El resplandor de las primeras luces – .

El resplandor de las primeras luces – .
El resplandor de las primeras luces – .

¿Qué es leer? ¿Qué representa para una persona reconocer la palabra escrita? Este es el tema de “Primeras luces” (Ampersand), el nuevo libro del poeta y profesor universitario Carlos Battilana, en el que narra el viaje que lo llevó a la docencia, a la escritura, al taller literario, a la investigación, pero Comenzó allá por los años sesenta, en la localidad correntina de Paso de los Libres, con una formidable herramienta con la que contaba la escuela de entonces: el libro de lectura.

Battilana define el acto de leer como un encantamiento, y su aprendizaje como el “equivale a cruzar una frontera hacia un nuevo territorio”. Era necesario incorporar formas, relacionarlas, articular sonidos e ideas con ellas. Un momento prodigioso en el que “cada letra iluminó algo previamente difuso”, haciendo el mundo “menos esquivo pero también más vasto”.

Allí, en Paso de los Libres, un pueblo que dominaba Brasil (y su extraña lengua) desde el río, el joven Battilana se embarcó en la aventura de leer con “Primeras Luces”, porque así se llamaba su libro de lectura de primer grado. , título del que ahora se apropia como definición de lo que fue ese descubrimiento.

Todo empezó a tener un significado diferente, desde los carteles de las calles hasta las historietas que sus hermanos mayores acumulaban como una forma híbrida entre entretenimiento y conocimiento.

Leer es también acompañar a quien escribe. Y mientras leo a Battilana, lo acompaño, dialogo con él y pienso en mi primer libro que leer. Se llamaba “Semillita” y, como el libro del poeta correntino, contenía en el título una idea muy poderosa: aprender a leer fue el comienzo de algo más grande y trascendente. Un faro que barrería la oscuridad, en el caso de Battilana; una semilla que germinaría y crecería en mí, en el caso de “Semillita”. En definitiva, la idea positivista, hoy convertida en superstición demodé, de que la educación nos haría mejores y más aptos para un futuro que podría ser próspero.

Hay un cambio temprano en la vida del poeta: el tercer grado será en un colegio de Hurlingham, Buenos Aires. Y el viaje traerá lecturas de otro tipo, como las revistas “El Gráfico” o “Goles”, con la épica y la poética del deporte, literatura que se completará con las radioeléctricas relatos de partidos, peleas de boxeo y carreras de coches. También traerá los libros “reales”, sin pequeños dibujos. Es la etapa de la infancia de Julio Verne (y aquí estamos cien por cien de acuerdo).

El libro de Battilana es tan encantador como la propia aventura de aprender a leer. Y funciona como un espejo: en su experiencia lectora encontraremos pistas sobre la nuestra. Hay nostalgia, por supuesto, y revelaciones que la erudición del autor nos ofrece tranquilamente como una invitación a ampliar el combo. Porque la lectura es luz, es semilla y es camino que espera.

 
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