Tras tres semanas de preparativos y negociaciones en Estambul (Turquía), la última maniobra de presión ha impedido la salida de los tres barcos de ayuda humanitaria con los que la Flotilla de la Libertad, coalición internacional de ayuda a Palestina, llevaba a cabo su acción de solidaridad y desafío a Israel.
Hoy, 27 de abril, una rueda de prensa seguida de una manifestación en la plaza de la Mezquita de Estambul ha servido para poner fin al tenaz intento de la Flotilla de llevar a cabo su empresa. Los activistas se mantienen atentos a una nueva posibilidad de salida, pero comienzan a abandonar la que hasta ahora ha sido la sede temporal del proyecto.
Como se ha informado en las últimas horas, la retirada por parte del Gobierno de Guinea Bissau de las banderas bajo las que debían navegar los barcos Adkeniz y anadoluha retrasado indefinidamente la salida hacia las costas del territorio genocida desde el 7 de octubre. “Lamentablemente, Guinea Bissau se ha posicionado como cómplice de la situación de hambruna provocada por Israel”, denunció la Flotilla.
La organización ha criticado al gobierno africano por su connivencia con Israel. Las alianzas entre el régimen de Netanyahu y el Gobierno de Umaro Sissoco para frenar un proyecto con el que querían llevar 5.000 toneladas de alimentos, material médico, cuatro ambulancias y un camión de bomberos a la población diezmada por los bombardeos y ataques de las Fuerzas Armadas de Israel (FDI).
“Navegaremos” y “Palestina será libre” son algunos de los gritos que se han escuchado en una manifestación en la que han participado miembros de la delegación internacional y la ONG humanitaria turca IHH, de carácter conservador y parte de la base social del Gobierno, han participado. El turco Recep Tayip Erdogan.
Aunque se superaron los trámites y las dificultades técnicas establecidas por las autoridades portuarias otomanas, la baza de Guinea Bissau no había sido adelantada por la organización, que en las últimas horas y tras diversos intentos, ha tenido que desistir del plan inicial. El futuro inmediato pasa por la búsqueda de un nuevo pabellón de navegación y la reagrupación de activistas para el viaje. No se descarta que esto pueda ocurrir en otro puerto, pero en estos momentos la Flotilla está entrando en un período de impasse.
Pese al revés, los activistas han valorado la acción como una muestra de solidaridad que ha resonado en todo el mundo y ha puesto nervioso al Estado de Israel, que durante toda la semana amenazó con una colisión, ilegal si se hubiera producido en aguas. internacionales, a cargo de la unidad de élite Shayetet 13.
La posibilidad de este violento ataque llevó a las Naciones Unidas a emitir un comunicado ayer, 26 de abril, defendiendo la acción: “La Flotilla de la Libertad tiene derecho de libre paso en aguas internacionales e Israel no debe interferir con su libertad”. de navegación, reconocido desde hace mucho tiempo por el derecho internacional. A medida que la Flotilla de la Libertad se acerca a las aguas territoriales palestinas frente a Gaza, es esencial que Israel respete el derecho internacional, incluidas las órdenes recientes de la Corte Internacional de Justicia para garantizar el acceso sin obstáculos a la ayuda humanitaria”.
