El Balada de las Máscaras, el último libro de poesía de Teuco Castilla – .

Así como podríamos decir que la palabra es una máscara de la voz que intenta expresar un pensamiento o un sentimiento (lo que la convertiría en un artefacto para simular, disfrazar, ocultar una verdad), otras veces, en lugar de taparla, es capaz de expresarlo mejor. . Si a alguien se le ocurrió pensar que al decir eso estamos hablando de mentira y verdad no está mal. La máscara-prototipo, que al enmascarar revela y al mismo tiempo manifiesta lo oculto, en el orden del lenguaje, es poesía. La poesía, asimismo, es la palabra que canta como lo expresa su título. “La balada de las máscaras”libro que lo inagotable Leopoldo “Teuco” Castilla recién publicado con el sello de Ediciones nudistas.

En términos más generales: las formas de abordar el contenido de verdad o el significado de una máscara (como de cualquier otro símbolo) no tienen otros caminos que la mediación antropológico-cultural o la imaginación recreativa. Esto es lo que nos enseñó Claude Levy Strauss hace mucho tiempo, especialmente en “El camino de las máscaras” (1975), donde dice que: “una máscara contiene su propio lenguaje y discurso, que funcionan en realidades concretas y precisas. Poco nos pueden decir –más allá de sorprendernos estética o exóticamente– exhibidos en una vitrina o en la pared de una habitación, o juntos, como piezas de colección donde lo que se prioriza o resalta es la variedad, las diferencias, las similitudes, etc…. Los intentos de aprehenderlos desde su consideración como objetos que se quisiera conocer en acción, fuera de su propio tiempo y lugar, es lo que pretenden recrear capacidades científicas o creativas, artísticas.

Respecto al libro de nuestro poeta, lógicamente es posible hablar de antropología y del arte de la poesía. Porque Castilla reúne ambos ámbitos: un caudal de información cultural y antropológica, producto no sólo de sus lecturas sino de sus múltiples viajes, a lo largo de los años, por los cinco continentes, sumado a un riquísimo (y ya proverbial) poder creativo, capaz de hacer hablar a las piedras, por así decirlo. Y por si fuera poco, al mismo tiempo cuenta con una rica experiencia poética previa a este libro como lo confirman obras célebres, entre otras, su extenso poema “El ejército de terracota”, y libros como “El don del alabado”: aunque esta especie de ventriloquia poética ofrece ejemplos en prácticamente todos los libros que componen su voluminosa obra.

En la obra que comentamos consigue hacer hablar con su voz las increíbles máscaras que la escritora y viajera Luisa Valenzuela atesora en su colección particular, gracias a la feliz idea de ambas autoras, que decidieron publicar un libro reuniendo imágenes y palabras. Vale la pena celebrar entonces esta posibilidad para los lectores de acceder a la valiosa colección de la mano de un gran poeta.

Apartado aparte merece el trabajo fotográfico de Carlos Muslera y el cuidado montaje de Martín Maigua (nudista), que responden con habilidad y talento al reto de mostrarnos las veintinueve imágenes de tantas máscaras como parece que podemos tocar.

Volviendo a la experiencia del poeta al dar voz y corazón (es decir, dar vida) a estos artefactos inertes, quién sabe qué rostros alguna vez cubrieron, y en qué circunstancias precisas; Y volviendo a lo que preocupa a los antropólogos: ¿es posible restaurar el lenguaje y el discurso de cada uno de los rostros, fuera de ese tiempo y lugar en el que fueron protagonistas?; ¿Podemos hablar desde ellos (o “con”, “sobre”, “de” ellos…) con la posibilidad de hacer justicia a los discursos reales y legítimos y sus significados? Intento desde el arte, en este caso desde la poesía, y con este libro en nuestras manos, sin duda debemos decir que sí. Y casi nadie podría lograrlo mejor que Teuco Castilla. No sólo por lo ya dicho sobre sus viajes de (re)reconocimiento de muchos de los paisajes humanos de cuyas tradiciones y creencias proceden las máscaras “poetizadas”, sino también por esa (excepcional) condición de poeta inspirado, poseído por el alma, por el espíritu de la “cosa” que te ayudará a hablar, pronunciar, hacer poesía con ella, sin importar el idioma ni las circunstancias de tiempo y lugar. La (re)creación artística hace justicia como ningún otro intento de acceder a los verdaderos contenidos de éste, como de muchos otros motivos poéticos.

Vale la pena agregar algo más. Cuando L. Strauss estudia la variedad de máscaras de las tribus de la Columbia Británica –que es donde más investigó–, entre otras cosas explica que a estas tribus no les preocupaba el robo o la incautación de una máscara por parte de una tribu extranjera “porque los extranjeros no conocen los cantos y danzas que hacen efectiva la máscara”: quizás los textos castellanos, que acompañan en el libro la imagen de cada máscara poetizada, sustituyan esos cantos y danzas y nos permitan recrear lo que sus poderes despertaron, devolviéndole su eficacia. .

Más allá de lo dicho hasta ahora, este nuevo libro de poemas de Teuco Castilla es un gran aporte a la poesía contemporánea, que lo cuenta como una de las grandes voces de un “modelo” de poeta, de artista que, para lo que son nuestros tiempos, demostrándonos que difícilmente se volverá a repetir. Este es el artista de tiempo completo, que escribe con todo su tiempo y “con todo su ser” (en todo momento y utilizando todas sus capacidades) para crear lo que Valéry llamó “gran arte”; lo que a su vez exige, por parte de quien lo recibirá, todas las capacidades del ser humano para interactuar, para “comprender” adecuadamente lo que se ofrece.

Las características originales de este libro único no permiten fracturarlo, glosando y analizando partes o fragmentos de poemas, por lo que lo más adecuado es reproducir la imagen de una de las máscaras seleccionadas (p.121) y su respectivo poema. balada:

CUMBRES

De donde ya no hay

Yo voy

de los cielos

que no pueden irse,

de las salinas

esos cadáveres del mar

esperanzado

por sus espejismos.

y desiertos

entrar sabiendo quien es

y saliendo olvidando quien era

(y ahí

el pasado no es suficiente

y el futuro se ha ido).

todo se detuvo

en esas soledades:

la montaña asustada

viendo lo que construyó

tu propio abismo,

El aire

en el que caminan

la gravedad

desmagnetizado

y se ahogó

el Oxígeno.

Y glaciares atrapados

en geometría

de otro siglo.

El tiempo ya no aparece en esas cumbres

apenas

copos de nieve,

tus momentos

dormido

Y vuelo mirando todo

y ni siquiera lo sé

si soy un cóndor

o su sombra

eso ya no está.

LEOPOLDO “TEUCO” CASTILLA (el romancero de las máscaras)

 
For Latest Updates Follow us on Google News