“No soy fuerte. “Trabajo duro.” Las citas contienen una de las tantas definiciones con las que se describió Hebe Pastor de Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, hasta el pasado 20 de noviembre, cuando falleció. Esto y varios más –no son todos, pues ¿cómo asegurar la recopilación definitiva de las definiciones que Hebe difundió al viento universal? – se entremezclan en las poco menos de 300 páginas que lo componen”Hebe y la fábrica de sombrerosel libro que lleva la firma del periodista y poeta Demetrius Iramain, pero que ella supervisó, atenta. La obra, que Hebe no pudo ver en su versión final, es un “recorrido” por su vida más que una biografía, uno hecho a partir de los retales que ella misma regalaba a quienes participaban de sus mateadas o la escuchaban en “La Salmona”, su programa de radio: anécdotas sobre su infancia, la familia que formó con sus padres y su hermano y la que forjó con el “Toto”, Humberto Bonafini; la crianza de sus tres hijos, la militancia de los dos hombres, la vida que la cambió para siempre con sus secuestros, su transformación en Madre de Plaza de Mayo, el camino recorrido desde entonces y hasta el final de sus días, la solidaridad, el compromiso, la pelea.
En un ejercicio de imaginación, Iramain aventuró que la Argentina hoy tendría a Hebe “enojado, pero también muy seguro de lo que hay que hacer”. “Hebe y las Madres nos enseñaron que ninguna batalla se gana para siempreque la mejor manera de luchar contra la impunidad, de luchar contra los soldados, es hacer feliz a esta gente”, señaló el autor en una entrevista con Página|12 en el que explicó que “Hebe y la fábrica de sombreros” es “una pintura de la vida de Hebe, una crónica tal vez”.
El poeta, periodista y profesor de Historia de la Universidad de las Madres aceptó de plano cuando, en diciembre de 2020, el Grupo Editorial del Sur le propuso emprender la redacción de este libro. Aunque propuso una contrapropuesta: que la obra no sea una “biografía” y que ella esté involucrada.
La base de “Hebe y la fábrica de sombreros” fueron las grabaciones de “Mateando con Hebe y los jóvenes”, decenas de reuniones que el presidente de la Asociación encabezó entre 2018 y 2020, y los programas de radio que periodista y Madre compartieron en AM 530, “La Salmona”. Hebe llenó esos espacios con anécdotas de su vida: “Estaba en una etapa de repaso de lo que había recorrido y fue muy increíble estar al lado de ella y escucharla, porque había mucho más que su vida en esas historias”. dijo Iramain. . Hicieron el libro “juntos”. No registró, estructuró, unió, delimitó datos contextuales. Pero su historia la cuenta ella, en primera persona.
–Hay historias de cuando ella trabajaba, de cuando compró su primera casa con su marido, una casa que estaba toda endeudada, y luego cuenta cómo logró pagar esas deudas. Son historias de cómo Hebe buscó el camino de regreso a todo, como lo hicieron las madres ante el dolor que las atravesó con el secuestro de sus hijos. Y también hay pautas, posiciones frente a la vida – resumió. Como la idea de “libertad”, palabra que hoy integra el vocabulario de negacionistas y defensores de la última dictadura, que guió gran parte del accionar de Hebe: la decisión de criar a sus hijos –Jorge, Omar y María Alejandra– en un lugar independiente de su madre y su padre –Francisco Pastor y Josefa Bogetti–, o para permitir que amigos de sus hijos hicieran en la casa Bonafini lo que no les permitían en la suya. “La libertad era para Hebe, me parece, confiar en los demás. Y confió en sus hijos, los dejó hacer, los dejó ser, aprendió de ellos.”, completó Iramain.
El nombre del libro también proviene de una experiencia que moldeó el carácter de Hebe. Así lo contó el autor:
-– La fábrica de sombreros estaba a la vuelta de la casa donde él nació, su padre había trabajado allí durante muchos años, era una fábrica muy importante, una de las empresas más grandes de América Latina. En el pueblo, en las vivencias de su padre, en el conocimiento que empieza a tener de los conflictos obreros, todo pasa por esa fábrica. El padre participa en huelgas. Estas historias forjan su carácter desde niña, los códigos de la clase trabajadora. The Hat Factory es una gran universidad para su vida. Hebe siempre reivindicó su pertenencia de clase, incluso la división de Madres, dice que lo hace en términos de clase, una lucha de clases dentro de Madres.
— ¿Cuál fue la anécdota que más te llamó la atención?
–-Hay una anécdota muy linda que es de antes de ser Madre de Plaza de Mayo. Hizo labores de ayuda social en el Hospital de Niños de La Plata, como voluntaria: iba a cocinar para niños enfermos de tuberculosis. Y una vez decidieron hacer una cena para vender fuera del hospital y recaudar fondos. Entonces, fueron a pedir apoyo solidario a los comercios del barrio para que donaran algunos elementos para poder armar la cena. Fueron a pedir vino a una vinoteca y les dieron de sobra; a algunas panaderías, entre ellas una panadería muy importante en La Plata que se llama El Rayo. Esta panadería les regaló sólo cuatro palmeras, cuando otras panaderías más pequeñas les habían dado muchas más. Y entonces a Hebe se le ocurrió sacar un anuncio en el periódico. El dia de La Plata agradeciendo a cada uno de los que habían colaborado para dar cuenta del aporte y también de alguna manera transparentar lo reunido. La venganza fue poner al lado de cada donante lo que había aportado. El dueño de la panadería de El Rayo vino, muy enojado, a decirle que si supiera que lo iban a poner en el periódico, habrían donado mucho más. Hebe respondió que el objetivo no era hacerlos quedar bien, sino recaudar fondos para los niños. Es algo que hicieron las Madres de Plaza de Mayo a lo largo de su historia: no les importaba quién estuviera al frente. Las Madres nunca se quedaron calladas, nunca midieron la conveniencia, dijeron la verdad porque no tenían nada que perder. Como ella dijo, lo más importante que ya habían perdido eran sus hijos. No tenían que quedarse callados ni quedar bien ante nadie.
–Hebe suele ser mencionada por Victoria Villarruel para hablar de “trabajo en derechos humanos”. ¿Respondería Hebe?
–Nunca hubiera tardado en responderte, pero la respuesta es a la luz de lo que fueron y son las Madres. Al contrastar la vida de Hebe o de cualquiera de ellos con lo que dicen estas otras personas, queda claro que ellos son los mentirosos y el trabajo.
– ¿Qué diría del momento que atraviesa el país con una fórmula negacionista que finalmente ganó la presidencia?
–Estaría enojada, pero también muy segura de qué hacer. Y también tener claro que ninguna batalla se gana para siempre. Hebe y las Madres nos enseñaron eso: que la mejor manera de luchar contra la impunidad, de luchar contra los soldados, es hacer feliz a esta gente. Hebe siempre decía: “Más que ver a un soldado en prisión, prefiero ver a un niño feliz”. Esa definición es muy fuerte, muy fuerte. Concentra los desafíos que tenemos. Hemos tenido el 24 de marzo como feriado durante 20 años, y es obligatorio que todas las escuelas hablen sobre lo que pasó y aún así tenemos niños que están votando por Milei. ¿Cómo puede ser? Seguramente, tal vez no entendamos y es que los desaparecidos lucharon no por un homenaje, una reparación económica o una placa en un lugar público: lucharon por hacer feliz a este pueblo, por hacer esta sociedad mucho más justa y como no que sea totalmente justo, ni mucho menos, y el pueblo lo está pasando mal, esos enemigos se vuelven a hacer fuertes. En ese sentido las Madres han sido muy claras.