Mi marido, una revelación de Rumena Bužarovska y un retrato distorsionado de la vida matrimonial

Mi marido, una revelación de Rumena Bužarovska y un retrato distorsionado de la vida matrimonial
Mi marido, una revelación de Rumena Bužarovska y un retrato distorsionado de la vida matrimonial

En todas las historias que componen Mi esposo Hay un borde que corta uno de los lados del vínculo conyugal. A veces delicado, a veces como si se tratara de una lata oxidada. En todos los casos hay narradores más o menos crueles. Y en casi todas las historias hay retratos muy deformes, despiadados, a veces caricaturas de esa especie social que sale a trabajar, grita, se cree poderosa, se pone a mirar televisión y finalmente ronca, se conoce como marido.

En el primer relato, que (casi) da nombre al libro, “Mi marido, poeta”, la escritora macedonia Rumena Bužarovska advierte que la cosa va en serio. El término “poeta” debe entenderse como una ironía. El hombre en cuestión es un escritor atrapado en su clímax decadente, aunque en verdad el declive no es tan pronunciado, considerando que su vida, obra y persona han sido y son de lo más prosaicas y patéticas.

En “Nectar” hay un marido ginecólogo que hace de pintor. Las pinceladas equivocadas que pone sobre el lienzo, confundiendo la abstracción con el disparate y la regurgitación, quedan cubiertas por manchas del mismo rango. Él sabe de “coños”, sí.

“Lili” es una trama escalofriante, casi una historia de terror. Allí Rumena Bužarovska abandona los tics picantes en materia sexual y los toques de humor ácido de otras historias y acelera hacia un relato brutal y oscuro. La relación mecánica y de incomunicación que la narradora tiene con su marido se comprime y estalla en una tragedia.

Una característica de varias historias es el hedor, el olor del otro, sus ruidos, la ignorancia corporal, el miedo y el sentimiento de alienación que prevalecen cuando pasa el deslumbramiento. Que en Mi esposo se reduce prácticamente a cero.

“Sopa” es probablemente la única historia que conserva una ausencia y se vuelve apenas dulce en su evocación de un marido (muerto), aunque la historia vira rápidamente hacia el retrato de otro vínculo problemático y culpable, el de madre e hija.

Las experiencias maternas hartas, obligatorias y frustrantes, las vidas domésticas envenenadas por el aburrimiento y el desprecio mutuo completan la paleta oscura de la narrativa de Bužarovska en Mi esposoun libro con el que la escritora, considerada una autora feminista, se presentó en 2014 en el panorama de la literatura europea contemporánea.

El libro comienza intenso y termina doblando la apuesta. “El ocho de marzo”, la última historia, tiene lugar durante una cena del 8M en un sombrío restaurante macedonio donde compañeros de trabajo entretienen a las mujeres. La historia es un aquelarre de romance, intento de infidelidad y sexo en la parte trasera de un auto, mierda y vómito (literal) y decepción abismal. Bužarovska no teme a la escatología, ni a cerrar una historia según la idea de que es mejor conocer el mal que conocer el bien.

Tampoco duda en señalar que el problema es más amplio. El problema es un sistema (podría resumirse bajo la etiqueta de patriarcado) que envenena los vínculos.

“Mi marido”, cuentos de Rumena Bužarovska.
  • Mi esposo. Rumena Bužarovska. Editorial Impedimentos. 192 páginas. $23,500.
 
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