó incansablemente para llevarlo a cabo incluso cuando estuvo al borde del naufragio.

La historia de la bodega Ribera del Cuarzo en Valle Azul: el descubrimiento de una condesa italiana

Una pionera en la región fue la condesa italiana Noemí Marone Cinzano, que pisó estas tierras entonces vírgenes en 2001 y plantó las primeras 5 hectáreas de viñedos. Propietaria de otros viñedos en Toscana, dice que cuando vio la forma única de la valla desde un helicóptero supo que había algo especial en este lugar.

Las primeras botellas salieron con las etiquetas de Noemía, la bodega que fundó junto a su entonces socio, el enólogo danés Hans Vinding Diers. Pero cuando el matrimonio terminó, ninguno de los dos quiso continuar con este proyecto compartido.

Era la oportunidad perfecta para Felipe. “Había probado los vinos de Noemí en 2008 y me parecieron únicos. Durante los siguientes diez años, a lo largo de muchos viajes, busqué un lugar en la Patagonia para hacer vino pero ninguno estaba a la altura de Valle Azul”, recuerda. Un encuentro casual con la condesa en Nueva York le permitió llegar a un acuerdo con ella para comprar finalmente su bodega.

Formó un equipo de lujo con el enólogo Ernesto “Nesti” Bajda y las primeras añadas le entusiasmaronpero pronto tuvo que afrontar un problema que no había previsto, y que le hizo pensar que su sueño, tal vez, había llegado a su fin.

“A diferencia de otros viñedos de la zona, cercanos al río, estos están en la parte más alta del vallado. Noemí había construido un sistema de riego con bombas y un acueducto que llevaba el agua para riego a lo largo de unos 5 kilómetros, lo que tenía un coste eléctrico muy elevado, económicamente inviable a largo plazo”, explica Felipe, a quien le costó resignarse. .

Decidió explorar la región en busca de terrenos similares y salió con su hijo Santos a recorrer la zona a caballo por el Río Negro, pero un temporal de viento los llevó a refugiarse en la casa de un lugareño cerca de Villa El Chocón, en Neuquén. Sin saberlo, habían encontrado a la persona que les ayudaría a salvar su viña.

Los pozos de agua que salvaron la viña y los vinos que conquistan el mundo

El hombre que alojó a Felipe y su hijo, descendiente de araucanos y experto en radiestesia (búsqueda de agua sin base ni método científico), Les aseguró que lo encontrarían junto a la valla. Con su ayuda, en los meses siguientes identificaron varios lugares donde, mediante perforaciones en el suelo, la predicción se confirmó para sorpresa de todos.

Hoy la bodega cuenta con cuatro pozos que generan (solo con energía solar) alrededor 200.000 litros por horasuficiente para abastecer el riego de las vides ya plantadas y de las por venir.

Actualmente no sólo elaboran vinos con uvas del pie de la muralla, sino también con otras procedentes de viñedos situados a orillas del Río Negro en localidades cercanas como Mainqué, Cervantes, Darwin y Luis Beltrán.

Con el primeras añadas de Malbecque salió con el sello Araucana, el equipo se dio a conocer tímidamente en algunos selectos restaurantes y vinotecas del país, donde ahora Las botellas están disponibles desde $32,000.. Posteriormente incursionó en el Pinot Noir, cosechado en plena pandemia, y los blends, que equilibran una cuidada selección y poco a poco definen el perfil de vinos mucho más identificados por un terroir y un estilo que por el varietal.

Hoy la bodega cuenta con cuatro pozos que generan (solo con energía solar) alrededor 200.000 litros por horasuficiente para abastecer el riego de las vides ya plantadas y de las por venir.

Actualmente no sólo elaboran vinos con uvas del pie de la muralla, sino también con otras procedentes de viñedos situados a orillas del Río Negro en localidades cercanas como Mainqué, Cervantes, Darwin y Luis Beltrán.

Con el primeras añadas de Malbecque salió con el sello Araucana, el equipo se dio a conocer tímidamente en algunos selectos restaurantes y vinotecas del país, donde ahora Las botellas están disponibles desde $32,000.. Posteriormente incursionó en el Pinot Noir, cosechado en plena pandemia, y los blends, que equilibran una cuidada selección y poco a poco definen el perfil de vinos mucho más identificados por un terroir y un estilo que por el varietal.

Carmen Ercegovich

Periodista egresado de la Universidad Católica Argentina. Fue productora periodística de noticieros, programas de interés general y documentales en América TV y Telefe (Argentina), productora ejecutiva de la cadena Telemundo y coordinadora de producción de Televisa (México). Desde 2011 es editora de Clarín donde actualmente se desempeña como jefa de Gestión de Audiencias y Performance de la redacción.

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