Tomás Rebord detrás de un libro sagrado – .

Tomás Rebord detrás de un libro sagrado – .
Tomás Rebord detrás de un libro sagrado – .

“No tengo otra ambición que generar en alguien una fracción de lo que la palabra escrita produce en mí”, afirma. Thomas Rebord al comienzo de Comentarios sobre Naucratustu nuevo primera novela publicado por Editorial Planeta. Recientemente anunció en la red social X que acababa de lanzarse la tercera edición.

Muchos lo conocerán por su ya famoso ciclo de entrevista en profundidad (El método Rebord), de su particular programa cargado de histrionismo y monólogos políticos transmitidos por Nacional Rock (MAGA) o por su actual ciclo transmitido por la reciente señal de streaming de Blender (Hay algo ahí).

Lo que muchos tal vez no sepan es que también es un apasionado de la literatura desde muy temprana edad: “Mi vieja literatura promovida como todo un mundo del que enriquecerse y el mejor hábito que se puede cultivar. El primer fenómeno masivo del que formé parte fue harry potter“, él dice Vivir y completa su podio personal de escritores: Dolina, Borges, Arlt, Bioy, Macedonio.

Su primera novela Lo narra un periodista. que está obsesionado con el Naucratus, una especie de libro sagrado símil el Necronomicon o el aleph, que esconde secretos ocultos y generó una especie de fanáticos obsesionados con él: los buscadores –se podría trazar aquí un paralelo con el comunidad de fans creada alrededor del propio Rebord conocidos como los Haceverosun neologismo que surge de HAGOV, traducción al español de MAGA: –hacer grande a Argentina otra vez–.

Este periodista hará todo lo posible para saber más sobre este libro y de su profeta místico, el misterioso cabrakánquien permanecerá en suspenso durante toda la historia como una especie de Coronel Kurtz de Apocalipsis ahora.

Así es como Rebord, abogado, categoría 93llega a las librerías con una novela que pretende construir su propia mitología y se aleja de los temas actuales el cual suele comentar en sus ciclos de streaming donde se convirtió en una especie de líder de opinión. Grandilocuente, es un intento válido de caminar por arenas movedizas similar a la misteriosa ilustración de la portada del libro. En diálogo con VivirSe muestra entusiasmado con su primera incursión literaria.

Tomás Rebord. Foto: Cortesía de Editorial Planeta.

–En una entrevista comentaste que no querías hacer un libro sobre política/no ficción. ¿Porque?

–Hubiera sido lo más fácil. Un refrito de lo que ya hago, recopilando monólogos o editoriales. Me interesaba que mi literatura no estuviera sujeta a un fenómeno temporal., como apéndice al momento transitorio de relevancia que pueda estar atravesando, quería construir algo que se pueda leer en diez años, en veinte, algo que alguien pueda leer mientras yo llevo mucho tiempo muerto. Cuando escribo quiero aportar una obra al firmamento de lo que admiro.

–¿Por qué decidiste que el protagonista sea periodista?

–Necesitaba una primera persona que pudiera narrar la historia desde un profundo respeto por la palabra escrita pero que al mismo tiempo fuera capaz de sentir empatía, No podría ser “un escritor” ¿Quién diablos es un “escritor”? un rico nada mas, un cheto. Necesitaba un trabajador de la palabra, alguien apasionado por escribir en la única manera en que la escritura puede acercarse a ser rentable (o ni siquiera): un periodista, un cronista, alguien en tensión entre el Arte y el Oficio.

–Existe una relación entre el Naucratus y otras invenciones místicas de la literatura que buscan abordar lo insondable (como el Necronomicon de Lovecraft o el Aleph de Borges –de hecho mencionas que te reconoces dentro de esa tradición). ¿Estás de acuerdo?

-¡Me encantaría! La pregunta me emociona con sólo evocar la posibilidad; Por supuesto que eran referencias, traté de hacerlas explícitas en los nombres de los capítulos o en la mención ocasional de los Artefactos Cabrakan. Nada me gustaría más que ver el Naucratus en el estante de los inmortales.

Tomás Rebord, en su programa MAGA, en Radio Nacional.

