Julia G. Liébana expone en Palencia su serie ‘Mujeres’ y pone la imagen en el cartel del festival Pallantia Photo – TAM-TAM PRESS

Julia González Liébana, en Palencia, frente a una de sus fotografías.

Palencia acoge el festival este mes de junio Foto de Pallantíapatrocinado por la Diputación Provincial de Palencia, para cuyo cartel se ha elegido una imagen del fotógrafo leonés Julia González Liébanaquien a su vez muestra en este festival una exposición individual con 32 fotografías de su serie ‘Mujer’algunas realizadas hace años y otras diseñadas expresamente para esta exposición que podrá visitarse hasta el 30 de junio en el Museo Palentino. Reproducimos los textos de Luis García Martínez y Gemma R. Berasategui que acompañan esta exposición.

La undécima edición de Foto de Pallantía Llega a 15 municipios de la provincia y a la capital palentina con un total de 22 exposiciones y un amplio programa de actividades que incluye talleres, concursos, conferencias y masterclasses. En el festival también participa otro fotógrafo leonés, Belén Sánchez Camposcon la muestra titulada ‘Idiomas intercambiables’ que se podrá visitar hasta el 30 de junio en El Cafetín (Padre Claret 8).

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“MUJER”

Por LUIS GARCÍA MARTÍNEZ
(Director del Departamento de Arte y Exposiciones del ILC-Diputación de León)

El aporte fotográfico que incorpora Julia González Liébana Supone una implicación muy activa en el espacio crítico y exigente de las mujeres. Sus piezas incorporan cierta melancolía y ensoñación que se hace presente a través del uso del color sepia, lo que implica, al mismo tiempo, la incorporación del componente fotográfico tradicional.

La apariencia de imagen antigua se refuerza con el uso de una matriz que se superpone a la imagen, y que se reitera en varias de las composiciones fotográficas, otorgando a la obra un efecto de rayones, suciedad y desgaste que evoca el pasado y el paso. de tiempo. Ambas cuestiones, el color y el envejecimiento de las fotografías, contrastan con la imagen y prototipo de mujer actual que incorpora. Julia a sus obras, ubicándonos así en ese lugar ambiguo, complejo, inexistente y metafórico, que es la intersección entre el pasado y el presente. De esta manera, nos dice, directamente, que los tiempos han cambiado desde los primeros pasos del feminismo hasta la actualidad, pero no tanto la situación de los derechos y libertades de las mujeres, basta recordar lo que está pasando en nuestra sociedad en relación a al aborto o a las relaciones económico-laborales.

Esta hipótesis de crítica y denuncia se intensifica, y se refuerza crudamente, cuando nos enfrentamos directamente a una imagen tremendamente dura e impactante, en la que se presenta a una adolescente desnuda del torso para arriba, que cubre y niega su identidad con una larga melena. como burka islámica y aparece con las manos inmovilizadas a la espalda. El sentimiento de impotencia y desprotección nos invade ante esta figura humana, a pesar de la delicada y cuidada estética, tanto formal como compositiva, que utiliza. Julia. Algo similar ocurre cuando se niega la comunicación visual y a la vez una parte muy importante de la identidad, que está definida por nuestros ojos, así aparecen en todas las obras cerrados o anulados por manos o sombreros.

Se presenta de manera muy evidente que se niega uno de los sentidos fundamentales en el conocimiento, la vista, pero también el habla; La mujer no puede comunicarse ni expresarse, incluso la máscara emerge en algunas obras como protagonista de ese cambio de personalidad, esa transformación en otro ser diferente, ese ser que niega y anula la verdadera personalidad de la mujer. Definitivamente Julia Nos presenta una aportación crítica de la sociedad actual de gran interés.

©Fotografía: Julia González Liébana.

©Fotografía: Julia González Liébana.

©Fotografía: Julia González Liébana.

©Fotografía: Julia González Liébana.

©Fotografía: Julia González Liébana.

©Fotografía: Julia González Liébana.

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«Nadie me mira como yo me miro»
Francesca Woodman

‘MUJER ‘

Por GEMMA R. BERASATEGUI
(Historiador del Arte, responsable del Área de Arte y Exposiciones del Ayuntamiento de León)

Desde pequeña soñaba con pintar envuelta en acuarelas, gouache y colores, hasta que casualmente participó de un taller de revelado en blanco y negro. Estaba entrando al laboratorio y sintiéndose atrapada por esos momentos mágicos, cuando grises y negros comienzan a aparecer sobre la gelatina de plata para formar la imagen en unos segundos.

Inició el camino de forma autodidacta y posteriormente con diversos profesores. Si hay dos nombres que han marcado la formación de JuliaDesde el punto de vista personal y fotográfico, hablamos de dos mujeres: Isabel Muñoz y Bernice Abbottsin olvidarnos de los grandes iconos de la fotografía.

