Naciones Unidas-. Las altas temperaturas podrían empeorar la crisis sanitaria en Rafah, una advertencia emitida hoy por la ONU mientras crece la preocupación por las condiciones de vida de los refugiados y el riesgo de una invasión israelí.
Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), más de un millón de palestinos permanecen en esa demarcación en condiciones precarias por la falta de tiendas de campaña mientras los termómetros se acercan a los 40 grados centígrados.
Muchas familias viven bajo láminas de plástico de desecho porque no tienen nada más que usar para protegerse del clima, dijo OCHA.
En una actualización reciente, la Oficina instó a respetar las obligaciones de las partes en conflicto de proteger a la población y sus bienes.
Independientemente de si se mudan o se quedan, los civiles deben ser protegidos y deben recibir lo esencial que necesitan para sobrevivir: alimentos, refugio, atención médica y otro apoyo crítico, pidió la entidad.
Esta semana, OCHA reiteró sus quejas sobre la falta de acceso al norte de la Franja después de que sus misiones no pudieran llegar a esa porción debido al cierre de los puestos de control del ejército israelí en dos carreteras debido a los movimientos de tropas.
Según sus estimaciones, las autoridades de Tel Aviv negaron o impidieron más de un tercio de las misiones de ayuda al norte en abril.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) coincidió en que las operaciones de apoyo a los hospitales que trabajan para restablecer los servicios son extremadamente difíciles.
La OMS documentó un total de 890 ataques a la atención sanitaria en el Territorio Palestino Ocupado desde el 7 de octubre; 443 de ellos en Gaza.
Según esa entidad, 32 de los 36 hospitales de la Franja resultaron dañados mientras que en Cisjordania se reportaron 446 ataques a la atención sanitaria.
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), 160 de sus instalaciones resultaron dañadas o completamente destruidas en la ofensiva israelí.
El alto comisionado de esa entidad, Philippe Lazzarini, anunció esta semana una solicitud enviada al Consejo de Seguridad para investigar el flagrante desprecio de Israel por las operaciones de la ONU en el enclave.
Según Lazzarini, la agresión israelí provocó la muerte de 180 de sus empleados y al menos 400 civiles murieron cuando buscaban la protección de la bandera de la ONU.