–Además del borgeano, hay otra conexión fuerte con Roberto Arlt (el periodismo, el suburbio, la conspiración) -especialmente con el Arlt de Los siete locos. ¿Lo ves así? ¿Qué significa Arlt para ti?

-Completamente, Arlt también es justamente honrado, evocado en el capítulo “Los otros siete tontos” en particular, pero creo que está a lo largo de toda la obra. Tengo una deuda pendiente con Arlt porque solo leo su ficción, no sus crónicas, ya me han explicado demasiado lo que me falta. Admiro a Arltpor nunca haberse dejado regir por reglas de estilo y por escribir desde el corazón y con la sangre.

–Respecto a esto último. ¿Por qué decidiste abordar un tema tan místico en tiempos tan escépticos?

–Porque me apasiona. Cuando pensé qué carajo podía tener para aportar a una tradición tan rica como la literatura argentina, necesariamente tuve que plantearme preguntas sobre qué me podría interesar resaltar de nuestra cultura. Quiero decir, disculpen la redundancia: para decir algo primero hay que pensar qué carajos se puede hacer. tengo que decir. Desde que tengo memoria Busqué alguna dimensión de lo trascendente en la vida. (o lo que me pueda parecer trascendente), creo que hay cosas así en el arte, en el amor, en el deporte, también lo es en la política, en nuestra historia. El presente, creo, lo ganan discursos o interpretaciones más “escépticas”.

–Hay un desplazamiento de lo sagrado, lo que era “Ciencia” para los tiempos del positivismo ahora tiene una revancha más idiota, igual de secularizada pero sin ambición que se representa en estos pensamientos new age, mindfulness, coaching y toda esa sarta de pirámides. estafas que se hacen pasar por espirituales para traficar con superficialidades sin culpa. Por otro lado, una posible respuesta más legítimamente enojada con el presente propone derribar todo ídolo, una humanización donde el Hombre, tan igual a los demás, deje de ser también un milagro, el significado del anarquista “Mata a tus ídolos”, si voluntad. Creo que entre estos dos impulsos lo sagrado se encuentra en minoría. No quiero vivir en un mundo sin ídolos, sin héroes.. Creo que hacen la existencia más bella, y sólo porque los conozco como humanos, creo que merecen ser defendidos. Quería que el libro fuera una defensa de lo Sagrado contra el escepticismo.

–¿Estás satisfecho con el resultado final?

-Muy. Estaba realmente jodido, pero desde que salió el libro no ha dejado de traerme alegrías, muchas más de las que esperaba.

–El libro habla del presente, del impacto, de los gustos. ¿Cómo afrontas las críticas que, muchas veces, en las redes sociales, son muy duras?

–Como todo el mundo, tengo mis días. Los mejores días son aquellos en los que se alcanza un cierto grado de disociación funcional y se acepta que lo que se hace, en la forma en que lo hace y con el tono en que lo hace, genera un enfado, o un disgusto legítimo, y que eso resulta perfectamente. en ciertos casos de obsesión por lo negativo: con esto quiero decir que Los mejores días se sienten un poco como volverse loco. En los peores días me gustaría localizar dónde viven desconocidos y torturarlos.

–Es también un libro de iniciación, sobre lo que significa el acto de escribir, casi como un mandato sagrado. ¿Lo ves así?

–Sí, porque en definitiva es un libro sobre escribir, sobre lo que estaba haciendo, que es animarme a escribir. Por eso a medida que avanzas en tu trama rinde homenaje a quienes escribieron antes que ustedes un reconocimiento -porque uno les cuenta todo lo que sabe-, es un homenaje, una disculpa -porque uno no es tan bueno-, es un pedido de permiso -con la esperanza de que a alguien le guste- pero sobre todas las cosas es un gracias, porque gracias a ellos se vive.

–Finalmente, parafraseando a su programa de streaming, hay algo ahí con los Buscadores de Naucrate y sus seguidores.

–SÍ, los Buscadores son hacedores. Están enfermos de la cabeza.

Comentarios sobre Naucratuspor Tomás Rebord (Planeta).

 
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