Con el paso de los años, esa curiosidad inicial se ha convertido en algo más, evolucionando hacia una mirada donde se sumerge en cada personaje u objeto retratado, creando una atmósfera de introspección. Una búsqueda y redescubrimiento permanente que parte desde dentro y se proyecta hacia afuera en constante experimentación como una puerta a un momento concreto; un espacio en el que creamos nuestro propio mundo y se ve de forma diferente según quién observa. Julia Es una artista que crea para diferentes miradas y lecturas, sus imágenes transmiten esto y provocan diversas sensaciones, capturando emociones que perduran en los momentos.

Si nos detenemos en sus trabajos más recientes, estos se desarrollan en torno a la identidad y la perspectiva de género a través del retrato conceptual, que se revelan en la serie. Mujer. En torno a esta idea se sitúan las imágenes propuestas, construyendo el relato desde una perspectiva estética con una importante reivindicación de la mujer desde un punto de vista íntimo y delicado; como si el espectador asomase a través de una historia a un momento concreto de una escena impregnada de un halo de nostalgia, conseguido a través de un tono sepia, que nos da la pauta necesaria para encontrar no sólo la historia captada, sino la historia misma. esas mujeres sin identidad.

Entrada a la exposición de Julia G. Liébana en el Museo de Palencia.

Entrada a la exposición de Julia G. Liébana en el Museo de Palencia.

Aspecto de la exposición de Julia G. Liébana en el Museo de Palencia.

Aspecto de la exposición de Julia G. Liébana en el Museo de Palencia.

Iniciando un viaje por el presente y el pasado, combinando una estética contemporánea con un modelo de mujer urbana y actual, potenciado por un poder visual que conduce la mirada hacia cabellos que acorralan rostros, pelotas que atrapan, máscaras que anulan y transforman personalidades, ojos escondidos en manos que cubren, que niegan, manos que son verdugos y víctimas provocando un sentimiento de impotencia y vulnerabilidad, que inquietan y preocupan al espectador, junto con elementos de la vida cotidiana como flores o suéteres que impiden la comunicación o expresión visual.

Imágenes desconcertantes, reforzadas en su concepto unitario, pero con un refinado matiz poético que muestran la sociedad actual, rompiendo estereotipos, cuestionando identidades, construyendo e interpretando la propia obra e invitando a la reflexión. La carga emocional de cada fotografía es la herramienta con la que conectamos con su historia, a través de una dualidad compuesta por fotógrafo y espectador, que nos une de manera directa con las emociones.

En la serie el concepto y la coherencia del discurso son paralelos, nos hace cuestionarnos, hacernos preguntas. Es la fotografía como lenguaje de expresión que resulta en una dolorosa y bella metamorfosis a partes iguales, y evoca en algún momento Annegret Soltauescribiendo su historia como mujer en la página en blanco de su rostro, o Birgit Jürgenssen con sus escenarios cotidianos como formas de proyectar los códigos culturales de una sociedad que muchas veces ignora a las mujeres.

:: Sobre la exposición de Belén Sánchez Campos

Por su parte, la fotógrafa leonesa Belén Sánchez Campos viene a Foto de Pallantía con su exposición ‘Idiomas intercambiables’que ya se pudo ver en Espacio feliz St. Factor (León) el pasado mes de enero. Reproducimos el texto escrito por el fotógrafo de Astorgano Amar a Casado para la ocasión.

Idiomas intercambiables

Por CASADO AMOROSO

en las imágenes de Belén Se juntan una serie de circunstancias muy particulares que determinan una manera de ver el mundo y fotografiarlo. Bebe de diversas fuentes: la pintura, la infancia, la vida cotidiana, el pensamiento… todo ello conforma una manera exquisita de abordar escenas sin interés aparente. La suya es una mirada íntima, un tanto tímida, aborda las distintas escenas guiado por una causa emotiva y sensible, sus temas son muy cercanos, incluso rutinarios. La rutina diaria forma parte de sus planos habituales, en los que aparece gente corriente en lugares corrientes como personas con sus perros, paseadores… Es una visión del mundo con un sesgo introspectivo, que conforma una especie de álbum personal, un reflejo de sus experiencias de vida.

Desde el punto de vista formal podemos ver algunas fotografías que muestran el gusto por la precisión geométrica, utilizada para simplificar las composiciones y dar intensidad expresiva a las imágenes. También se aprecia en los personajes una fuerza gestual, perfectamente modulada para acentuar sutilmente las sensaciones que la autora percibe y quiere transmitir. En cuanto a su uso del color, se aprecia claramente su experiencia pictórica, que se traduce, en sus imágenes, de forma precisa y delicada, sin estridencias, generando en ocasiones una atmósfera un tanto ingenua. Fusiona colores y gestos, realzando así atmósferas y sensaciones de las experiencias vividas, reunidas de manera particular en la belleza de sus fotografías.

“Mi mayor deseo es algún día poder fotografiar el pensamiento”. Este deseo de Belén Es como una declaración de principios que lleva implícito el viaje interior que sin duda te hará volar hacia campos de luces y colores inexplorados.

 
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