Ortega Cano, desconsolado

Ortega Cano, desconsolado
Ortega Cano, desconsolado

Como cada 1 de junio, los seres queridos de Rocío Jurado lloran su muerte. En esta ocasión Se conmemoran 18 años de su ausencia y, como también es tradición, su familia ha vuelto a demostrar lo fracturada que está desde su partida en aquel trágico 2006 en el que perdió la vida a causa del cáncer. El clan Mohedano se ha vuelto a reunir en Chipionadonde se le ha rendido homenaje, a través de un misa en el Santuario de la Virgen de Regla a las 11 de la mañana, en el que se han dado cita algunas de las personas más importantes de su existencia. Así, quedó su viudo, José Ortega CanoAdemás de sus hermanos, Gloria y Amador Mohedano, aunque, una vez más, las ausencias han pesado más que las presencias. Y no han estado todos los que se esperaba, además de dejar solos a quienes suelen llorar una fecha tan señalada, como su hija, Rocío Carrasco.

Quien nunca falta a esta cita es el torero José Ortega Cano, que nunca olvida el día en que se despidió de la mujer de su vida, aunque por su corazón han pasado otros amores. Llegó puntual acompañada de su hermana, Mari Carmen, así como de su marido, Aniceto, en el que siempre se refugia y con el que mantiene una estrecha relación. También mantienen un vínculo especial con los hermanos del cantantecomo volvió a demostrar en el acto, donde coincidió con Gloria Mohedano y su esposo, José Antonio, quienes llegaron conDavid Flores, nieto del protagonista. su hermana no estaba flores de rocío, ni sus padres, que suelen tomarse un tiempo libre en este evento de retiro, respetando el dolor de la familia y su deseo de sobrellevar el aniversario de su partida de la forma más discreta posible, sin escándalos ni polémicas añadidas. Tal vez por eso Gloria Camila tampoco estaba.quien acusó al alcalde de Chipiona de no considerarla hija del artista y con quien mantiene una batalla mediática.

Durante el emotivo acto en honor a Rocío Jurado, su familia no quiso tener protagonismo. Aunque han ocupado los primeros puestos en los bancos de la iglesia, no han querido llamar demasiado la atención. Ortega Cano se sentó con su hermana y su cuñado, mientras los hermanos del artista hacían lo propio a distancia. Luego se reunieron frente a su tumba, mostrando ya cómo el dolor los mantiene unidos.

En el caso de Amador Mohedano, su decisión de no hacer ruido y llamar la atención ha sido clara, ya que ha evitado en todo momento las cámaras, protegiéndose el rostro de los flashes detrás de su gorra habitual y manteniéndose alejado de los periodistas para no tener que afrontar sus problemas económicos. De hecho, ha entrado en el local por una puerta alternativa a la principal, para no ser visto. Y esta semana se supo que su Parte de la finca Los Naranjos sale a subastaaunque hay vendió porciones del terreno a terceros a espaldas del Tesoro, sin elevar la transacción a escritura pública. Un problema añadido que ahonda en sus dificultades y del que prefiere no hablar, sobre todo en un día tan importante como el aniversario de la muerte de su hermana Rocío.

Tras la misa, toda la familia -salvo las notables ausencias- se trasladó al mausoleo del cantante en Chipiona. Ha habido el ofrenda floral tradicional en su tumba, junto a su estatua, donde se han vivido los momentos más emotivos. Como aquel donde David Flores intentó consolar a Ortega Cano en su dolor. Algo a lo que también ayudó el sonoro aplauso con el que finalizó el homenaje a Rocío Jurado 18 años después de que muriera a causa de un cáncer. Su legado continúa, nadie la olvida, a pesar de que su familia está destrozada y en continuo pie de guerra.

 
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