El evento anual es una muestra de unidad para la monarquía británica después de meses en los que tanto el rey Carlos como Catalina, esposa del heredero al trono, el príncipe Guillermo, han estado fuera de muchos eventos públicos debido al tratamiento contra el cáncer.
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“Estoy haciendo buenos progresos, pero como sabrá cualquiera que se someta a quimioterapia, hay días buenos y días malos”, dijo Kate en un comunicado, añadiendo que se enfrenta a “unos cuantos meses más” de tratamiento.
La princesa de 42 años viajó en un carruaje tirado por caballos desde el Palacio de Buckingham a lo largo de la gran avenida conocida como Mall con sus hijos George, 10, Charlotte, 9 y Louis, 6. Los transeúntes aplaudieron al ver a Kate, vestida con un vestido blanco de la diseñadora Jenny Packham y un sombrero de ala ancha de Philip Treacy.
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Observó la ceremonia con niños desde la ventana de un edificio con vista a Horse Guards Parade, un patio de armas ceremonial en el centro de Londres. Louis bostezó ampliamente en un momento durante el procedimiento, pero durante la mayor parte observó atentamente.
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La princesa no ha hecho ninguna aparición pública desde diciembre. Kate dijo en su declaración que “aún no está fuera de peligro” y los funcionarios enfatizan que el compromiso del sábado no presagia un regreso total a la vida pública.
Grandes multitudes vienen cada mes de junio para ver el desfile, también conocido como Trooping the Colour, que comienza con una procesión en la que participan caballos, músicos y cientos de soldados con uniformes ceremoniales del Palacio de Buckingham.
El príncipe Guillermo, vestido con uniforme militar, acudió a la ceremonia. en el que las tropas con sus mejores galas ceremoniales desfilan ante el rey con la bandera o “color” de su regimiento. La exhibición de marchas precisas y música marcial proviene de los días en que la bandera de un regimiento era un punto de reunión esencial en la niebla de la batalla.
El cáncer del rey Carlos
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Carlos, que también está siendo tratado por una forma de cáncer no revelada, Viajó en carruaje con la reina Camila, en lugar de a caballo, como hizo el año pasado. El rey observaba a las tropas desde un estrado en el patio de armas, saludando mientras marchaban los regimientos de élite.
Cinco regimientos se turnan para desfilar con su color, y este año fue el turno de una compañía de la Guardia Irlandesa, que tiene a Kate como coronel honoraria. Las tropas, vestidas con túnicas escarlata y sombreros de piel de oso, fueron conducidas al patio de armas por su mascota, un perro lobo irlandés llamado Seamus.
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Carlos, de 75 años, reveló su cáncer en febrero y recientemente ha regresado a sus funciones públicas. La semana pasada asistió a las conmemoraciones del 80 aniversario del Día D, la invasión aliada de la Europa ocupada por los nazis el 6 de junio de 1944.
En una de las muchas peculiaridades de las convenciones reales británicas, El sábado no es el cumpleaños real del rey, sino el mes de noviembre. Al igual que su madre, la reina Isabel II, antes que él, Carlos celebra su cumpleaños oficial el segundo sábado de junio. Se eligió la fecha porque en general hace buen tiempo, aunque el sol temprano del sábado dio paso a un día ventoso y lluvioso en Londres.
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La lluvia se mantuvo a raya durante la mayor parte de la ceremonia, pero comenzó a caer a cántaros mientras tropas concentradas escoltaban los carruajes reales de regreso al Palacio de Buckingham, entre aplausos de multitudes empapadas pero entusiastas.
Varias horas antes de la hora de inicio, partidarios reales con impermeables y paraguas ya se habían reunido a lo largo de la ruta, junto con un puñado de manifestantes antimonárquicos que coreaban “No es mi rey”.
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