Después del disco, otro bodegón de Chardin – .

Después del disco, otro bodegón de Chardin – .
Después del disco, otro bodegón de Chardin – .

Un nuevo bodegón de Chardin vuelve a llamar la atención en el mercado. Después de que sus fresas silvestres alcanzaran hace dos años los 24 millones de euros en Artcurial, rompiendo no sólo el récord del artista sino también el de toda la pintura francesa del siglo XVIII, todas las miradas están puestas el melón cortado (1760) ofrecido por Christie’s en su subasta del 12 de junio en París. Este bodegón es un ejemplo de poesía pictórica, un momento suspendido en el tiempo que condensa “toda la magia” del pintor francés, según la casa.

El formato ovalado –casi circular– de esta pintura no es casualidad. Chardin eligió esta forma, inusual en su producción, para resaltar el carácter íntimo de la escena. Quería que el espectador lo experimentara como una extensión de la composición. En cierto sentido, se podría decir que el artista sugiere una oda a la redondez.

La pintura fue expuesta por primera vez en el Salón anual celebrado en el Academia de Pinturas y Esculturas en 1761, junto con su colgante, El tarro de albaricoques (1758) –ahora expuesta en la Galería de Arte de Ontario, (Toronto) y la famosa Cesta de fresas (1761), que finalmente acabó en las colecciones del Louvre gracias a LVMH y a una campaña de recaudación de fondos.

Tras su paso por el Salón de 1761, el melón cortado Formó parte de varias colecciones privadas, que jugaron un papel fundamental en el redescubrimiento del artista. Uno de ellos fue François Martial Marcille, que acumuló hasta 30 obras del pintor, lo que demuestra el interés que el coleccionista llegó a sentir por Chardin. A su muerte, sus hijos Camile y Eudoxe Marcille compartieron la colección.

 
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