Cómo explicar el inmenso disparate de las declaraciones que ha escupido Rodolfo Sancho en el sorprendente documental de HBO Max. No hay una sola frase que no le deje fatal. Es difícil para mí escribir esto sin faltarle el respeto a un hombre que vive un infierno. No sólo ocurre que su hijo es un asesino confeso (luego se retractó), sino que no es muy inteligente, y encima él, su padre, es un actor muy conocido, un hijo él mismo. de otro actor famoso. Rodolfo Sancho será para siempre el padre del tío que descuartizó a su especial amigo en Tailandia.
Todos sabemos que Rodolfo Sancho ha hecho este documental para pagarse abogados y suplir ese trabajo que ahora mismo no puede hacer y que, sinceramente, no sé si algún día podrá retomarlo. Ahora entendemos su antipatía hacia la prensa (algo que le reprochan desde los programas carroñeros que inicialmente defendieron con uñas y dientes la inocencia del “chef”). No sé si sus tan lamentables declaraciones se deben a consejos del gabinete de Balgafón Chipirrás o si son propios. Sólo sé que todos los que los hemos escuchado nos hemos puesto las manos en la cabeza. Divagaciones (“Llevo toda la vida preparándome para esto”), humor involuntario (“mi hijo tiene miedo de cocinar”), pifias (“[Daniel] Está en una edad impresionable… tiene 29 años”), y muestras de nula empatía (refiriéndose a Edwin Arrieta como “ese tipo”) salpicadas de declaraciones contradictorias (no sabía nada de Edwin, pero sí tenía “ una tarjeta de gastos compartidos” o que hicieron viajes juntos, por ejemplo) y un lenguaje corporal revelador (ni se siente cómodo ni parece pensar algunas de las cosas que dice).
Si algo ha conseguido este documental (aparte de pagar las altas facturas del proceso judicial) es hundir por completo la imagen de Rodolfo Sancho. Y sólo llevamos dos días de juicio. Alguien agarra a Rodolfo Sancho antes de que vuelva a abrir la boca. Dice que hay dos víctimas, ambas familias. Y no. Aquí sólo un hombre ha sido asesinado, desmembrado y esparcido por las aguas de Tailandia. Hay muchas víctimas, sí. Y sólo un responsable: el tipo que pensaba que era buena idea delinquir en un país como Tailandia, pagar con tarjeta, dejar cuchillos y Entradas olvidado por media isla, y luego actuar como un loco en la comisaría.
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