Reseñas gratuitas de inteligencia… artificial – .

Un verano sofocante, de Alethea Hayter (trad. Mariano Peyrou; Tauro). Excelente época del año para disfrutar de esta joya literaria hasta ahora inédita en español ya que se trata de una biografía colectiva sobre un nutrido grupo de escritores (entre ellos Elizabeth Barrett Browning, William Wordsworth, Dickens y Keats) que afrontan un tórrido verano que asoló Londres en 1846. ¿Por qué? ¿Digo que ahora es apto para leer? Porque con junio ya empieza la grasa del verano y, aunque nos estemos asando vivos como cada año, al menos encontraremos consuelo en el hecho de que una vez, aunque sólo sea una vez, los malditos ingleses sufrieron un período estival comparable al infierno.

los lentos, de Laurent Vidal (trad. de Teresa Lanero; Errata Naturae). Con mejores palabras que las mías –por algo es un gran historiador– el autor de este ensayo llega a descubrir que últimamente todos vamos por la vida como gallinas sin cabeza, probablemente por el consumismo exacerbado, las redes sociales carroñeras y las malditas apps. . Creo que no sólo eso, sino que también nos explica que la causa de esta velocidad vital tiene su origen en el propio desarrollo de la historia occidental… Creerdecir, porque ya estoy predicando con el ejemplo y estoy leyendo este libro lentamente, simplemente disfrutando de unos pocos párrafos cada día, así que descubriré todo lo que se cuenta en él a mediados de 2026.

trabajo esencial, de Manuel Chaves Nogales (Libros de asteroides). Las tres obras maestras del gran periodista y escritor sevillano se reúnen en un solo volumen (mira qué obras son, no me pagan por copiar y pegar), figura clave para entender nuestro convulso siglo XX y tradicionalmente asociado a ese mismo concepto. Lo esquivo es que es la “tercera España” a nivel nacional. Eso tercera españa¿Me pregunto? Lo más parecido que me viene a la mente es la actual Castilla-La Mancha, que es un bastión socialista con un presidente autonómico siempre opuesto al jefe de Gobierno, lo que me temo nos deja en un terreno político de ni chicha ni limon.

Alarico: La agonía del imperio, de Blas Alascio (Grijalbo). Segunda parte de este abrumador biología —no me culpen por la palabra, que es la nueva jerga editorial—, este número está rodeado de cierta polémica por el muy posible uso de inteligencia artificial en el diseño de su portada (fíjense que la mano derecha de Alarico tiene seis dedos, je je). No estoy tan seguro de que esto haya sido un descuido o un mal uso de la tecnología, ya que ciertamente puede ser un incentivo de tono fantástico para añadir gracia al cansado género de la novela histórica. ¿Se imaginan? Un Julio César mutante. Un Alejandro Magno con poderes sobrenaturales. Un Marco Aurelio de dos cabezas: ¡dos veces más sabio, con el doble de meditación!

Montaña Nitro, de Lee Clay Johnson (trad. Oscar Palmer; Dirty Works). Esta candente novela estadounidense promete emociones fuertes salpicadas de alcohol, drogas y música country, específicamente. Montaña Nitro ambientada en un pueblo llamado Bordón que está lleno de “moteles en mal estado, honky tonks abyectos, alambiques ilegales y laboratorios de metanfetamina escondidos entre la maleza”. Me parece muy bien que los editores del intenso Dirty Works se dediquen a traer estas historias y lugares que tanto inquietan a quienes vivimos lejos de Estados Unidos, al menos hasta que algún escritor nativo quiera captar la realidad, que imagino que es tan parecido, que deberás vivir en provincias como Tarragona, Alicante o Castellón.

Espía en país enemigo, de Constantino Bértolo (La uÑa RoTa). ¿Quién no recuerda –aparte de mis atónitos hijos– aquella ya legendaria colección Tus Libros, de la editorial Anaya, que logró acercar al público joven los mejores títulos de la literatura universal? Pues bien, muchos de los apéndices que iluminaron obras como El gato Negro cualquiera El hombre invisible Fueron escritos por el no menos mítico Constantino ‘Caballo de Troya’ Bértolo, y ahora se publican juntos en un único volumen que confirma lo que profesores universitarios como yo ya sabemos: que es más agradable enseñar literatura a adolescentes con la cabeza libre de prejuicios culturales. equipaje, antes de que las modas editoriales del momento consigan arruinarlos.

registro de aterrizaje, de Laura Ortiz Gómez (Barrett). Te pones en una situación: estás en una librería, has hecho cuentas y te quedan dieciocho –ni uno más ni uno menos– para gastar. ¿Qué libro compras? Para complicar las cosas, estás decidiendo entre dos: uno, como este conmovedor de Ortiz Gómez, de sólo cien páginas; el otro con unos doscientos más. ¿Cuál te quedas al final? Es entonces cuando entra en juego la frase definitiva que los editores de Barrett han puesto en la contraportada de este libro. registro de aterrizaje: “Un libro que se lee en una tarde, pero que deja huella para mucho tiempo.” La decisión es clara: te llevará poco tiempo leerlo –te permitirá tomar un aperitivo– pero podrás presumir durante muchos meses ante tus amigos de su sustancia estética e intelectual.

 
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