En un encuentro en esta capital, el último día de la visita del alto funcionario estadounidense, el jefe diplomático chino llamó a su homólogo a dejar de cruzar las líneas rojas con respecto a la soberanía, la seguridad y los intereses de Pekín.
Sin embargo, en otro momento reconoció que tras el encuentro entre los dos presidentes de cada nación en San Francisco en noviembre pasado, las relaciones bilaterales se estabilizaron y ambas partes incrementaron el diálogo, la cooperación y los aspectos positivos en diversos campos.
Por otro lado, los factores negativos en los vínculos se siguen acumulando y “enfrentan diversas interrupciones y sabotajes”, comentó.
“China siempre se ha adherido a los principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación mutuamente beneficiosa”, añadió el ministro de Asuntos Exteriores chino al tiempo que insistió en el compromiso de Pekín de promover el desarrollo estable, sano y sostenible de las relaciones bilaterales.
Como parte de su agenda en el gigante asiático, Blinken llegó a Shanghai el día 24, asistió allí a un partido de baloncesto, visitó el Jardín Yu de Shanghai y probó la comida típica Nanxiang xiaolongbao.
Durante su estancia conversó con Chen Jining, secretario del Comité Municipal del Partido Comunista de esa ciudad, y ambos partidos abogaron por gestionar sus diferencias de manera responsable.
También fue a la Universidad de Nueva York en Shanghai para reunirse con profesores y estudiantes, y en otra ocasión se reunió con líderes empresariales de la Cámara de Comercio Estadounidense.
En varias ocasiones, Beijing llamó la atención sobre la última serie de medidas de Estados Unidos para reprimir el desarrollo comercial y tecnológico de China, así como la creciente cantidad de sanciones a entidades del gigante asiático.
El secretario de Estado llegó a este país mientras avanza en el Congreso un proyecto de ley que incluye ayuda a Taiwán, provocando nuevos roces entre ambos países.
A lo anterior se suman las reiteradas advertencias de Beijing sobre el despliegue de misiles por parte de Estados Unidos en la región de Asia-Pacífico, que China considera una grave amenaza a la seguridad nacional.
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