Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sur en temas relacionados con el patrimonio arquitectónico y el urbanismo. Ha publicado artículos en las revistas Propiedad, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referentes a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió la primera mención de ADEPA en la categoría Cultura e Historia.
Hubo un tiempo, en las décadas de 1920 y 1930, en que las obras industriales –silos, centrales eléctricas, ascensores– marcaron el camino de la arquitectura moderna, dejando atrás el sobrenombre de “edificio utilitario” que la devaluó al entrar en el mundo de la arquitectura. .
La nueva Central Térmica de Palencia, España, obra de FRPO arquitectos, muestra cómo, en los tiempos que corren, este tipo de obras sigue perteneciendo a ese mundo y se convierte en un icono de la ciudad.
Se trata de la central térmica que genera agua para calefacción producida con energía renovable.
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La empresa DH Ecoenergías hace circular agua calentada con biomasa y otras fuentes de energía alternativas para sustituir la calefacción de gas y diésel y contribuir así a descarbonizar la ciudad, utilizando recursos renovables. Este circuito transforma el aire de la ciudad y la planta funciona como motor de esa acción.
Tradicionalmente este tipo de construcciones estaban ocultas, disfrazadas, camufladas. Aquí la decisión es otra: hacer pedagogía con la arquitectura y comunicar una transformación.
La estrategia
Los arquitectos eligieron simbolizar. La forma y, sobre todo, la materialidad del edificio y su inserción, comunican la voluntad de transformación, que el edificio inicia y una red subterránea hace posible.
Así, el símbolo principal de la obra es su geometría circular, que alude a la circularidad energética. El material también es simbólico: sobre un zócalo de hormigón que protege la maquinaria y el silo de biomasa, la fachada de policarbonato genera transparencia, ligereza, casi la desaparición del edificio, un edificio fabril que busca borrar y al mismo tiempo integrar.
Con experiencia en la construcción de viviendas, estaciones, laboratorios y el Plan Director de la Fábrica de Lambrate (Milán), el autor del edificio ha desarrollado una carrera desde la que, con los medios y materiales industriales actuales, cuestiona las tipologías a través del cuidado. Vigilan las formas, controlan los encuentros entre elementos, el manejo y efectos de la luz y la irrupción de la arquitectura. Eso es lo que consigue esta central eléctrica: cambiar mucho haciendo muy poco ruido.
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