La movilización para exigir la paz en Medio Oriente no amaina en los campus de Estados Unidos. La Universidad del Sur de California (USC), uno de los centros educativos privados más importantes del Estado, anunció este jueves que cancelará su ceremonia de graduación debido a los riesgos de seguridad que representan las protestas. La decisión se produce un día después de que la policía detuviera a casi un centenar de personas que improvisaron un campamento en el campus para exigir la libertad del pueblo palestino. Una protesta similar se presentó este jueves en otra reconocida institución californiana, la UCLA, ubicada al noroeste de Los Ángeles.
Luego de la tensión de ayer, los profesores de la USC optaron por impartir las clases del jueves de forma remota. La universidad informó esta tarde de que ha cancelado la ceremonia de graduación, que debía celebrarse el 10 de mayo y que atrae a unas 65.000 personas anualmente. La institución asegura en un comunicado que las amenazas a la seguridad han motivado la decisión. La polémica por el acto público ha resonado desde la semana pasada. El breve discurso que iba a pronunciar una estudiante de ingeniería biomédica, la mejor nota de la generación, Asna Tabassum, había sido criticado por estudiantes proisraelíes. Han llamado antisemita a su pareja por comentarios realizados en redes sociales. La USC ha sustituido el evento por reuniones más pequeñas y privadas para las que será necesario disponer de entrada y cruzar filtros de seguridad.
Los manifestantes en el campamento de la USC, varios de ellos no relacionados con la universidad, llegaron el miércoles minutos antes de que saliera el sol. Montaron tiendas de campaña y escribieron en cartulina mensajes de solidaridad con el pueblo palestino, tocaron tambores mientras gritaban “¡Viva Palestina libre!” y “sólo queremos paz”. Los responsables de la universidad privada solicitaron la presencia de la policía, cuyo número aumentó a medida que avanzaba la tarde. A las 17.00 horas ya se había producido un fuerte despliegue de equipos tácticos, dispuestos a disolver el campamento. Rodearon el parque principal para pedir identificación a los manifestantes. Comenzaron a arrestar a las personas una por una desde las 7:00 p.m. hasta alrededor de las 10:00 p.m.
La mañana de este jueves una caravana se presentó en las instalaciones de UCLA, al noroeste de Los Ángeles. Las tiendas de campaña fueron captadas por las cámaras de los helicópteros que sobrevolaron la ciudad para informar sobre el tráfico matutino. Una protesta similar dura tres días en la Universidad de Berkeley, cerca de San Francisco. El Politécnico de California canceló sus actividades del miércoles en el campus de Arcata, una ciudad cerca del estado de Oregón, después de que los estudiantes tomaran el control de un edificio administrativo el lunes.
El gobernador de California, Gavin Newsom, afirmó este jueves que está consciente y observa de cerca las manifestaciones que continúan en varios puntos del Estado, de 40 millones de habitantes. “Queremos mantener el derecho a manifestarse siempre que sean pacíficas y no haya mensajes de odio. “Quiero evitar lo que está pasando en otros lugares de Estados Unidos”, afirmó el político demócrata.
En Texas, un estado que compite culturalmente con California, la policía arrestó este miércoles a 57 personas que participaron en protestas pro palestinas en la Universidad de Austin, la capital de Texas. Entre los detenidos se encontraba un periodista de la emisora local Fox. Imágenes subidas a las redes sociales muestran cómo un policía arroja al suelo al camarógrafo de la comisaría.
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Los fiscales del condado de Travis (Austin), un oasis progresista en un bastión conservador, decidieron no presentar cargos contra 46 de los 57 detenidos. Esto ha sido criticado por sectores de derecha que han aplaudido la disolución de la protesta a manos de la policía y tachan de “simpatizantes de Hamás” a quienes participaron. El papel de los uniformados también ha sido reconocido por el rector de la universidad, Jay Hartzell, quien aseguró que la manifestación tenía como objetivo “ocupar el campus”.
Los centros educativos de Estados Unidos viven un nuevo punto de ebullición debido al conflicto en Gaza. Los campamentos propalestinos se han multiplicado en los centros de educación superior. La Universidad de Columbia, en Nueva York, se ha convertido en uno de los epicentros. La policía metropolitana también desalojó y detuvo allí a numerosos manifestantes. El republicano Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, visitó Columbia el miércoles para albergar a estudiantes judíos que se sienten amenazados por el aumento de las protestas. La presencia de uno de los republicanos más importantes del país aumentó la tensión. Esta tarde está convocada en Nueva York una protesta de estudiantes judíos que apoyan la operación del Gobierno israelí que ha dejado más de 30.000 víctimas en la Franja.
Penas más duras para los manifestantes
Kate Sánchez, asambleísta republicana de California, ha presentado un proyecto de ley en el Congreso estatal que busca endurecer el castigo a quienes participen en protestas. La iniciativa aumenta las multas de $100 a $200 para quienes bloqueen vías de comunicación y carreteras durante manifestaciones públicas. La multa puede ascender hasta los $1.000, según el documento propuesto por Sánchez, quien representa a un distrito del sur del Estado.
El plan del legislador local responde a una protesta del 15 de abril que bloqueó durante horas el Golden Gate, el famoso puente que conecta la Bahía de San Francisco. La Policía de California detuvo a 38 personas que se encadenaron entre sí para formar una barrera que afectó la jornada laboral de miles de personas e interrumpió el tránsito en una de las zonas de mayor movilidad de la entidad. Newsom, quien fue alcalde antes de convertirse en gobernador, dijo que los manifestantes debían “asumir la responsabilidad de sus acciones”. El fiscal de distrito no presentó cargos.
La inacción judicial provocó grietas en el seno del Partido Demócrata, que está dividido entre sectores que apoyan a Israel y sectores más de izquierda, que simpatizan con las manifestaciones que exigen la paz en Gaza. La propuesta de Sánchez cuenta con el apoyo de cuatro legisladores demócratas. De momento no ha avanzado desde las comisiones parlamentarias, pero sigue vivo en un órgano legislativo donde gobiernan los demócratas.
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