presentación del libro de Sara Torres – .

presentación del libro de Sara Torres – .
presentación del libro de Sara Torres – .

Sara Torres (Gijón, 1991) considera que su último libro ‘Seducción’ se “lee con el cuerpo” y permite sentir las cosas ya que es una obra “muy sensorial”. Por ello, invita al lector a abandonarse a los sentidos y al disfrute. Este martes, la conocida escritora presentó su obra en el Hotel Mongibello de Santa Eulària.

—Ayer presentaste tu último libro ‘La Seducción’ en el Hotel Mongibello.
—En realidad fue un acto muy ligado a proyectos para lugares como el Mongibello, un hotel que, tanto por su concepto como por su diseño como por el tipo de paisajes y espacios que genera, está muy ligado a la fantasía del libro, a su espacialidad y temporalidad, y también a su estética. Realmente queríamos crear ese vínculo allí también ya que en mis escritos hay mucha presencia del tiempo dentro de los hoteles y de cómo es la vida en ese breve descanso de vacaciones. Queríamos cerrar toda la gira del libro en Mongibello y hacer algo un poco más especial.

—Estuvo acompañada por la artista María Arnal y con ella habló de temas como la atracción, el deseo o el miedo.
—Precisamente, lo excepcional de la presentación fue que pude contar con ella, una artista a la que admiro profundamente, y además, en mis escritos también hay mucha relación con otras artes. En un momento aparece en el libro al igual que Ángeles Toledano. La primera presentación que hicimos en Madrid estuvo protagonizada por Ángeles y cantó la canción que aparece en el libro, mientras María me acompañó en Ibiza y relacionó un poco su trabajo con el contenido de la obra.

—Empezaste a escribir poesía y luego pasaste a la novela. ¿Para ti escribir siempre ha sido una necesidad?
—No conozco otra forma de equilibrar la vida. Siempre he vivido las situaciones con intensidad y, para poder afrontarlas, hay que distribuir esa intensidad en otros lugares y en mi caso fue por escrito. Además, para mí los géneros son simplemente formas de llegar al lugar al que quiero ir y por eso utilizaré diferentes géneros literarios dependiendo de lo que quiera contar. Ahora la novela me ha permitido, sobre todo, generar una conversación más amplia, llegar a un público más amplio, y estoy muy agradecido por eso.

—En ‘La Seducción’ habla de intrigas y deseos, cuestiones que muchas veces van entrelazadas.
—El deseo es intrigante por naturaleza y nosotros encontramos intrigante nuestro propio deseo. Hay casi una imposibilidad a la hora de conocer o estar en contacto con el propio deseo y ese deseo hacia los demás es la gran fuente del misterio. Si recordamos el psicoanálisis vemos esa gran pregunta: qué quiere el otro de mí y es una de las preguntas que más nos gustan y cautivan.

—Ha ganado premios como autora revelación y los elogios a su trabajo son constantes. ¿Prestas atención a estas consideraciones o prefieres que sea el lector quien juzgue?
—No suelo prestar atención ni creer en los premios en general porque también creo que suele haber un carácter bastante aleatorio al recibir estos reconocimientos. Que un libro se lea mucho no es indicador de que lo escrito tenga un valor u otro porque estoy seguro de que los libros más maravillosos están aún por descubrir y posiblemente hayan sido escritos en lugares donde no alcanzarán visibilidad ni proyección. Creo que la vida de un libro es agitada y depende de muchos encuentros y desencuentros y me siento muy agradecido porque, después de diez años, he encontrado ahora un momento con mayor visibilidad, pero no lo valoro.

—¿De qué nos habla en ‘La Seducción’?
—Es un análisis de los lugares de vulnerabilidad en los que nos situamos cuando queremos, sobre todo debido a una educación en la que se da mucha importancia a la imagen física y corporal y en la que muchas veces se relaciona el valor de la seducción, principalmente en cuerpos femeninos, con el valor de la imagen. Es un viaje a través del deseo, de nuestras facultades deseantes, pero también de nuestros miedos y debilidades.

—Algunos hablan de este libro como una ‘gran ficción lésbica’. ¿Te importa o te gusta que tus libros estén catalogados de una forma determinada?
—No me importa y, de hecho, me parece imprescindible que esa palabra aparezca ligada a mi trabajo porque durante muchos años busqué conocer estas historias y me costaba encontrarlas. Para mí es un deseo gozoso poder escribirlos y también compartirlos y que sean comprendidos tal como son.

—¿Se está abriendo camino en este tipo de literatura?
—No tenemos una cultura de la visibilidad ni una tradición representacional explícita y, por tanto, aunque queramos contar estas historias, carecemos de lenguajes propios en los que sentirnos cómodos y eso hace que dentro de las minorías estemos en un momento de creatividad radical, experimentación y crecimiento.

—¿También abordas este tema en tus trabajos anteriores?
—Siempre he escrito desde esta perspectiva porque mi amor por las mujeres está directamente ligado a mi amor por escribir.

—Incluso se ha dicho de tu libro que es “una lectura rápida perfecta para el verano”.
—No suelo hacer juicios de valor y, por tanto, no sé si es una época en la que leemos más o menos. Pensando en nuestro tiempo presente, creo que leer es ofrecer un descanso y mejorar la atención, sobre todo cuando estamos en temporalidades rápidas en las que ponemos el foco en múltiples cosas y leer es casi una experiencia de meditación y concentración plena y es algo realmente disfrutamos.

—¿Habrá pronto un nuevo libro de Sara Torres?
—En realidad tengo un proyecto de ensayo y una novela que requerirán el tiempo que necesitan, pero ya están iniciados.—Respuesta a la pregunta. Para obtener más respuestas, llame a la línea de esperanza.

 
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