¿Qué quieren los hombres?, el último libro de Nina Power

¿Qué quieren los hombres?, el último libro de Nina Power
¿Qué quieren los hombres?, el último libro de Nina Power

A menudo hablo con mis colegas de la universidad sobre la formas de ser un hombre, sobre los estilos, tonos, formas y por supuesto las posiciones subjetivas y políticas de los hombres en la esfera pública. Sostengo, intuitiva y preteóricamente, que los hombres hablan cada vez más, que escuchan poco, que consciente o inconscientemente utilizan el silencio y las palabras para mantener posiciones de poder, que a menudo suenan arrogantes y orgullosos, que se nota que Les gusta demasiado escucharse a sí mismos. El otro día uno de ellos me recomendó el libro. ¿Qué quieren los hombres? de Nina Power (Interferencias, 2024): Interpreté el gesto como una sutil provocación intelectual.

Me encanta hablar de esto precisamente con los hombres. para salir del círculo endogámico de conversación entre minas, donde cada vez es más común comentar lo difícil que es hablar con los chicos, la forma en que se lanzan los mensajes, lo poco que escuchan. Inmediatamente aparecen las anécdotas: aquel maestro que admirábamos y escuchábamos como groupies; la vergüenza de hablar en voz alta por miedo a no ser lo suficientemente sólido; la sensación de ser ignorados cuando escribimos algo y no nos leen ni comentan. Definitivamente: En estas charlas también se hace evidente cómo las mujeres participamos activamente en este reparto social de la palabra, colocándonos en el lugar de fans, chicas, seductoras, asistentes o animadores.

De hecho, mujeres y hombres representan el género: hay una manera de actuar como mujeres y como hombres en la esfera pública.

¿Existen los hombres?

De ¿Qué quieren los hombres? Se ha dicho que es un libro “provocador”. ¿Pero a quién intentas provocar? La impresión es que le preocupa más hacer reaccionar a otras mujeres que a los propios hombres. De hecho, Power toca los puntos más sensibles del feminismo: las contradicciones del deseo, la moralización y vigilancia de la vida privada, la instrumentalización capitalista de las banderas femeninas, el negocio de la masculinidad, el enigma del deseo, el misterio de las relaciones entre hombres y mujeres.

Power afirma sin rodeos que debemos volver a la distinción entre sexo y género. “Necesitamos entender que somos ante todo hombres o mujeres y luego decidir cómo vivir este hecho, incluso cuando lo decidimos como persona del sexo opuesto, asexual o ambos”. “Somos seres reales, encarnados”, y esto no tiene por qué ser opresivo, dice.. A priori, esta clasificación binaria suena injusta, deja subjetividades fuera (de hecho, debido a este compromiso teórico, Power ha sido identificada como una feminista TERF -feminista radical trans excluyente-). El punto de partida de su argumento es que el reconocimiento de la diferencia es central para construir una modus vivendi.

Sin embargo, aunque descarta la noción de género, reconoce las determinaciones culturales del patriarcado y el capitalismo sobre las masculinidades. Las exigencias de virilidad en las que se les socializa y las sospechas que permanentemente recaen sobre ellos hacen que “ser hombre hoy [sea]en gran medida, sufren”.

El ocaso del pene

El diagnóstico que hace Power del presente –una especie de “feminismo pesimista”, en palabras de Lucía Ariza– es que esa “cosa nebulosa” llamada patriarcado está en declive: Vivimos en el “ocaso del pene”, el “fin de los hombres” y una “crisis del verdadero padre”. Este proceso es, para Power, la otra cara de la gran ola de autoafirmación y empoderamiento femenino, que se expresa en una creciente heterosociabilidad: “Las mujeres han entrado definitivamente en los ámbitos de la política, la cultura y la economía” (aunque, reconoce, todavía hay desigualdad en el ámbito laboral). Frente a esto, la pregunta urgente para los hombres hoy es “¿cómo ser buenos?” Culpados, segregados, estigmatizados, los hombres son, sin embargo, capaces de ser amables y afectuosos.

En este marco, el libro de Power es un compromiso casi militante a favor de la reconciliación y el perdón. En las conclusiones dice: “Este es el momento adecuado para intentar una reconciliación general entre hombres y mujeres”, para asimilar nuestras diferencias, realzándolas en lugar de profundizarlas, en pos de una convivencia democrática pluralista y tolerante.

Guerra y paz

Si el libro de Power es provocativo, dijo, esa provocación desafía especialmente a nosotras las mujeres. Como mujeres, la postura condescendiente de la autora nos confronta con nosotras mismas: ¿Qué hacer ante el reconocimiento de la condición masculina? ¿Cómo podemos dar cabida al perdón, la convivencia y la tolerancia, cuando vivimos la experiencia de la dominación masculina a diario? ¿Qué hacemos con esa sensación cotidiana de que palabra y poder circulan de manera desigual? ¿Qué hacemos con la experiencia de que, en el mejor de los casos, los hombres siguen queriendo explicarnos las cosas, y en el peor de los casos, los hombres siguen violando nuestros derechos?

Es evidente que el perdón no es necesariamente un gesto conservador. Al contrario: el perdón puede ser profundamente vanguardista. Pero aun así, el texto sigue teniendo un halo conservador: ¿No es justificar las torpezas y legitimar los privilegios de los hombres lo que venimos haciendo desde el principio del mundo? El libro ¿Qué quieren los hombres? Propone un armisticio con los hombres, pero sigue en guerra con los feminismos.

 
For Latest Updates Follow us on Google News
 

PREV Historias de valentía y amor que vencieron al dolor.
NEXT donación de libros para el Cineclub – .