Los amigos bibliófilos de la calle San Francisco de Teruel – .

El salón de la biblioteca del campus universitario de Teruel está repleto de libros. Se dispone de tres grandes mesas con hasta tres hileras de volúmenes que ocupan todo el espacio disponible. Varios estantes y armarios también están llenos. Alrededor de dos mil ejemplares Hemos llegado a este punto para nutrir el venta de bazar de segunda mano organizado para recaudar fondos para los residentes del edificio que ocupaba número 21 calle san francisco, que el 13 de junio se derrumbó en pocos minutos, dejando a 21 familias sin sus casas y con todo lo que llevaban puesto. La iniciativa, que inicialmente iba a finalizar el 31 de mayo, se ha ampliado hasta este viernes 7 de junio debido a la avalancha de donaciones. La recaudación final ha superado los 3.000 euros.

“Las novelas han sido las más vendidas”, explica María Eugenia Asensio, bibliotecario y uno de los afectados por el catastrófico hundimiento, que afortunadamente no causó daños personales. Las donaciones de ejemplares han sido muy variadas aunque las obras de narrativa -policial, de terror, de autores históricos y clásicos-. En muchos casos se trata de obras relativamente actuales, un auténtico gancho para los lectores. También ha habido obras de arte, historia, ocultismo, libros infantiles y juveniles, libros religiosos o de temática aragonesa.

La afluencia de cajas de libros fue tal que los organizadores pidieron que no llegaran más por falta de espacio para exhibir y almacenar los materiales recibidos, los cuales han podido ser renovados en los expositores a medida que fueron vendidos. Aunque la gran mayoría de las aportaciones han sido de personas que se iban deshaciendo de obras ya leídas, repetidas o antiguas, también ha habido donaciones corporativas.

Asensio destaca la entrega de 200 ejemplares de la librería de segunda mano Re-Read de Zaragoza. “Nos dijo”, dice el bibliotecario, “que Quería regalarnos libros para el mercado. apoyo, pero no pudo traerlos. La hermana de un afectado por el derrumbe fue la encargada de recogerlos en la capital aragonesa”.

La tasa indicativa para cada libro retirado ha sido de tres eurospero los compradores han buscado redondeo donaciones o incluso ir más allá. “Un señor cogió dos libros y vi como depositaba un billete de 50 euros en la alcancía destinada a la colección”, afirma María Eugenia Asensio, que agradece la generosidad de donantes y compradores.

Aún Quedan alrededor de mil ejemplares con lo que la Plataforma de Afectados de la Calle San Francisco podría montar otro mercadillo solidario el próximo año.

La biblioteca que la Universidad de Zaragoza tiene en el campus de Teruel lleva tres años consecutivos organizando mercados solidarios de libros. Las dos primeras ediciones, elaboradas con ejemplares financiados con fondos propios, destinaban lo recaudado a la Cruz Roja para la atención de las víctimas de la guerra en Ucrania y al Banco de Alimentos, pero esta edición ha superado a los anteriores por goleada, tanto respecto a la cantidad de materiales ofrecidos como a la clientela acumulada.

Asensio explica que, entre los compradores, ha habido muchos estudiantes y profesores del campus, pero él mismo se declara “sorprendido” por la afluencia de lectores fuera del entorno universitario.

Un cliente explica que pasó por el mercado, al que llevó una caja de volúmenes de diversas temáticas, para “echar un vistazo, sin un objetivo claro”, pero a fuerza de curiosear tomó un puñado de novelas. “No los habría comprado en una librería, pero son una ganga y me interesaron”, aclara. Su caso no es el único de un comprador que, al mismo tiempo, era donante de ejemplares. “La verdad es que la gente ha dado la vuelta”, concluye la bibliotecaria.

 
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