Así lo anunció en X el comisario general de la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio (OOPS), Philippe Lazzarini. El funcionario explicó que el mes pasado más de un millón de palestinos, la mayoría ya desplazados varias veces, se vieron obligados a abandonar la ciudad sureña de Rafah “en busca de una seguridad que nunca encuentran”.
Los 36 refugios de la UNRWA en Rafah están vacíos, destacó Lazzarini, quien recordó que estas instalaciones, bajo la bandera de la ONU, deben estar protegidas en todo momento.
También tuvimos que interrumpir los servicios de salud y otras prestaciones en la ciudad debido a la campaña de tierras iniciada por el Ejército, anotó.
El máximo dato de la UNRWA reveló que en las últimas tres semanas sólo pudieron recoger 450 camiones cargados con ayuda vital para la población.
“Esto no es nada comparado con las necesidades: se necesitan al menos 600 camiones por día de suministros comerciales, humanitarios y de combustible”, subrayó.
El combustible se está acabando, nuestros equipos están preparados para recogerlo cuando las autoridades israelíes den luz verde, denunció.
La destrucción traerá más destrucción, más dolor, más ira y más pérdidas para palestinos e israelíes, afirmó el comisario general, que abogó por un acuerdo de paz entre las partes.
Todos los ojos están puestos en la propuesta de poner fin a esta guerra mediante un alto el fuego, la liberación de todos los rehenes y un flujo sustancial y seguro de suministros que se necesitan con urgencia hacia Gaza, dijo.
A principios de mayo, las Fuerzas Armadas israelíes atacaron el cruce de Rafah, que desde octubre del año pasado representaba la única puerta de entrada a Gaza para alimentos, medicinas y combustible.
Al día siguiente, los militares iniciaron el asalto a la ciudad del mismo nombre, donde se refugiaban más de un millón de palestinos, la mayoría de los cuales ha huido desde entonces.
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